Podemos llamarlo «comeback». Alrededor de 2012 Lorena Álvarez logró hacerse un nombre en el mundo de la música gracias a su particular visión de la canción popular española, a la espontaneidad y gracejo de sus directos, y por supuesto a la atemporalidad de composiciones como ‘La boda’, ‘Ya no me acuerdo de ti’, ‘Sin título’ o ‘Novias’. A la artista asturiana le salieron muchos conciertos, más incluso de los que podía afrontar, y, desinteresada por completo por los ritmos que exige la industria musical, dio un paso atrás. La hemos visto de lo más entretenida componiendo y actuando junto al líder de Napoleón Solo y Soleá Morente, pero lo cierto es que aparte de un EP con el Coro de Ladinamo de 2014 y algún directo suelto, poco hemos vuelto a saber de su carrera. ‘Anónimo‘ ha desaparecido misteriosamente de Spotify (sí lo encontramos en el Bandcamp de su viejo sello Sones) y el segundo álbum de Álvarez ha tardado hasta 7 años en llegar.
Aunque no es la canción más antigua, pues algunos temas llevan tiempo formando parte de su repertorio, el verdadero punto de partida de ‘Colección de canciones sencillas’ es ‘La nube’. Cuando Lorena Álvarez descubre un viejo dibujo de sí misma realizado por su difunta abuela, la cantante se da cuenta de que no necesita ningún productor ni ningún sello para sacar adelante su segundo disco. Sabe componer, sabe producir, sabe quién es y lo que quiere, y así, la Lorena Álvarez que conocimos vuelve a aparecer en temas de corte y ritmo tradicional como ‘Soy un olmo’, que deconstruye de manera hilarante el dicho «no le pidas peras al olmo». El carácter bucólico de su proyecto continúa en temas que hablan de animales y plantas como ‘Persona’ o ‘La huerta de mi padre’. Es significativo que un corte así llamado sea uno de los más sentidos. Es cierto que trata de soslayo la muerte de su abuelo, pero evidencia también lo que para la artista significa la naturaleza en contrapunto a un mundo capitalista, consumista y lleno de nuevas tecnologías que no pueden interesarle menos.
También hay novedades en cuanto a producción, pese a que la innovación no es una de las preocupaciones de Lorena. El primer tema, que también tiene ese carácter pastoral («el viento soplando se lleva las penas») contiene unas flautas y unos coros que nos llevan a finales de los 60 y principios de los 70. Surgen nombres como The Free Design y Vashti Bunyan, lo mismo que los coros de ‘Debajo de este olivo’ remiten a los Carpenters, si bien sus referentes confesos son la banda sonora de ‘Charade’ y Henry Mancini. Igualmente hay un momento durante ‘La nube’ en que parece que va a virar hacia la psicodelia cromática de Aries o un poquito hacia ‘Twin Peaks’, y resulta una pena que Álvarez no se haya desarrollado más en ese camino, pues le sienta estupendamente.
Entre las inquietudes que esconde el disco, también están las sociales. ‘Si tú eres mi hombre’ (un tanto ‘Antonia’ de Dominique A) toma el título en castellano del clásico ‘The Power of Love’ de Jennifer Rush para cantar contra un amor tóxico, de la misma manera que ‘Debajo de este olivo’ ironiza sobre los comentarios que reciben las mujeres sobre el hecho de que se les vaya «a pasar el arroz». Las canciones tristonas que hacen más pupa esta vez son ‘Aborrezco lo que adoro’, un tanto Vainica Doble, y la despedida final con ‘Nana Mapamundi’.
‘Colección de canciones sencillas’ hace honor a su nombre, pues se compone de temas desprovistos de ambición alguna. El resultado es muy mono, bonito y honesto, aunque esa falta de ambición que caracteriza a Lorena también ha implicado cierta falta de tijera en un tracklist que alguna vez resulta algo arduo; al tiempo que la incorporación de arreglos y coros como en ‘Romance de la huida’, además de otros contados y citados temas, nos hace anhelar más canciones en esa línea.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Soy un olmo’, ‘Romance de la huida’, ‘La nube’, ‘La huerta de mi padre’, ‘Nana mapamundi’
Te gustará si te gustan: Tronco, Henry Mancini, el anterior
Escúchalo: Spotify