En ‘Blue Hearts’ Bob Mould pone las cosas claras. Trece temas, 35 minutos, directos al hipotálamo (y a la yugular de Trump y su podredumbre política y moral). Si en el anterior álbum ‘Sunshine Rock’ ya asomaba el punk, aunque la sombra de Sugar era más alargada, aquí Mould recupera, del todo y sin ambages, a los Hüsker Dü de ‘New Day Rising’. Pero no sólo hay ira y energía; también euforia. ‘Blue Hearts’ emana una rara alegría que sobrevuela el conjunto, a pesar de su condición de puñetazo-en-la-mesa; parece haber poca premeditación y mucha necesidad de sacar mierda fuera. Bob se encarga de la producción, como viene siendo habitual, y se enfrenta al mundo solo con su guitarra, un bajo y una batería. Quizás esa urgencia redunda en una calidad de sonido no muy buena, pero precisamente esto, el aire a pieza urgente grabada casi de una tacada, subraya su frescura. ‘Blue Hearts’ es un disco que se enfrenta a tiempos duros, pero sin asomo de pena o depresión.
Que no engañe el inicio, breve, y solo con guitarra acústica, de ‘Heart on My Sleeve’, aunque Bob ya deja asomar cierta rabia: “The Left Coast is covered in ash and flames/Keep denying the winds of climate change”. A partir de aquí, todo son pepinazos acelerados de puro hardcore punk. En ‘Next Generation’ reinan las inflexiones melódicas marca de la casa, feroces y pegadizas a la vez, mientras Bob grita fiero: “No celebration!”. Y resopla, brama, en ‘American Crisis’, que contiene unas filigranas a la guitarra que quitan el sentido: aceleran, frenan en seco y se enlazan con las de la espídica (¡1:40 minutos!) ‘Fireball’. Mould encadena temas sin respiro, aunque levanta el pie del acelerador en ‘Forecast of Rain’, un hermoso estribillo mecido por el ruido noventero, en que Bob denuncia la hipocresía de la religión institucionalizada. Estos tres temas forman algo así como el meollo del disco.
Luego el conjunto se desinfla un poquito, en comparación a su fulgurante arranque, pero sigue repleto de destellos memorables. Los riffs que dibuja en ‘When You Left’ vuelan la cabeza; también lo hace el embrujo a base de guitarrazos con el que abre ‘Little Pieces’. En el tramo final, algo más virado al pop, Bob baja un poco la velocidad. No mucho, lo suficiente para que recuperemos el aliento, aunque aún guarda petardazos como ‘Password of My Soul’. Pero nos aterriza suave en ‘The Ocean’, donde brilla el Bob más tierno (aunque sin pasarse).
‘Blue Hearts’ está repleto de canciones y sonidos aparentemente trillados de punk-rock alternativo de los 80 y 90, muy fácilmente reconocibles por cualquier conocedor de la obra de Bob Mould. Pero, ay, qué bien los hace y cómo sigue tocando la fibra. Ahora que IDLES están recuperando el punk para las nuevas generaciones, ahora que demuestran que lucha y música están indisolublemente unidos, qué mejor que acudir a una de de las figuras más emblemáticas del género en su disco más político y fiero.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘American Crisis’, ‘Fireball, ‘Forecast of Rain’, ‘When You Left’
Te gustará si te gusta: Hüsker Dü, el hardcore-punk, el rock alternativo americano de los 80-90, IDLE
Youtube: vídeo de ‘Siberian Butterfly’