Una breve consulta a Carlos Sadness vía DM en Twitter ha terminado derivando en otra interesante entrevista con el cantante, siempre con un discurso muy decidido y grandes cosas que decir, casi en contraste con la deliberada sencillez de muchas de sus letras. Le preguntamos al artista por esta misma cuestión y también por el desarrollo del álbum que ha publicado este año, ‘Tropical Jesus‘, un álbum que salía en junio y 3 meses después continúa entre los 50 más vendidos y escuchados del país. El artista catalán habla sobre los estándares de la radio, la libertad creativa o el enfoque musical de la prensa española.
¿Cómo valoras la recepción de ‘Tropical Jesus’ un par de meses después de su salida?
Es un año raro para valorar las cosas, porque las condiciones son diferentes. La voz de la gente no se oye igual en estos shows, y ese detalle me ha hecho dudar. Llego al camerino y pregunto: «¿pero han cantado en ‘Chocolate y Nata’? «Han cantado muchísimo», me dicen, pero no se escucha como en una sala o un festi. Los mensajes que me llegan han sido muy emocionantes, pero no puedo leer demasiado sobre mí de manera indirecta, me da como vergüenza, aunque digan cosas buenas. También están las cifras, que a veces decimos que no importan y otras parece que son oro, pienso que cada uno tiene las suyas, pero si las comparo conmigo mismo hace un año o dos son asombrosas. Un bonito asombro.
Te había entendido que no querías hablar de confinamiento en la entrevista, pero como dices, no sé si vas a poder disociar este lanzamiento de lo que está siendo este verano… Precisamente porque el disco suena a verano, a playa y a calor… El disco era como para el verano, pero no el verano que está siendo…
Jaja, ¡ya, ya! Pero era inevitable ahí… Yo no lo veo tan veraniego, igual porque lo veo desde dentro, o porque los paisajes donde suceden las canciones viven en un clima donde se notan menos las estaciones, las horas doradas y azules son más largas… Son paisajes que están en mi cabeza y mezclan sitios inspiradores de aquí y de allá, es el disco más viajado de todos. Una de las canciones que mejor han ido salió en enero, ‘Isla Morenita’. Es curioso eso.
Pone en Genius que ‘Isla morenita’ y ‘Muerte súbita…’ las escribiste en un hotel de Andalucía muerto de calor… pero no está acreditado. Igual está mal… En todo caso, hay bastante referencia a que «Te derrita el sol», a la «playa»… Es curioso que tú no veas el disco tan veraniego…!
‘Muerte súbita’ sí, ‘Isla Morenita’ la empecé en un avión pero no recuerdo bien de dónde volvía. ‘Muerte súbita de un caimán’ se llama así porque estábamos pensando nombres punks para canciones, pero sí, hacía un calor terrible. Y sí es veraniega en ese punto, te lo compro.
Sobre lo que decías de los números… tenía curiosidad por cómo iba a un artista como tú en la lista de Promusicae, ahora que mezcla ventas y streaming. El disco entró un poco más bajo que el anterior, pero luego se ha mantenido muy firme en torno al top 40. No sé si estás al tanto de estas cosas, o te miras un poco los streamings y ya.
Me cuentan los de Sony, yo voy mirando Spoti porque da una información muy detallada de ciudades a nivel internacional. Entró algo más bajo, pero vendimos muchos más discos, lo de las listas depende mucho de la semana que entres, no me preocupaba eso de conseguir un buen número y a los de Sony tampoco. No retrasaría mi disco porque sale a la vez que uno potente por conseguir una posición. Aunque haya buenos números, no estamos en la liga de pensar tanto en esas cosas.
