Reino Unido impondrá visados y tasas a los artistas foráneos que actúen allí: ¿acabará el Brexit con su «Meca» del pop independiente?

Las consecuencias del Brexit, como muchos advertían, han comenzado a afectar al mundo del arte y, también, a la música. Según informa The Line of Best Fit entre otros medios musicales, Reino Unido impondrá la necesidad de obtención de visados y el abono de tasas especiales a los grupos y artistas musicales que programen conciertos y actúen en su territorio. Según estas informaciones, será a partir de 2021 y afectará a todos los oficios creativos y deportivos que pretendan actuar en el país británico, ya sea para una gira, un único show o incluso una aparición en un festival.

Afectará a cualquier persona en la industria creativa (también pintores, fotógrafos, actores…), tanto de la Unión Europea como de otros territorios, que quiera viajar a Reino Unido después de 2020 (fecha límite del periodo de transición para la salida del país de la UE). Aquellos deberán justificar, con 90 días de antelación a la solicitud de la visa, la posesión de un efectivo en cuenta corriente de casi 1000 libras «a modo de prueba de que podrán valerse por sí mismos» en su territorio. Solo los solicitantes que ostenten un visado de calificación «A», «admitido sin reservas», quedarán eximidos de dicha condición. Esto, claro, al margen de un abono de 244 libras por la visa de cada miembro del equipo (afectando tanto a músicos como equipo técnico, mánagers, etcétera). La decisión parece firme, aunque ya hay diversas asociaciones artísticas a nivel continental que han reclamado la retirada de la medida.

Parece evidente que esto no afectará a grandes nombres de la industria del entretenimiento, para los que las tasas y condiciones no supondrán, en principio, un perjuicio demasiado grave. Pero igual de evidente es que esta medida podría terminar con Reino Unido como la Meca del pop independiente que lleva siendo desde hace más de 50 años. Dada la conocida precariedad

que afecta a los artistas de corte underground y alternativos de todo el mundo, poner esa barrera podría acabar con la rentabilidad de las giras y, por tanto, con la rica oferta musical de música en directo de ciudades como Londres, Manchester, Liverpool o Glasgow. ¿Dejará de ser posible ver en directo allí a, por decir algunos nombres, Angel Olsen, Benjamin Biolay, Trentemøller o Mando Diao? ¿O será posible, pero no con las mejores condiciones posibles? Bien mirado, quizá Londres sí pueda convertirse en la nueva Meca… de la música acústica.

Mirando a nuestro país, también parece probable que esto provoque que grupos como Baywaves, Alien Tango o The Zephyr Bones, dejen de optar a actuar allí, como han hecho en el pasado. Y, mirando más arriba, ¿compensará a nombres como Vetusta Morla, Izal o Bunbury, que han parado allí últimamente o lo harán pronto, dar un único show en la capital inglesa como guiño a la colonia española en el país? Quizá ya no. Curiosamente, puede que no afecte tanto a grupos como Hinds que, dada su popularidad y capacidad para llenar muchas salas en todo el país, podrían amortizar esas imposiciones más fácilmente.

Peor aún que esto es pensar en la posibilidad de que la propia Unión Europea tenga la genial idea de contrarrestar esta medida con otra análoga, pero inversa: que imponga barreras a la presencia de artistas británicos en los países miembros. De nuevo, esto quizá no nos privaría de poder ver a Blur, los Gallagher, The Chemical Brothers, Pet Shop Boys o Primal Scream encabezando carteles de festivales (otra cosa serían las salas, ojo). Pero sí parece que imposibilitaría la presencia en salas de nuestro país y el resto de UE a nombres más modestos como IDLES, Anna Calvi, Fontaines D.C., Temples… o incluso Morrissey. ¿Habrá manera de parar esta situación desquiciada?

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Publicado por
Raúl Guillén