‘The Sensual World’ ha envejecido algo peor que ‘Hounds of Love’, pero ‘Deeper Understanding’ es una de esas raras canciones que cuanto más pasa el tiempo, más relevantes se vuelven. Esta balada electrónica habla de la relación de los seres humanos con la tecnología, del modo en que los aparatos tecnológicos están reemplazando el contacto humano, y por tanto no ha perdido vigencia. Al contrario, la ha ganado. Varios años atrás, Gary Numan y Kraftwerk habían interpretado a máquinas en sus canciones, pero lo que ofrece Bush en ‘Deeper Understanding’, en la que conviven efectos de ordenador con los coros del trío Bulgarka, en una canción de aires new age, es una visión más humana, adelantándose por tanto a películas como ‘HER’ o en menor medida a ‘Black Mirror’. De hecho, ‘Deeper Understanding’ no deja de ser una simple canción de amor, una especie de ‘Romeo y Julieta’ protagonizado por un hombre solitario y su ordenador, con final casi igual de trágico. La versión actualizada de 2011 fue el primer y único single de ‘Director’s Cut’, el álbum de autoversiones de Bush, cuando el tema ni siquiera lo había sido en su momento, e incluye un estribillo vocoderizado interpretado por el hijo de Bush, Albert. Tiene cierta guasa que el padre del hijo de Kate, Danny, se apellide precisamente McIntosh y que Albert McIntosh haga de ordenador en ‘Deeper Understanding’. El vídeo para la versión actualizada de ese tema estaba dirigido por Bush y protagonizado por Robbie Coltrane, conocido por su papel de Higrid en ‘Harry Potter’. Sí, hay artistas que recuperan canciones antiguas que merecían ser single y les dan una segunda oportunidad años después. ¡Tomad nota… todos!
La canción que cierra ‘Hounds of Love’ es una de las más bonitas de Kate Bush. Y lo es sin ser exactamente una balada, más bien un medio tiempo ligero, nada dramático sino más bien luminoso y alegre, pues supone el reencuentro de la protagonista de ‘The Ninth Wave’ con la tierra una vez ha llegado la ansiada mañana. Así, Bush logra crear en la canción una sensación de frescura absoluta, tras el terror vivido en temas anteriores, reflejando que un día nuevo ha llegado a través de unos sintetizadores que evocan la “niebla de la mañana” de la que habla el título. También una carta de amor a su familia, como demuestra la frase final, ‘The Morning Fog’ parece la gran inspiración de ‘Ever Again’ de Robyn. Ojo a su bonita presentación acústica en ‘Before the Dawn’.
“Esto es donde quiero estar, esto es lo que necesito”. Otro de los estribillos grandes y desgarradores de Kate Bush se encuentra en esta canción de arreglos ligeros de piano y gaitas irlandesas inspirada a su vez en la música de tabla hindú, como es evidente en las percusiones. Una canción que parece levitar en el aire pero cuyo dramatismo, en contraste, alcanza la categoría de épico, y cuyo mensaje es de nuevo tan rebuscado como acostumbra la artista: “En algunas situaciones, lo que quieres es el sueño, no la realidad”, cuenta Kate. “En la canción perseguía el descubrimiento consciente de una persona que disfruta de la fantasía pero sabe que no va a convertirse en realidad”, añade. “A veces crees que lo que quieres es el fin, pero la canción trata sobre el proceso que jamás te llevará hacia él”. Así, la letra clama: “esto es lo que quiero, la emoción y el dolor, y nunca será mío”.
En ‘Hounds of Love’, Bush es probablemente la mejor intérprete que ha sido nunca, mientras sus baladas siguen siendo igual de emocionantes. ‘And Dream of Sheep’ es un ejemplo emblemático de esto. El primer capítulo de ‘The Ninth Wave’ podría haber sido una balada en alguno de sus primeros discos, pero su tempo ralentizado como por culpa de la bruma nos mete de lleno en la historia de este personaje que, no se sabe cómo, se encuentra absolutamente solo en medio del mar. En esta acongojante balada, nuestro personaje intenta mantenerse despierta para no ahogarse, anhelando escuchar “voces amigables” de la radio o el sonido de unos “motores”. Cualquier cosa menos atender a la cruda realidad. El tema samplea voces radiofónicas e incluso a la madre de Bush diciendo “ven aquí conmigo, ahora”, consiguiendo un efecto tan reconfortante como devastador por tratarse de una ilusión.
En 2014, Bush regrabó ‘And Dream of Sheep’ para su espectáculo de directo ‘Before the Dawn’. La cantante se sumergió en un tanque lleno de agua con un chaleco salvavidas y grabó su voz metida en el tanque para dar más realismo a su interpretación. ¿El resultado? Una bonita version actualizada… y una ligera hipotermia.
