25.000 asistentes sumando las jornadas de viernes y sábado avalan la continuidad de Paraíso Festival en Madrid, lo cual no es algo que haya que dar por sentado tras las pobres cifras y virajes vistos en Mulafest, de línea artística similar e incluso con alguna banda en común, como Rhye. El nuevo festival de José Morán, que además se ha asociado a Sónar, si bien de momento se desconoce con qué consecuencias, volverá evidentemente en 2020 tras este éxito, pues este sábado dejó además varias sorpresas en cuanto a lo artístico.
No he escuchado el disco homónimo de Superorganism tanto como esperaba cuando publicaron sus primeros singles, pero ver al colectivo en directo es otro tema. Como ellos mismos indicaron, aunque fueran las siete y media de la tarde había que celebrar una fiesta, y el grupo consiguió montar una buena contagiando a los primeros asistentes de Paraíso Festival toda la energía que contienen sus canciones. Orono Noguchi, que elogió las gorras verdes entre el público incluso solicitando una para sí misma que al final devolvió educadamente, no fue el único centro de atención, pues 3 performers y coristas de la banda llevaban bastante ensayadas sus coreografías, y las melodías que recordaban a Moldy Peaches y el sonido a lo Go! Team, hicieron el resto. Para cuando llegaron las geniales y finales ‘Everybody Wants to Be Famous’ y ‘Something for Your M.I.N.D.’ tenían ya todo ganado.
Entre 20.00 y 22.00 pinchaba en el Escenario Club la británica Or:la, transportándonos al ser de día a la terraza veraniega del mismísimo Berghain. Más saltarín, aunque solo fuera por los dos bailarines que le acompañaban, fue el concierto de Channel Tres. El artista de Los Ángeles se sirvió de su sugerente voz y de los beats de house de sus singles ‘Brilliant Nigga’ o ‘Topdown’ para hacer bailar al público durante las últimas horas de luz. Como decía, los dos bailarines tuvieron mucho que ver por todo lo que transmitían, pero su música también funciona por sí sola, sobre todo si tienes la misma nostalgia por los años noventa de una Azealia Banks. Uno de los grandes descubrimientos de la edición.
Quienes llevaran ya tres o cuatro horas bailando y de fiesta por los distintos escenarios de Paraíso Festival pudieron encontrar el concierto de Rhye a las diez de la noche algo monótono dada la reducción de bpm’s planteada. Pero quienes decidieran atender a la amplísima banda que llevaba consigo Mike Milosh se encontraron un concierto muy mimado y meditado, con grandes matices que degustar en cuanto a la progresión de las canciones, lo sensual de las guitarras eléctricas, cuerdas y ritmos de R&B. ‘The Fall’, en la primera mitad del show, sigue siendo una canción enorme, en vivo exactamente igual de impactante que en el álbum. Muy buen concierto, tan cerca de las grandes bandas de pop-rock como Fleetwood Mac como de Terence Trent D’Arby o incluso George Michael.
Tenía ciertas dudas de que el concierto de Charlotte Gainsbourg pudiera funcionar como pseudocabeza de cartel, pues la cantante y actriz no dispone de la cantidad de hits que por ejemplo había exhibido el día anterior Chvrches. Y sin embargo, me comí con gusto mis palabras al contemplar la atractiva puesta en escena de su banda, con una serie de marcos luminosos de distintas formas y tamaños arropando al grupo que llevaba, y una gran disposición de repertorio. Con elementos de chanson, giallo y French Touch, la propuesta musical de Charlotte Gainsbourg logra diferenciarse del resto. Temas como los recientes ‘Bombs Away’ y ‘Such a Remarkable Day’ extraídos de su último EP, su mayor éxito ‘Deadly Valentine’ y la sorpresa que supuso la recuperación de ‘Lemon Incest’, el polémico tema acusado de pedofilia que interpretó en su momento con su padre Serge, fueron los pilares de un concierto en el que Charlotte permaneció en gran medida sentada y tocando. Eso sí, también mostró sus buenas tablas cuando tenía tiempo de levantarse y agarrarse a los mencionados marcos, dándole al conjunto un sentido más teatral e intenso.
Antes de que la noche terminara con Laurent Garnier, pudimos ver las actuaciones de Mount Kimbie y Pional. Los primeros tuvieron que sortear algunos contratiempos, y un aviso advertía desde las pantallas a eso de la 1.40 de la madrugada de que «por motivos técnicos nos hemos visto obligados a interrumpir el espectáculo. Estamos trabajando para solucionarlo cuanto antes». Por suerte pudieron subsanarlo y aparecieron finalmente para contentar al público con su combinación de kraut y melodías, recordando en varios momentos a Stereolab y en otros a Apparat. A destacar la fuerza de las baterías en vivo, en ocasiones brutales. En cuanto a Pional, realizó una sesión que se distinguía de otras oídas en el mismo día y recinto por sus numerosos guiños a la cultura del pop española y latina. ¿Fui yo o sonaron referencias a Loco Mía, la canción de las palomitas de maíz e incluso a la ‘Lambada’?