Parte de la grandeza de una serie reside en la calidad de sus personajes secundarios y en el modo en que estos logran conectar con el público. A menudo esto sucede de manera totalmente inesperada incluso para los propios actores. Fue el caso de la actriz neoyorquina Shelley Morrison, que en su papel de empleada del hogar en la comedia ‘Will & Grace’, una Rosario que no aguantaba «tonterías» de nadie como dijo la propia actriz en una entrevista, y que siempre mantenía la dignidad ante los problemas (sociales y legales) a los que se enfrentaba en la serie como inmigrante salvadoreña sin papeles en Estados Unidos, consiguió el amor unánime de la audiencia.

Aunque Morrison firmó originalmente para un único capítulo al final de la primera temporada de ‘Will & Grace’, la popularidad de su personaje entre el público causó que se convirtiera en personaje fijo. Morrison ha fallecido este domingo a los 83 años en un hospital de Los Ángeles, causando conmoción entre sus compañeros de reparto y también entre los seguidores de la serie, que consideraban su carismático personaje de lo mejor que esta había ofrecido en todos sus años de emisión.

Así, Rosario Inés Consuelo Yolanda Salazar apareció en ‘Will & Grace’ desde 1999 hasta su final en 2006 para ofrecer sus servicios a la adinerada Karen Walker, interpretada por Megan Mullally, dando a la sitcom grandes momentos. Aunque Morrison ya llevaba décadas en la industria antes de recibir la llamada de ‘Will & Grace’ (por ejemplo, interpretó a una monja portorriqueña en el programa ‘The Flying Nun’ durante los 70), y de hecho la actriz había solicitado a su agente que no le enviara más papeles de sirvienta antes de fichar por la serie, pues ya llevaba unas cuantas a sus espaldas, este será por siempre su rol más recordado. Y tan querido por los espectadores lo fue también para ella. Dijo una vez: “Es muy importante que pudiéramos mostrar a una mujer hispana mayor que es brillante e inteligente y puede defenderse”.