Pitchfork publica hoy un largo reportaje según el que tres mujeres acusan a Mark Kozelek de Sun Kil Moon, músico de culto tras discos reconocidos por toda la crítica musical como ‘Benji‘ o ‘Among the Leaves‘, de abusos. La primera es Sarah Catherine Golden, que conoció al artista en un vuelo de Madrid a Portugal, donde iba a ofrecer una actuación el 24 de noviembre de 2017. Comenzaron a hablar en el aeropuerto, la puso en lista para su concierto y quedaron después. Al no encontrar ella transporte para su Airbnb, él ofreció que pidiera un taxi desde su hotel, donde los amigos de él de repente desaparecieron. Mientras el taxi llegaba, según su relato él se desnudó, empezó a masturbarse, a tocarla y a intentar besarla. Esta persona se reconoce en la historia de una canción de Sun Kil Moon, ‘Soap for Joyful Hands’ (2018), que revela un encuentro con una mujer en Portugal, pero no en los detalles que relata.
Pitchfork ha comprobado que en las horas posteriores a aquel concierto, Sarah Catherine Golden envió mensajes relatando su versión de los hechos a gente cercana. También ha comprobado mails entre Andrea (es un pseudónimo), una chica que en 2014 tenía 19 años, y el propio artista, que muestran una relación entre ambos. Según Andrea, le conoció porque era su «músico favorito de todos los tiempos», pudo saludarle e intercambiaron los teléfonos. En cierta ocasión en que estaban en la habitación de hotel, él se habría quitado la toalla tras irse al baño y mantuvieron una relación sexual solo “porque ella no sabía cómo decir que no”, algo que se repitió varias veces durante 3 meses. Andrea indica que no terminaba con la relación por la admiración por su música y por miedo a cómo reaccionaría si decía que no. Al final fue él quien lo dejó, según un mail revisado por Pitchfork porque no «le había prestado suficiente atención durante el tour». Andrea describe el mail como “bastante terrorífico” y como un “alivio” a su vez. Esta persona recuerda «toda la relación yo siendo incapaz de decirle que no».
Una tercera mujer dedicada al mundo de la música que ha preferido no revelar su identidad ha revelado que en cierta ocasión la invitó a una habitación de hotel tras un festival en 2014 y se comportó de manera inapropiada. Durante meses, Pitchfork asegura haber tenido más de una docena de intentos de contactar a Kozelek por teléfono o email para conocer su versión de los hechos, pero nunca ha respondido, aunque su equipo sí ha continuado enviando mailings sobre su carrera y otros artistas.