María Forqué, hija de Verónica y nieta de Don José María, parece gozar con la provocación. O, al menos, con desafiar las convenciones éticas y estéticas. En 2015, tras haber hecho sus pinitos como actriz y pintora, se dedicó al arte de la performance en su famosa cuenta de Instagram, en la que ella y su cuerpo desnudo protagonizaban fotografías de gran potencia visual que sobre todo persiguen –o así lo entendíamos– provocar sensaciones al espectador. Pese a la cancelación de esa cuenta, abrió un nuevo perfil bajo el vacilón nombre de Virgen María, en el que, poniendo al límite las restricciones sobre desnudos de Facebook y cía, ha seguido desarrollando su peculiar canon estético. [Foto exterior de Alfonso Sestelo; foto interior, portada de ‘G.O.D.’, por Filip Custic.]
Y, bajo esta nueva encarnación, Forqué también ha mostrado una faceta inédita en ella hasta la fecha: la musical. Después de abandonar un alias aún más experimental, Beta_0<3, ya como Virgen María se ha ido ganando cierta reputación gracias a actuaciones y sesiones de DJ que, como no podía ser de otra manera, no buscan precisamente la indiferencia ni se acercan a lo convencional: en ropa interior o bikini (cuando no casi desnuda, apenas cubierta con su larga melena negra) y recostada sobre la mesa con su equipo, realiza sets en los que suena un tecno extremo y oscuro –gabber de los 90, en muchas ocasiones– combinado con pasajes de ambient y reggaeton. ¿Acaso alguien esperaba que fuera la nueva María Ostiz?
Este "EDM experimental", como ella lo acota, captó la atención del vanguardista sello londinense Perth Records, que hace unas semanas publicaba ‘G.O.D.‘, su primer disco con composiciones propias. Tecno, sexo y espiritualidad son los tres pilares que Virgen María explota en canciones como ‘Blex’, ‘Yoga’, ‘Om’ o ‘Love’, en las que colaboran otros artistas del citado sello como perth Daijing, Yegua o Blood Vessel, además del artista del entorno de La Vendición Records, Paul Marmota. Su arte, además, está firmado por Filip Custic, también encargado de las icónicas imágenes de ‘El mal querer’ de Rosalía. Un conjunto potente y fascinante que ha convencido a los selectores de Sónar para incluirla en la propuesta del festival barcelonés en su edición 2019. Allí se presentará el próximo 19 de julio, en Sonarxs.