‘El asesino tímido’: la misteriosa muerte de la actriz del destape Sandra Mozarovsky

-

- Publicidad -

‘El asesino tímido’: la misteriosa muerte de la actriz del destape Sandra Mozarovsky

La madrugada del 23 de agosto de 1977, la actriz Sandra Mozarowsky, de dieciocho años, se precipitó al vacío desde la terraza de su piso en Madrid. Semanas después murió a causa del golpe. La actriz había actuado en la serie ‘Curro Jiménez’ y en una veintena de películas, la mayoría comedias de destape (‘Cuando el cuerno suena’, ‘El libro de buen amor II’) y filmes de terror (‘El colegio de la muerte’, ‘La noche de las gaviotas’). Meses antes de su muerte se rumoreó que había sido amante del rey Juan Carlos y que se había quedado embarazada. ¿Qué le ocurrió a Sandra esa noche? ¿Se cayó de manera accidental mientras regaba las plantas, como dice la versión oficial (aunque no hubo autopsia ni atestado policial)? ¿Se suicidó? ¿La empujaron?

La enigmática muerte de Sandra Mozarowsky (que casualmente también aparecía en el reciente libro de Marta Sanz ‘Daniela Astor y la caja negra’) es la base argumental de ‘El asesino tímido’ (Seix Barral), la estupenda nueva novela de Clara Usón, conocida por ‘Corazón de napalm’ y ‘La hija del Este’ (Premio de la Crítica en 2012). La trágica biografía de la actriz le sirve a la escritora barcelonesa para narrar en paralelo su propia vida, también llena de episodios dramáticos (Usón ha pasado por clínicas de desintoxicación y hospitales psiquiátricos), junto a la de otro inesperado personaje: el filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein.

- Publicidad -

Estas tres biografías, a las que se suman retazos de otras tres -la de los escritores Albert Camus y Cesare Pavese, y la del propio monarca español-, se entrelazan de forma extraordinaria en la novela. El resultado de esta combinación de semblanzas es una absorbente mezcla de autoficción, investigación criminal, retrato generacional (la Transición y los ochenta, “una década de fiestas y de entierros”), reflexión sobre el suicidio (ese “homicidio tímido”, que decía Pavese), discurso antimonárquico, confesión catártica (una bajada a los infiernos personales) y homenaje póstumo (a la madre de la escritora).

Como uno de los libros de cabecera de Clara Usón, ‘Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy’, ‘El asesino tímido’ está narrada con una gran libertad expresiva. Utilizando la primera persona, la novela está salpicada de digresiones, rodeos y “saltos inopinados”, como dice ella misma. De Sandra a su madre, de su madre a Wittgenstein, del rey a… Esa mezcla tan singular de temas, personajes y estilos es uno de los mayores atractivos de ‘El asesino tímido’. La novela puede ser erudita y desenfadada en un mismo párrafo. Sin embargo, nunca cae en el experimentalismo farragoso. Al contrario, su prosa es ágil y vaporosa como los camisones blancos que lucía Sandra Mozarowsky en sus películas. Aunque, como éstos, también acabe manchada de sangre. 8,5. Disponible en Amazon.

Lo más visto

No te pierdas