Por la tarde Nilüfer Yanya y su banda presentaron ‘Miss Universe’ aunque por momentos no sonaron muy bien. Los bajos eran extremos llegando a retumbar y a veces la voz de Yanya era inaudible. El setlist fue lo mejor, incluyendo temas antiguos como ‘The Florist’ y del mencionado álbum como ‘The Unordained’ y cerrando con dos temazos como son ‘In Your Head’ y ‘Heavyweight Champion of the Year’. Entre el público escuché a dos personas asombradas porque les estaba gustando el concierto quizá porque no habían oído a hablar sobre Yanya hasta ese momento, lo cual solo puede ser buena señal. Foto: Sergio Albert
Nathy Peluso, la artista más agradecida del momento, congregó a un público importante. Vestida para marcarse un buen tango, Peluso lo dio todo en el escenario porque no sabe hacerlo de otra manera, llevando el concierto a su punto culminante en la coreada ‘Corashe’. Fue bonito escucharla hablar sobre la gratitud que siente por dedicarse a la música y poder actuar frente a un público que la adora: no puede ser más consciente de donde está y exprime cada segundo al máximo.
Hace un año Rosalía estrenó el show de ‘El mal querer’ en el Sónar de Barcelona en un recinto tan pequeño como el Sónar Hall. Ya muy popular tras el éxito de ‘Los ángeles’ y el lanzamiento de ‘Malamente’ hacía solo un mes, la cantante provocó unas colas tremendas para verla en el mencionado espacio, dejando a mucha gente fuera y, sin duda, anticipando lo que se avecinaba. El Sónar Hall se le había quedado pequeño y donde Rosalía actuaría un año después es en grandes festivales como el Coachella o el Lollapalooza. En Primavera Sound, el volumen de público era espectacular como era de esperar, pues Rosalía es ahora mismo una superestrella en nuestro país, algo evidente en cuanto salió al escenario, provocando un rugido ensordecedor. Su presencia escénica pone los pelos de punta por momentos, y está claro que Rosalía y sus coristas, bailarinas y músicos -entre ellos El Guincho, cuyas bases electrónicas no pudieron sonar mejor- han trabajado con toda la disciplina del mundo para ofrecer el mejor show posible. Fue divertido, emocionante y dinámico a partes iguales Incluso tuvo el detalle de invitar a James Blake al escenario para interpretar juntos ‘Barefoot in the Park’, la primera vez que esto ocurre.
El concierto de Rosalía, en general, fue deslumbrante, pero no perfecto, porque donde algunas canciones se crecieron respecto al disco, otras se empequeñecieron. La interpretación de Rosalía de ‘A ningún hombre’ fue tan desgarradora que sigo pensando en ella un día después y ‘Catalina’ acapella fue una preciosidad, mientras ‘De aquí no sales’, con su desafiante coreografía final, fue el momento más espectacular. También la teatral presentación de ‘Como ali’ dejó a mucha gente hipnotizada. Sin embargo, ‘Que no salga la luna’ y ‘Bagdad’ pierden cierta magia en comparación con sus versiones de estudio: hay algo en ellas que no se traslada del todo bien al directo. Y sobre todo ‘Malamente’, como cierre, da cierta bajona sobre todo después de la bailable ‘Aute Cuture’. No sé si es que ya está muy rallada o es como canción no funciona al final de un concierto, pero me supo a poco. Lo mejor fue el sampler de jaleos de El Guincho, ¿cómo es que El Mundo Today no ha hecho todavía una noticia sobre él? Espero que al menos añaden un nuevo jaleo al repertorio, la nueva palabra favorita de Rosalía: “Barcelona”. Creo que anoche salió de su boca unas… ¿12 veces? Sí, las contamos…
Stereolab ofrecieron en Primavera uno de los primeros conciertos de su gira de regreso, 10 años después del lanzamiento de su último álbum. Un set que sonó de manera inmejorable, con el escenario aparentemente lleno de instrumentos, pese a algún problema técnico puntual, y y que se caracterizó por su potencia y energía. Fue por supuesto un show de grandes éxitos que conjugó la despreocupación de ‘Miss Modular’ con los guitarrazos de ‘French Disko’ y los sintetizadores hipnóticos y ácidos de ‘Metronomic Underground’. Un concierto que mucha gente vio sentada en las escaleras pues ya era de madrugada, pero que seguro hizo a Stereolab ganar algún adepto que otro en el año en que acaban de reeditar sus álbumes clásicos.
Muy divertido el concierto de Róisín Murphy sobre todo a medida que avanzaba hacia los ritmos bailables y progresivos de temas como ‘The Rumble’. La cantante irlandesa fue el alma de la fiesta en un show en el que no dejó de cambiarse de vestuario casi ni un segundo, llegándose a cambiar varias veces en una misma canción. Murphy pareció una parodia intencionada de sí misma disfrazándose de mil cosas o retozándose por los altavoces, como queriendo decir «¡miradme, soy una estrella del pop!» pero no se le olvidó entretener ni mucho menos deleitarnos con su derroche de voz. Sé de primera mano que a gente que no la conocía de nada o que la conocía poco le encantó el concierto, porque Murphy trae ritmos sofisticados y además en el escenario se vuelve completamente loca en el mejor de los sentidos. El gran momento de la noche llegó con ‘Forever More’, la única canción que recuperó de Moloko, impresionante; y el cierre con ‘Overpowered’ fue épico. Lo único malo, un setlist extraño, que incluyó un remix electro, un poco Thom Yorke, de una canción en principio tan poco esencial en la carrera de Murphy como ‘Unputdownable’.