IDLES es una de las bandas de rock más populares de la actualidad en Reino Unido. Sus dos discos ‘Brutalism’ y ‘Joy as an Act of Resistance‘ han fascinado a la crítica, el segundo incluso alcanzó el top 5 de ventas en las islas, y su próximo trabajo, ‘Grounds’, está llamado a consolidarlo gracias a la pegada de singles como el reciente ‘Model Village‘.
Sin embargo, la banda de Joe Talbot también cuenta con detractores entre quienes perciben cierta pose y artificialidad en el componente social de sus letras. Por ejemplo, Jason Williamson de Sleaford Mords ha acusado al grupo de «apropiarse de las voces de la clase obrera» y Fat White Family ha ido tan lejos de declarar que «lo último que necesita nuestra cultura, cada vez más puritana, es a un grupo de bobos auto-castrados de clase media diciéndonos que nos portemos bien con los inmigrantes» (en referencia probablemente al éxito de IDLES de 2017 ‘Danny Nedelko’).
The Guardian acaba de entrevistar a Joe Talbot y este se ha defendido de las críticas en el medio británico, diciendo que no está «amonestando a nadie» con su música ni «escondiéndose detrás de mierdas surrealistas», sino simplemente poniendo sobre la mesa todo aquello en lo que cree. «Creo que nuestro mensaje no se entiende del todo bien. La gente piensa: idos a la mierda, bastardos sentimentalistas. La gente tiene que vernos en directo para creernos. Tú vienes a nuestro concierto y nos crees». Ahora, Lias Saoudi de Fat White Family ha aprovechado las declaraciones de Talbot pare reincidir en su desprecio a IDLES en un extenso artículo publicado en The Social en el que afirma que IDLES «representan todo aquello que está mal en la política cultural contemporánea».
En el texto, Saoudi indica que «de alguna manera estoy agradecido a IDLES, ya que ningún otro fenómeno musical reciente ha sido capaz de poner sobre la mesa de manera tan clara las descaradas consistencias presentes en las actitudes de justicia social -importadas de Estados Unidos- que han impregnado cada aspecto de nuestra cultura». Y añade: «Cuando te crías bajo circunstancias económicas opresivas en un mundo que te ofrece oportunidades cada vez peores, un mundo en el que la violencia y el abuso son la norma, tarde o temprano es muy posible que la desesperación que sientes termine convertida en odio. Llamar a la gente a la que le sucede esto «basura» no es progresivo, es decadente. Voy tan lejos de decir que es parecido a culpar a los esclavos por sus cadenas».
El artista continúa: «(IDLES) es una banda que se las da de no tolerar prejuicios de ningún tipo, pero que cree necesario atacar a todo aquel que viene de un pueblo pequeño y que no ha podido adoptar su misma visión de clase media metropolitana. Después de crecer en un pueblo donde he sufrido palizas y he sufrido abusos racistas, puedo confirmar de primera mano que este lugar sigue siendo muy intolerante, ¿pero quién es Joe Talbot para apuntar a esta gente con el dedo y juzgarla? El sonido de IDLES es el de la solidaridad invertida, una que se deleita juzgando a la gente que no ha alcanzado su posición sin ofrecer una alternativa válida». El artista asegura que «las letras de IDLES parecen generadas por un algoritmo de The Guardian» porque, en ellas, la banda «habla sistemáticamente de todos los asuntos importantes del momento de la manera más predecible posible».