Kelly Lee Owens: «Antes de estar con alguien, tienes que estar bien contigo mismo»

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Kelly Lee Owens: «Antes de estar con alguien, tienes que estar bien contigo mismo»

Es mi primera entrevista a través de Zoom. Por obra y gracia del coronavirus, los cara a cara están desaconsejados y quién sabe si en extinción definitiva: lo que los sellos van a ahorrarse en viajes promocionales, las charlas entre prensa y artista lo perderán en riqueza y fluidez de comunicación, y en impresiones. Pero Zoom es mejor que el teléfono, desde luego, ese aparato detrás del que nunca sabes si el artista está prestando atención u ojeando una revista, y Kelly Lee Owens es una entrevistada muy agradecida al otro lado: sonríe, bromea, habla con humildad de su segundo álbum, el notable ‘Inner Song’, que es nuestro «Disco de la Semana», y lo cierto es que la experiencia es enriquecedora y agradable. La artista resuelve dudas sobre la temática y el concepto del álbum, nos recomienda a todos con mucha razón que vayamos a terapia para solucionar nuestros problemas y recuerda su pasado como «enfermera» e «indie girl» en Gales. Ni tan mal.

El disco trata sobre 3 años malos de tu vida, pero lo has grabado durante un mes, ¿fue duro revisitar esos 3 malos años?
Ha habido momentos difíciles al enfrentarme a las letras, pero cuando escribo la música, me concentro más en encontrar los arreglos adecuados. Hubo una semana específica que pasé en casa enfrentándome a las voces, a los micrófonos, a los libros de notas… porque tengo un libro de notas cada vez que empiezo un disco. Hay cuadernos y bolis por todas partes, y líricamente sí fue difícil. La canción ‘On’ es muy emocional en muchos sentidos y de repente me encontré llorando. La estaba haciendo cuando Keith Flint de The Prodigy murió (NdE: marzo de 2019). Por supuesto es sobre mi situación personal, pero mientras la estaba haciendo fue cuando él se suicidó, y yo sentía que tenía un reto respecto a la música. Mucha gente me ha dicho que la canción les ha hecho llorar o que les ha emocionado y creo que eso es algo muy sano. Anima a la gente en general.

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Tengo la sensación de que del disco emana la sensación de «esperanza», ¿crees que puede haber esperanza cuando suceden cosas tan malas como que alguien se suicide?
Es importante mantenerla como una llama, como una luz. La esperanza es la luz de lo que podría pasar. Tienes que ser consciente de que las cosas cambian, de que nada es permanente, también para bien. Intento llevar la esperanza siempre conmigo de alguna forma. No me malinterpretes: hay momentos de tu vida en que no está ahí, pero entonces es justo cuando tiene que entrar en juego la gente en la que confías. Cuando no te vales por ti misma, tienes que rodearte de una o dos personas o las que necesites que te abriguen. También es importante recalcar que no siempre hay que ampararse en la esperanza. Cuando se trata de cambio climático, la esperanza es la acción.

El disco no es tan deprimente u oscuro, parece que trata de evitarlo.
Sí, exactamente. Trato de tener siempre la conciencia de que la oscuridad existe. La mayor pena que puedes experimentar es ignorar que existe. No podemos fingir que no existe, hay que enfrentarse a ello. Creo que siempre intento transmutar la pena y crear algo bonito a partir de ella. Así que en ‘On’ la primera parte de la canción es la tristeza y el reconocimiento de la oscuridad. Y después, está la parte de la transmutación, la sensación de salir adelante. También está la sensación de movimiento y es literal, porque incita a moverte. He estado haciendo terapia corporal post-traumática, y es algo muy emocional.

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¿Cómo está siendo 2020 para ti? Porque el disco va sobre 3 años muy malos en lo personal, pero es que no sé si este puede ser un buen año para nadie… (risas)
Me siento más fuerte, y segura. Para ello hago un trabajo que todo el mundo debería hacer, y que he podido hacer porque soy una persona privilegiada. Por eso hay que apoyar a quienes se dedican a los menos afortunados, como Black Lives Matter, para la gente más marginal de la sociedad, gente que sufre traumas por experiencias infantiles, pero no pueden identificarlo, puedan tratarlo. Me gustaría que todo el mundo pudiera recibir terapia para comprender las cosas que te vuelven loco.

