Los zaragozanos Tachenko son perfectamente conscientes de sus virtudes y méritos, también de sus carencias, y no temen sincerarse. Saben que nunca estuvieron a la cabeza de aquello conocido como “el indie nacional” –y ya no lo estarán, considerando que está abocado a esfumarse, si es que no lo ha hecho ya–. Pero también saben que su fuerte no es estar a la cabeza de nada sino hacer buenas canciones, de esas que perduran, y, yendo del todo a lo suyo, a eso se han aplicado durante más de 16 años ya. Y lo siguen haciendo, y muy bien, a tenor de su última colección, el reciente ‘El don del vuelo sin el arte hermano del aterrizaje’ (título imposible que, si os lo preguntáis, nace de la novela ‘En Nadar-dos-pájaros’ de Flann O’Brien).
‘El don del vuelo…’, como cada disco del grupo fundado por Sergio Vinadé (miembro de El Niño Gusano) y Sebas Puente (letrista de todas y compositor de algunas de las canciones), parece consecuencia de aquel “auto-homenaje” que se dieron a sí mismos en ‘Misterios de la canción ligera’, en el que hacían versiones acústicas y a dúo de todo su cancionero. Así, con una premisa menos enérgica que la de ‘El comportamiento privado’ (aunque sí eléctrica, con la potente ‘Justo y necesario’ como gran trallazo del conjunto), el cuarteto completado por Alfonso Luna y David García “Libi” consigue que el octavo largo de su carrera brille más que nunca por sus cuidados arreglos, no demasiado ambiciosos pero sí exquisitos, especialmente en voces y teclados (Edu Baos de León Benavente, que formó parte del grupo en, produce).
Aunque nada brilla tanto en ‘El don del vuelo…’ como las canciones. Esa es la máxima del grupo, “buscar la canción perfecta”, y no sólo se emplean en ello con decisión y autoridad sino que se acercan muchísimo. Especialmente en la cara A del vinilo, donde ‘Gafas de sol’, ‘Domingo de resurrección’, ‘Rápido’ o ‘Suave conmigo’ remiten a autores cercanos (Francisco Nixon, Pablo Maronda, Ricardo Vicente) y lejanos (Robert Forster, Ken Stringfellow, Gram Parsons) que comparten/compartían su misma búsqueda.
Con algún arrebato experimental/progresivo (la envolvente segunda mitad de ‘Los estilos’), ‘El don de vuelo…’ persigue siempre lo redondo tanto en lo melódico como lo lírico (donde abunda la autoafirmación ante un mundo en el que no cabe lo amable). También se acercan a ello ‘Dos extraños’ (con un punto Belle and Sebastian) y el aspirante a himno ‘Los libros’, aunque ninguna como el que fuera el primer adelanto del disco: la reposada, con cierta querencia country en sus guitarras, ‘La pena capital’ se ha revelado con el paso de los meses no sólo como la gran canción de este álbum sino también como, posiblemente, una de las mejores composiciones de la historia de Tachenko. Que ya es decir.
Tachenko estarán presentando ‘El don del vuelo sin el arte hermano del aterrizaje’ a partir del próximo 8 de febrero, en la Sala Zero de Tarragona. Más fechas en su perfil de Facebook.
Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘La pena capital’, ‘Gafas de sol’, ‘Rápido’, ‘Domingo de resurrección’
Te gustará si te gusta: Francisco Nixon, Maronda, The Go-Betweens
Escúchalo: Spotify