Miqui Puig cierra su nuevo disco ‘15 canciones de amor, barro y motocicletas‘ con una canción llamada ‘Doulton’ que, por su nombre, no es que dijera mucho. ¿Doulton, como el purificador de agua?
Sin embargo, la sorpresa es mayúscula cuando topamos con una de las canciones de estribillo más decidido de todo el álbum y cuyo encanto es irresistible desde que Miqui nos empieza a contar la historia: «Ella llevaba el pelo recogido en un moño, y un vestido blanco / Él estaba absorto con un cigarro en la mano / No se miraban, apenas hablaban / Solo sus manos se tocaban / Es cierto que por un instante tuve envidia». Mientras la guitarra nos deja golpes secos y adictivos con reminiscencias del funk de los 70, nos vamos aproximando a una parte tan improbable como irresistible al final: el deseo de que sea para siempre lunes.
En un mundo lleno de referencias al «Blue Monday» y al lunes más triste del año (tercer lunes de enero), la canción funciona como choque. Puig indica que «si pudieras venir» y «si estuvieras aquí», le haría tanta ilusión, que hasta no le importaría que «siempre fuese lunes». Y peor, «lunes por la mañana». Tal es su anhelo. Pero hay otra lectura. Esa suerte de sample a lo Moby acentúa el carácter dulce y nostálgico de la grabación, llevándonos inevitablemente a aquel «lunes por la mañana» en que, quizá tras una salida por Camden o La Latina, quizá simplemente con una pareja de larga duración, amanecimos tan bien acompañados que el lunes se nos hizo un poquito menos cuesta arriba. Miqui ha querido guardar esta pequeña joya para sus fans para el cierre de su álbum, desembocando de hecho en otra de las locuciones de este disco con forma de mixtape. Y ahí encontramos incluso otro guiño para fans, pues una voz nos dice: «Brian Jones fue el mejor Rolling Stone». Y juraría que es Carlotta Cossials de Hinds, acreditada en el disco pero no en ninguna canción concreta, la que nos habla…