«Me gustaría que todo el mundo pudiera recibir terapia para comprender las cosas que te vuelven loco»

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Me ha sorprendido leer que fuiste enfermera, es imposible no preguntarte cómo han vivido tus ex-compañeros la pandemia en Reino Unido…
Por aclararlo, yo era más bien una ayudante, una especie de auxiliar de enfermería, en un centro especializado en cáncer. Mantengo algunos amigos de entonces, y ha sido algo bastante tramposo. Se ha hablado mucho desde el gobierno diciendo que el personal sanitario son héroes, pero la palabra «héroes» es como mandar gente a la guerra: da miedo. Suena dramático, pero es verdad. No creo que estuviéramos preparados, nos podíamos haber preparado viendo las noticias que venían desde Italia y desde España. No está bien que no se haya protegido a la gente que se estaba jugando la vida. No creo que fuera aceptable. El problema es que la gente que se dedica a esto lo hace porque es su pasión, y se han aprovechado de eso. Se ha abusado de la palabra «héroes», porque cuando (el personal sanitario) piden mejoras, no se las dan. «Eres un héroe pero no tan héroe como para eso». Y esto va de acciones, no de palabras.

Volviendo al disco, es bastante variado. Tenemos el «techno banger» de ‘Melt!’, ‘Re-wild’, que es casi un trip-hop, una canción tan luminosa como ‘L.I.N.E.’… ¿Qué crees que le da unidad?
He trabajado en tiendas de discos muchos años y muchas de mis influencias son inconscientes. Intento que no sea algo muy consciente. A veces me dicen cosas como: «escucha esto para inspirarte», y yo respondo: «¡no, no, no!». (risas) Lo que une todo es la producción, cierto tipo de frecuencias específicas, no estar en una frecuencia muy alta… Son cosas bastante raras. Tengo mis propios sonidos particulares, y formas de producción. Soy muy particular en el uso de capas de percusiones, porque toqué la batería de joven, y la sección rítmica lo es todo para mí. James (Greenwood, el ingeniero) con quien trabajo, me dice: «¿pero qué haces? ¡quieres usar los «kicks» como «snares»! (risas) También muchas frecuencias de bajos. Y más que canciones individualmente para mí hay como un flujo de conciencia.

«Se ha abusado de la palabra «héroes», porque cuando el personal sanitario pide mejoras, no se las dan. «Eres un héroe pero no tan héroe como para eso»».

¿Ha sido difícil escoger los singles? ‘On’ y ‘Night’ eran muy pop, pensé que este podía ser tu disco de pop. Pero luego has ido sacando otras cosas, como la canción con John Cale.
Es interesante porque así la gente tiene que ir adivinando. Pero tampoco lo decido así. Lo más importante es la integridad y la honestidad. Pregunté a diferente gente, como Jon Hopkins, que creo que dijo ‘On’. Mi agente dijo ‘Melt!’. La gente me conoce por diferentes cosas así que quería mostrar varias caras. ‘L.I.N.E.’ es muy popi, no sé cómo la gente va a reaccionar pero es lo que es.

¿Cuál es tu primer recuerdo de John Cale, en tu infancia o adolescencia?
De la Velvet Underground, claro. Me mudé a Londres cuando tenía como 20 años, en los 90 oía pop y R&B y luego descubrí a Nirvana, también cosas de los 70’s como AC/DC. Cuando tenía como 19 años y estuve en Manchester, todo el mundo hablaba de la Velvet Underground y de John Cale. Fue en la tardía adolescencia. También me encanta Nick Drake, me obsesioné muchísimo con él, y resulta que John Cale trabajó con él. Yo le pedía que me contara cosas sobre él y creo que estaba aliviado de no tener que hablar de la Velvet sino de Nick Drake (risas).

Me sorprendió mucho en su momento leer en un libro que nunca fue famoso, que vivió en el completo anonimato, incluso en Reino Unido.
Sí, le pasa a mucha gente. Estaba en Island Records pero no llegó a ser lo que querían, es un clásico de culto. Me encanta todo sobre él, hasta los zapatos de ‘Bryter Lyter’, ‘Pink Moon’… ¡Todo!

«Alice Coltrane es algo que no entendía con 15 años y ahora me vuela la cabeza. Puedo ser snob sobre algo aun sabiendo que a los 20 años me va a gustar»

Hay un reportaje en el que te reconoces como una «melancólica chica indie de Gales». Me ha sorprendido mucho, porque yo te veo como una productora de música electrónica. ¿De verdad fuiste una chica indie de Gales?
¡Totalmente, era lo más indie! Con los vaqueros pitillo, los Maccabees, los Friendly Fires… La música es música, no me tiene que gustar solo una cosa, soy un ser humano con todo mi amor diferente para diferentes cosas. Lo bonito de la música es que la música que te gusta te encuentra. Alice Coltrane es algo que no entendía con 15 años y ahora me vuela la cabeza. Puedo ser snob sobre algo aun sabiendo que a los 20 años me va a gustar. Me mudé del campo a Manchester y descubrí cosas como The Knife, LCD Soundsystem… pero la melodía me viene de Gales y lo es todo. Así que para mí confluye de manera natural.

