Karen es un nombre maldito hoy en día en las cloacas de internet, pero también era el nombre real de la escritora Karen Blixen, quien con el nombre masculino de Isak Dinesen firmó la archiconocida novela ‘Memorias de África’.
Christina Rosenvinge, también de ascendencia danesa, interpreta a la autora en la nueva película de la directora extremeña María Pérez Sanz, que puede verse en el Festival de Sevilla del 8 al 14 de noviembre. Ya puede verse el tráiler oficial de esta contemplativa película rodada en Extremadura que narra un fragmento de la vida de Karen Blixen en Kenia, acompañada de Farah, su criado somalí. Rosenvinge, en un momento profesional pletórico después de obtener el Premio Nacional de las Músicas Actuales por su último disco, ‘Un hombre rubio‘, vuelve así al cine décadas después de haber aparecido en ‘Todo es mentira’ de Álvaro Fernández Armero junto a Penélope Cruz y Coque Malla y en ‘La pistola de mi hermano’ de Ray Loriga.
En palabras recogidas por Barna Foto Press, María Perez Sanz profundiza en la creación de la película, indicando que «tuvimos que alejarnos mucho de Memorias de África y su alargada sombra para empezar a ver algo» y que «olvidarnos de la adaptación literaria nos liberó».Y añade que no le «interesaba hacer una película historicista, ni narrar los acontecimientos de su vida como granjera en Kenia (entonces África Oriental Británica)».
La directora continúa: «Lo que yo buscaba era retratar a esa mujer en un momento muy concreto de su vida, su ruina africana, sin explicar las causas y dejando que el espectador completase la historia a su manera. Sólo así podía centrarme en lo que más me interesaba: detenerme a filmarla en sus rituales cotidianos, sus pequeños quehaceres, sus conversaciones aparentemente intrascendentes. Y así de un plumazo dejaron de ser necesarios todos los personajes de la novela, todos sus amigos, amores, enemigos… Y sólo quedó en pie el personaje de Farah, el criado musulmán de Karen».
En cuanto a la elección de los intérpretes, la directora explica: «Karen es Christina Rosenvinge y Farah, Alito Rodgers. Les escogí porque cumplían la máxima bressoniana de ser y no parecer. Se trataba de capturar su misterio y no de buscar una interpretación psicológica del guion. Christina, Alito y el enigma de su relación son la materia de la que está hecha esta película».