Tras el bombardeo de fantasmas y espíritus de ‘Waking the Witch’, la protagonista de ‘The Ninth Wave’ sigue aturdida, pero algo más calmada pues empieza el amanecer. En la canción, Bush expresa este mensaje sampleando el graznido de unas gaviotas, pero también utilizando una forma musical más serena, minimalista e hipnótica, me atrevería a decir con un puntito new age, sin que eso sea algo malo en este caso. En ‘Watching You Without Me’, una voz habla a la protagonista aunque esta no puede ni verla ni a duras penas escucharla, provocando una sensación de confusión pero sin el terror del tema anterior. Un tema menor -aunque muchos discreparán- en un disco en cualquier caso perfecto.
Dedicada a Bill Duffield, director de iluminación de ‘Tour of Life’, fallecido en abril de 1979 durante la gira cuando, revisando el escenario la noche anterior antes del siguiente concierto, cayó a través de un panel abierto 5 metros hacia el suelo, muriendo en el hospital una semana después; ‘Blow Away’ es una de esas canciones de Kate Bush capaces de dejarte ojiplático a cada segundo. Antes de ‘Never for Ever’ Bush había sido capaz de escribir canciones preciosas, algunas de ellas realmente emocionantes, pero ‘Blow Away’ puede ser el primer gran ejemplo de canción de Bush en la que la británica compone una canción cercana a lo celestial. Y no lo digo por la temática de esta canción en la que Bill se reúne con algunos músicos muertos, como Minnie Riperton o Buddy Holly, sino por los autocaros del estribillo, las melodías agudas… el dramatismo de las cuerdas o ese grito de Bush al final, totalmente sobrecogedor.
Prueba de la calidad insuperable de ‘Hounds of Love’ es que incluso las canciones que no formaron parte de la edición original del disco son estupendas. La cantante escribió ‘Under the Ivy’ rápidamente para colocarla en la cara b de ‘Running Up that Hill’ y, casualidades de la vida, le salió una balada sobrecogedora. La canción, a piano y voz, habla de una pareja que se reúne a escondidas “bajo la hiedra, bajo las hojas, lejos de la fiesta” para reencontrarse, a su vez, con la inocencia perdida. La imagen de la “rosa blanca” evocada por Bush en la letra es tan pura como sumamente inglesa, y una de las más bonitas de toda su discografía. Bush cantó ‘Under the Ivy’ en directo en la tele británica, en el programa The Tube. Nota: No está disponible en Spotify, así que en la playlist es sustituida por ‘Moments of Pleasure’, otra emotiva balada del disco de Kate Bush de 1993, ‘The Red Shoes’.
Con la llegada del Fairlight CMI, Kate Bush empezó a experimentar con sonidos nuevos extraídos del mundo real y a incorporarlos a su música. Fue su juguete favorito durante años. Un resultado fueron los cristales quebrados de ‘Babooshka’ y otro, los de efecto más evocador, los incluidos en ‘All We Ever Look For’, la pista 4 de ‘Never For Ever’ que además de contar con una melodía magnífica, lo que incluye el silbido angelical que va apareciendo esporádicamente -pero no aleatoriamente- a lo largo de la canción, incorpora también un clavicordio o lo que suena como un clavicordio que proporciona al tema un componente medieval. No cuesta imaginarse a Bush tocando esta canción en la corte de Enrique III, y a este disfrutando de su interpretación como un niño pequeño. La canción habla sobre la importancia de reconocer que los momentos difíciles de la vida no duran para siempre, aunque su mejor momento ocurre al final, cuando Bush se pone a abrir las ventanas de su casa, descubriendo entre otras cosas el sonido de unos pajaritos. Uno de los momentos más visuales que ha grabado en su carrera.
‘Hello Earth’ pudo haber sido una balada como ‘Under the Ivy’, pero Bush la convirtió en algo mucho más místico y trascendente. A la cantante le costó terminarla, pues no conseguía escribir la parte que correspondería al estribillo, hablando de dos “agujeros” que no sabía como rellenar. Entonces tuvo la idea de incluir los coros de ‘Zinzkaro’, una canción tradicional de Georgia que había oído en ‘Nosferatu’, la película de 1979 de Werner Herzog. Interpretados en la canción por los Richard Hickox Singers -no, no es un sample-, los coros son absolutamente escalofriantes, y presentes en una canción tan afectada y dramática como ‘Hello Earth’, redondean una de las composiciones más bellas jamás escritas por Bush.
Cuando la crítica y el público dicen que tal o cual artista suena a Kate Bush, se refiere inequívocamente a interpretaciones teatrales y “over-the-top” como la que la británica realizó en ‘Wow’, uno de los singles de ‘Lionheart’. Esta grandilocuente composición, que incluye una mandolina en el estribillo, realzando su elemento pasional, fue un intento de Bush por componer una canción de Pink Floyd, y lo cierto es que es uno de los momentos álgidos de su segundo disco. Bush la dedicó a “las artes” y a la “magia” de la interpretación, aunque al parecer a la BBC no le gustó nada que, en el vídeo, Bush se diera golpecitos en el culo mientras cantaba la frase “él está demasiado ocupado dándole a la vaselina”. Esta bobada propició que el vídeo fuera censurado por la cadena británica.