«Con ‘Longitud de Onda’ perdí el canguelis (…) Sentirse libre cuando haces una canción es lo mínimo»
No sé si hay alguna canción de la que igual esperabas peor recepción, como por decir algo ‘Todo estaba bien’, y alguna de las que esperaras mejor, como, yo qué sé, ‘Me desamaste’…
Yo creía que ‘El Simpático’, al haberla hecho con Crystal Fighters iba a ser una de las más destacadas, además me gusta bastante, y está entre las que menos. ‘Todo estaba bien’ imaginaba que iba a gustar, la gente que me escucha es bastante permisiva conmigo y los géneros, siempre me gusta jugármela un poco en algún tema, y con ‘Longitud de Onda’ perdí el canguelis. Al final es algo divertido y creativamente no tener miedo a encontrar un límite por parte del público, es muy positivo, sentirse libre cuando haces una canción es lo mínimo.
¿Han cambiado bastante las cosas en cuanto a prejuicios, verdad, en pocos años y por suerte, no? Nosotros tenemos un par de comentaristas obsesionados con que le damos bola a Bad Bunny y a Maluma. Pero cada vez parece algo más residual…
Han cambiado una barbaridad, el oído de la gente se ha acostumbrado a otras cosas y algunas de no hace tanto, ahora nos suenan muy lejanas. En esas evoluciones pasan cosas chulas, me interesa bastante el territorio intermedio, ahí pasan cosas que sorprenden y ahí hay lugar para poner tu identidad por encima del género, que al final, es lo que más valor tiene de un artista a diferencia de un proyecto con una visión más comercial.
Esto es un poco lo que querías decir en aquel tuit que borraste, ¿no? Comentabas que hay gente que compone ya directamente para la radio… yo te decía por privado que lo mismo para las playlists de Spotify…
No lo borré por mal rollo, sino porque tampoco me apetecía una conspiración por si lo decía por X o por Y. Es un poco rollo que para que una canción suene, donde sea de esas opciones, pensemos que ha de tener todos los clichés del momento. Porque cumplir con ellos no tiene nada de creativo. Que a mí es lo que más me gusta de hacer música, la parte de la idea y la identidad. Que eso que me cuenta ese o esa artista sea algo genuino, personal. Te guste más o menos, pero no algo neutro pensado para abarcar lo máximo. Y tampoco soy defensor de “enrarecer” las cosas, ni mucho menos. La naturalidad es lo suyo, hay gente que hace algo muy natural y conecta con un montón de gente, pues genial.
«El disco es como hacer temas de indie/alternativo pero trabajando como para hacer hip hop»
Entiendo lo que quieres decir con que lo más importante es la «identidad», ¿pero qué quieres decir exactamente con la «idea»? ¿La idea original de la canción, la melodía? En este disco tienes varias colaboraciones, tampoco pareces el típico cantautor de «yo, mi melodía, mi letra y lo que me salga».
La idea de todo, obvio unas pesan más que otras, pero la de la primera frase, la del sabor que tiene que dejar, la de qué sonido arropa mejor esa historia.
Hacer «featurings» está mal visto entre ciertos sectores, ya que en las listas son casi todo temas con 200 featurings.
Sí, yo también creo que se está abusando, a mí me gustan poco como oyente de música, y en los otros discos había máximo una, pero aquí se ha dado así de manera inconsciente, con Bomba (Estéreo), es que la hicimos juntos en Santa Marta, estuve unos días por allí, en su casa, que está en un sitio increíble. Me pasaron mil anécdotas surrealistas, pero no voy a dar la chapa. Con Crystal Fighters, igual, de hecho surgió por parte de ellos y nos juntamos varias veces por Barcelona, hicimos más temas, y nos quedamos con ese. Con Manuel (Medrano) sí quise introducirlo en una canción que más o menos tenía hecha porque es un artista que me encanta y además desde hace años tenemos amistad, habíamos cantado juntos en el Estereopicnic de Bogotá y queríamos grabar algo. Lo de las colabos… soy un pesado, pero vuelvo a lo mismo. La naturalidad de las cosas, eso se acaba transmitiendo en un tema, cuando ves lo que aporta cada uno, ¿no?
