Ayer llegaba el turno de Zaragoza, una ciudad de la que el dúo Amaral es originario (durante todo el programa sobrevolaba una cuestión que no se respondió: ¿por qué, pese a la riqueza del talento maño, sus grupos se veían abocados a irse a Madrid o Barcelona para consolidarse?) y que condujo a Ariel por su centro y alrededores (se inició con una actuación acústica en las ruinas de Belchite), al encuentro de León Benavente (que mostraron la casa de campo en la que preparaban el disco que están a punto de anunciar y se marcaron una ‘Estado provisional’ con Eva, Juan y Ariel), Carmen París (que habló de la jota y de la figura crucial de Labordeta), el Violador del Verso Sho-Hai y el pujante MC Sharif el Íncreíble o Tachenko, con los que Amaral recordaron emocionados la figura de Sergio Algora y la escena que surgió alrededor de su bar, Fantasma de los ojos azules. Juntos hicieron una bonita versión de ‘Lourdes’ de El Niño Gusano.
Pero quizá lo más jugoso del programa fue el encuentro con Joaquín Cardiel, el bajista de Héroes del Silencio. Cardiel habló con escasos filtros sobre las posibles causas del abrupto final de uno de los grupos de rock más importantes de la historia de nuestro país (aludió a la falta de pausa para descansar y reflexionar como el principal problema), y del vacío personal que se abrió para ellos después, del que, dice, ahora está empezando a recuperarse y volviendo a hacer música. También de cómo fueron valientes y algo locos al empeñarse en extenderse por Europa pese a las reticencias de su compañía discográfica, o cómo, aunque no lo pareciera, el grupo funcionaba de una manera más o menos democrática.
Pero quizá lo más llamativo de todo fue que, a la pregunta de Eva Amaral sobre si se han planteado hacer un reecuentro después de aquella efímera gira de 10 fechas del año 2007, Cardiel sorprendió diciendo (sobre el minuto 29:20 del vídeo) que han hablado de ello y que es una posibilidad real, aunque «es difícil coordinar los calendarios de profesiones y familias» (suponemos que el éxito en solitario de Bunbury lo complica aún más). Su encuentro culminó con una interpretación grupal en los jardines del Palacio de la Alfajería de ‘Apuesta por el rock ‘n’ roll’, aquella canción de Más Birras que Héroes convirtieron en un icono.
Este décimo programa de ‘Un país para escucharlo’ se cerraba con una actuación de nueva savia mañana, Los Bengala, en una de las salas más activas de música en directo de la ciudad, La Lata de Bombillas. Simbólico final de un espacio televisivo que ha mostrado, con seriedad y rigor, una cara menos visible en los medios del tejido cultural de nuestro país. Ojalá que tenga continuidad para poder dar foco a más ciudades y sonidos del país y, también, ser un poco más incisivos y valientes a la hora de mostrar. Por ejemplo, las dificultades que afrontan los artistas en un panorama muy precario en lo económico. Que lo veamos.