O sea que podríamos ver un disco tuyo tipo Nick Drake.
(risas) ¡No creo que coja una guitarra acústica!

Nunca digas nunca jamás.
¡Es verdad! Tengo amigos que son muy buenos guitarristas. Yo soy más de batería. Pero quizá explore el pop, vaya corriendo hacia la música pop. No sé, no tengo ni idea. No vine con ninguna idea al segundo disco, y eso es excitante. Con el tercer disco tengo una ligera idea de lo que quiero decir, pero no de cómo va a sonar.

Has hecho una versión irreconocible de Radiohead. ¿Tuvieron ellos que aprobarla?
¡Sí, que se lleven el dinero! ¡Coge el dinero, Thom, no me importa! (carcajadas). Tenemos la misma compañía de management, y lo cierto es que me encanta ‘In Rainbows’.

¿Verdad? Parece que solo se puede hablar de ‘OK Computer’ y ‘Kid A’, pero ese disco es estupendo.
Me gusta, me puto encanta ‘In Rainbows’. Hay gente que le gusta Radiohead y no reconoce la versión y hay gente que no le gusta Radiohead y le gusta. Mi manera de protegerme ante esto es que estoy orgullosa de cómo me ha quedado. Ayuda que guste, y espero que la gente encuentre en el álbum lo que busca.

Háblame del uso de tu voz, es como angelical, dulce… pero no sé cómo te sientes como cantante ahora mismo, porque además la colaboración con Jon Hopkins funcionó muy bien, pero el disco lo comienzas en plan instrumental.
Empecé así, mi voz es mi primer instrumento. Ha sido algo muy primario para mí. En el primer disco era más tímida, no estaba muy segura, puse muchos delays, reverbs, ecos, para que todo fuera más bien como un paisaje. Pero tuve un evento con Four Tet y Kieran me dijo que no escondiera la voz. La producción representa dónde estoy en términos de confianza. En ese sentido ‘Re-wild’ es mi canción favorita, porque hay profundidad y ciertos elementos especiales. Lo que nos pasa a las mujeres cuando cantamos es que te vas hacia abajo cuando te vas haciendo adulta. Y los hombres, al revés. Mira a Beyoncé, cada vez canta más hacia abajo. Que me encanta Beyoncé. El otro día hablé con su productor, y flipé.

¿Con cuál de todos?
Derek Dixie. Le pregunté por la línea de bajo de ‘Black Parade’, y me dijo cómo había grabado los instrumentos de viento, con qué pitch, y Beyoncé tiene una manera de cantar sobre ellos, y yo pensaba: «por supuesto que la tiene». Se lo conté a mis amigos y me dijeron: «pues vale» (risas).

«Antes de estar con alguien tienes que estar bien contigo mismo. Y luego ya «con alguien más»»

El caso es que, volviendo a tu voz, en el disco hay bastantes instrumentales.
Siempre los hay porque necesito un descanso de mí misma y de mi propia voz, pero tampoco podría hacer solo instrumentales. Me gusta mi voz 3 veces al año. Es muy particular, nadie tiene una voz como la mía en el sentido de que todo el mundo es único. Siempre estoy intentando encontrar su espacio, soy la típica persona que añade cosas y luego las quita. Tengo problemas para añadir. Jon Hopkins es lo opuesto a mí. Cada uno tiene diferentes procesos. En este disco, ‘Flow’ está muy abajo, es un lugar en el que sumergirse, un espacio en el que estar.

He leído que «obviamente» este es un disco post-ruptura, pero para mí no lo es…
No… sería simplista.

El momento más confuso al respecto es cuando dices que «sienta bien estar sola»… pero hay un plot twist y añades: «sola… contigo».
Es algo hermoso reconectar con una persona nueva, pero también «alone» es «all one»: antes de estar con alguien tienes que estar bien contigo mismo. Y luego ya «con alguien más». Esa canción es expansiva, se va haciendo más y más grande. Este disco no es sobre una cosa, podrían ser cosas desencadenadas por una ruptura, pero es mucho más complejo. Es un viaje de autodescubrimiento con el que tú conectas como tengas que conectar.

El vídeo de ‘On’ es bastante inquietante, sobre todo cuando una persona sangra. No sé por qué cuando sangras por la nariz se pasa mucho miedo, lo primero que piensa todo el mundo es que se va a morir.
Es el mismo director de ‘Throwing Lines’ (Kasper Haggström), se le da muy bien dejar las cosas abiertas. ¿Está el personaje enfermo? ¿Va a morir? ¿Mentalmente se encuentra bien? ¿No está capacitado para cuidar de su perro? Está todo conectado. Alguien llega y coge el perro, mira a la cámara en plan «qué he hecho» y no sabemos si vuelve o no vuelve. Quizá es sobre creer en uno mismo. Hay muchos sentidos.

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