«Drake es una refe musical para mí tan importante como Vampire Weekend»
Sobre lo que comentabas del punto intermedio… en el disco hay una influencia visible de la música antes llamada «urbana», no solo por las colaboraciones, sino por algún fraseo o incluso el vocabulario. He visto que sueles hablar de Khalid, Post Malone, Yung Beef… ¿pero recuerdas cuál fue tu primera aproximación a este tipo de música como melómano?
Me gusta ese punto de restarle trascendencia al lenguaje, poder ser muy espontáneo, ahí volví un poco a la manera de hacer de cuando rapeaba y fue divertido hacerlo convivir con un mensaje, con metáforas más propias de la música alternativa que de lo urbano o como quieras llamarlo. Creo que esa es una particularidad de este disco respecto a los otros, va con ‘Tropical Jesus’. Yo siempre he escuchado de todo, en mi momento más “indie” flipaba también con ‘Watch the Throne’, luego con Drake, que es una refe musical para mí tan importante como Vampire Weekend.
Recuerdo cuando te comparábamos con Two Door Cinema Club, ahora mismo se me hace un poco ridículo…
Pues había cosas que recordaban a TDCC, sí fueron una referencia para mí en ‘La Idea Salvaje’, pero abarcaba más cosas, era un poco más pop, más orgánico también. En aquel momento comparábamos mucho más que ahora y era el primer disco que componía absolutamente solo, así que tiraba de más referencias que ahora. Es parte del camino y estoy encantado, le tengo mucho cariño a ese disco, le debo bastante. Recuerdo una crítica de una revista importante que dijo que era un disco sin riesgos y me chocó, porque en España no había prácticamente nada sonando parecido bajo mi punto de vista en aquel momento. Con esos punteos, ritmos de champeta… yo cuando lo hice lo veía muy único en España. ¿Por que lo ves ridículo?
Recuerdo que te pusimos por Twitter un comentario sobre el parecido con Two Door, una broma tipo «y te hemos puesto una décima menos que a ellos». Ahora no haríamos algo así… No sé…
Jaja no recordaba eso, no me lo tomaría nada mal, seguro. Pero creo que es un disco fresco para el 2015.
En este disco, ¿cuál es el mayor riesgo que has tomado?
Pues por ejemplo, no grabar ni una batería real, absolutamente todo son beats hechos en casa. Bueno, casi todo está hecho en casa y quizás es el que mejor suena. Era como hacer temas de indie/alternativo pero trabajando como para hacer hip hop. De broma decíamos que era un disco de neo-indie, alternativo, pero con métodos y sonidos nuevos conviviendo con sonoridades y arreglos vintage. Pero luego, por muchas vueltas que le des, la gente tampoco está analizando a qué género pertenece cada detalle. Lo recibe como un todo.
Lo dices como algo bueno, ¿no?
Lo digo como algo que percibo, disfrutar o no disfrutar, pero no agobiarse con eso. Supongo que bueno.
Hablando de conformar un todo, hay una frontera peligrosa entre seguir una misma línea artística y que el disco resulte «lineal» (como monótono) o salirte demasiado de eso y que no quede un conjunto coherente. No sé si trabajas así los discos, como conceptos. Supongo que sí, si por ejemplo no había baterías.
No tanto, sé lo que me apetece, pero nunca sigo una pauta, no soy tan metódico ni ordenado y tampoco me gusta decidir cómo va a ser algo, cada canción va a donde quiere, luego veo si pega o no en el disco, si tengo ganas de publicarla o no. No creo que fuera capaz de hacer algo muy conceptual durante dos años que es lo que suelo emplear, da tiempo a pensar muchas cosas.
¿Tienes muchas canciones hechas que luego no has «tenido ganas de publicar»?
Tampoco las acabo como las otras, algunas se quedan a mitad y otras a veces las olvido por despiste. Pero no hago muchísimos temas, la verdad. Y como son hechos para mí, veo complicado colocarlos a otros, se quedan en el cajón. No pasa nada.
