Víctor Aparicio Abundancia es uno de los artistas más carismáticos surgidos en nuestro país en los años 80 que, pese a no ser uno de los nombres más frecuentemente rememorados de aquella época, sí es de los que ha sobrevivido a las décadas con mayor dignidad artística. El de Tui formó Los Coyotes a finales de los 70, grupo con el que primero se alineó en la corriente de psico-punk-a-billy a lo Stray Cats para más tarde abrirse tanto al synthpop como al folclore latinoamericano, entre Mink DeVille y Adam Ant. Todo ello apoyándose en la marcada estética cañí-posmoderna y teatralidad de Aparicio, hasta el punto de pasar a llamarse Los Coyotes de Víctor Abundancia. [Foto exterior: Antonio Alay.]
A mediados de los 90 emprendió su carrera en solitario como Víctor Coyote, con discos que, de nuevo, hacían del eclecticismo más radical y posmoderno su bandera. Discos inclasificables como ‘Lo bueno dentro’ (1995) y el más electrónico ‘Lucha de migajas’ (1999) daban muestra de esa particular visión. Diversificando sus intereses en su obra gráfica, la literatura (el libro de relatos ‘Cruce de perras’) y el teatro, su siguiente disco no llegaría hasta más de una década después: ‘Dos años luz y cuarto‘ (2010) llegaba amparado por el ínclito Fernando Vacas tanto editorial como artísticamente, centrado en sonidos folk-rock más tradicionales. Sonidos aún más marcados en el álbum en el que se versiones de ‘De pueblo y de río‘, exquisitamente minimalista y apoyado en la producción del muy notable guitarrista Pablo Novoa (Golpes Bajos, Mastretta, Iván Ferreiro).
En esa línea reaparece, 5 años después, Víctor Coyote con ‘Cumbia de milagro’. Un single a la antigua usanza –es decir, con una cara A y dos canciones extra en la cara B– que acaba de publicar El Volcán Música (Joe Crepúsculo, Tomasito, Club Del Río) y que exige una reivindicación de su figura: de nuevo minimalista, esta vez apoyado en las percusiones de Ricardo Moreno y el eminente «thereminista» Javier Díez Ena (L’Exotighost), ‘Cumbia de milagro’ es una tonada maravillosa, que podría ser la envidia de los Calexico que se deleitaban con la mezcla cultural de la frontera de Arizona y México… aunque Coyote quiere destacar el tono «moruno» de su guitarra. Así, Aparicio, con un singular estilo narrativo, nos adentra en una «película» en la que el protagonista es asediado por la muerte a causa del desamor, dando de paso trazos de un retrato político-social de la corrupción. Su «vivo de milagro, vivo de milagro / soy de cumbia negra y aguardiente blanco / Tan solo la muerte tiene el camino fácil» tiene aspiraciones de convertirse en todo un himno tabernario para los anales. Su lyric-video muestra ese talento como artista gráfico que antes mencionaba, trazando manualmente con un extenso repertorio caligráfico la letra del tema.
El single, como decíamos, se completa con otros dos originales igualmente recomendables: ‘Costa Nova’, un deliciosamente tristón relato costumbrista; y una suerte de doo-wop noir que reflexiona sobre el paso del tiempo con tanta sorna como elegancia. Ojalá que no se quede en una anécdota y pronto tengamos más novedades así de parte de Víctor Coyote.