«Cuando empece a hacer música era un poco barroco. Luego quise ser más directo. Pero lo directo o claro no tiene por qué estar vacío, eso sí es importante para mí»
¿De qué letra estás más orgulloso en este disco? Es curioso que eres una persona con un discurso bastante complejo, pero como letrista parece que te gustan las cosas muy, muy claras, muy, muy directas y un tanto sencillas. No sé qué tema ha podido darte más guerra en lo lírico.
Cuando empecé a hacer música era un poco barroco: “echo de menos tus abrazos poliédricos cubriendo los ángulos agudos de mi cuerpo”. Ya lo hice, luego empecé a pensar que me gustaba que las canciones generasen unas sensaciones con todos sus elementos, con todas las frases y quise ser más directo en el lenguaje, pero le doy una importancia salomónica a las letras, lo directo o claro no tiene por qué estar vacío, eso sí es importante para mí. Mola decir algo que parece muy tonto, pero irlo envolviendo de una profundidad más coqueta. Hay ironía, caricatura de personajes para señalar cosas de la vida moderna. Como Woody Allen. Me gusta la letra de ‘Isla Morenita’ o ‘Ahorita’, esta última porque es como una evolución del reproche a la empatía y al convencimiento. O ‘Adiós a los Dinosaurios’, que es clara, pero abarca un tema complejo como la eternidad, la paternidad y la trascendencia del amor a la vida. Vestida de canción festivalera con toques africanos.
A mí me encanta la de ‘Clorofila’, estas cosas de 1 minuto o 2 minutos cuando están bien, están muy bien, y este tema define de manera muy graciosa para mí, cómo es un rollo muy fugaz: «Recordaré que tú fuiste un chicle de menta / Que me refresca la boca pero no alimenta».
Me hace ilusión que te guste, y es que va de eso, de un amor inofensivo o de un encuentro intrascendente, pero explicado como algo súper naif y delicado. Y sí, si algo cumple su cometido en minuto y algo, ¿para qué alargarlo? En este caso, hay un paralelismo directo con el significado de la canción. Y acaba con una referencia a una canción que cantaban en las fiestas de mi pueblo, que decía “entre las ramas y las flores está prendido el amor”, que me conecta con la banda sonora de mi infancia.
«No puedes otorgarle todo al lugar donde naciste, o donde creciste, porque no serías el mismo sin otra experiencia que viviste en un sitio que no tiene nada que ver»
Aparte del amor familiar de «Dinosaurios», ¿hay algún tema importante en el álbum que esté pasando desapercibido? Porque las canciones parecen claras en su temática, como ‘Ciclo lunar’, que es una broma sobre la influencia de los horóscopos, pero cuando las explicas tienen historias escondidas. ¿Algo importante que esté pasando desapercibido?
No lo sé, porque tampoco busco conocer la interpretación que está dándole la gente. Una canción discreta, pero que mucha gente ha agradecido, es ‘El Gringo’, que tiene una declaración particular hoy en día, donde la gente se siente muy de aquí o de allá. Viene a decir, no lo contrario, pero que uno acaba sintiéndose de los sitios donde ha conectado, se ha emocionado o vivido algo grande. Y en algún momento, llega a no saber de dónde es, porque muchos sitios y experiencias han compuesto su vida, así que no puedes otorgarle todo al lugar donde naciste, o donde creciste, porque no serías el mismo sin otra experiencia que viviste en un sitio que no tiene nada que ver. Quería explicar eso de ‘Tropical Jesus’, que de hecho es una idea que nació en Colombia, en la promo del disco anterior.
No sé si la gente se siente muy de aquí o de allá, o que más bien que quien es muy patriótico o nacionalista o lo que sea hace muchísimo ruido… Últimamente también hay un movimiento de gente que ama muchísimo su lugar de origen, pero le da rabia que la gente de un solo bando político se apropie de toda la bandera…
Sí, pero yo quería abordarlo como algo alejado del punto político. Pensaba en paisajes y experiencias, en cómo me he sentido en barrios o carreteras de otros países que estaban formando parte de mi vida. Al principio cuando pasaba tiempo en Latinoamérica parecía que mi vida se ponía en pausa en Barcelona, pensaba en mi vida real como si pudiera verla desde fuera y poco a poco fui entendiendo que aquello también era mi vida real y que al otro lado del Atlántico nada se detenía para esperarme. Hay unas frases en el segundo verso que hablan claramente de esa sensación. Escribo mucho en los aviones de regreso. La carga emocional de volver habiendo vivido cosas nuevas, de no ser exactamente igual que cuando tomaste el avión de ida. Parece intensito, quizás lo es, yo no creo serlo mucho, pero ese momento sí lo siento. También es verdad que los shows, giras y las promos en algunos sitios de Latinoamérica, son intensos.
«En Latinoamérica hacen noticias de muchas cosas que ni informamos, medios especializados y generalistas. Si lo comparo con la cobertura que aquí me dan los medios son dos mundos»
Se aprecia mucho en vídeos y demás, sí, que la cosa es una locura… ¿Alguna anécdota abrumadora al respecto? Entre tantísimo follower en redes…
Allí, en general, el público es más apasionado con la música. Es casi como aquí el fútbol, está en un punto más importante. Yo sigo teniendo más público en España, más o menos está igualado, pero allí hacen más ruido, también eres de fuera y cuando vas, se entregan mucho, los medios también, ahí noto una diferencia increíble. Hacen noticias de muchas cosas que ni informamos, medios especializados y generalistas. Si lo comparo con la cobertura que aquí me dan los medios son dos mundos. En México a veces es como si fuera mexicano y eso es un gustazo.
Hay una crisis en la prensa musical, sobre qué se debe y qué no se debe informar. Antes, que un artista sacara un vídeo, era una noticia. Ahora, el artista lo comparte en sus redes y en los 30 minutos que tardas en redactarlo, ya lo ha terminado de ver todo el mundo hace 25. Por otro lado, recuerdo que a nosotros nos llamaron sensacionalistas por sacar el secuestro de Delorean en México, que estaba abriendo el Telediario de La 1. A veces no sabes sobre qué informar o qué no informar, yo de repente he sentido pavor de preguntarte si eras padre, porque no lo sabía, y no sé si se sabe, concierne o es relevante realmente para el caso.
Te entiendo, es un momento complicado, pero no todo el mundo sigue al artista en redes, aunque lo consuma, y está bien informar de un vídeo, además llegáis a otra gente que quizás no se entera. Pero no, no soy padre, solamente estaba pensando en eso aquel día, en si los hijos somos de algún modo continuidad. Me encanta pensar que le regalo mis experiencias a mis padres y que en cierta manera también son suyas. Que el cariño o amor trasciende el paso del tiempo, y cómo me quería alguien cuando yo tenía 9 años, aún lo siento y entiendo ahora, y algún día lo cogeré y se lo daré a alguien que todavía no sabe lo que significa. Por eso habla de la eternidad como si pudieras cogerla con las manos, porque viviéndola es enorme, pero luego ocupa un rincón pequeño en nuestro recuerdo. Igual es una canción de la crisis de los 30 y le estoy dando demasiadas vueltas.
Has dicho que te has implicado en la producción del disco, ¿qué labor han desempeñado por tanto Dan Hammond y Stefano Macarrone como co-productores? Acabamos de descubrir que Stefano ha producido a una revelación alucinante, Rigoberta Bandini.
Las canciones llegaron al estudio muy terminadas, mi idea era grabar allí guitarras, bajos y voces, porque la producción de los temas se había trabajado paralelamente a la composición. Al final repasamos algún beat, cambiamos el sonido de algunos golpes y añadimos algún pad desde la visión de equipo con las orejas limpias, pero no había mucho más margen y no quería que las canciones cambiasen su sonido, porque ya había pasado horas buscándolo en mi casa hasta encontrar ese punto del que hablábamos de la identidad. No conozco ese curro de Stefano, pero tiene un gusto tremendo, es un tío que me gusta tener cerca, a ver si resucita a Mendetz y nos da una alegría.