2020 no fue «un año más», y como año raro solo podía acabar con un «epic fail» de este calibre: la cacareada actuación de Nacho Cano en la Puerta del Sol interpretando ‘Un año más’ no fue retransmitida para que la pudieran ver todos «los españolitos» haciendo «por una vez algo a la vez». Solo los seguidores de Telemadrid, si es que tal cosa existe, pudieron ver la actuación entera en directo, provocando la indignación de los telespectadores hypeados por esta retransmisión, 22 o 28 años después de la separación de Mecano, según como se mire.
‘Un año más’ es uno de esos «sleepers» de la carrera de Mecano que no se terminaron de ver venir. Incluido en ‘Descanso dominical’, fue un éxito evidente como el resto del álbum, pero en su momento solo hasta cierto punto. Publicado en 1988 después de que ‘Entre el cielo y el suelo’ (1986) alcanzara el millón de copias vendidas, aquel quinto disco del trío madrileño fue el más vendido de todo el año en España tras haberse promocionado en verano con el primer single ‘No hay marcha en Nueva York’. El segundo fue, curiosamente, ‘Los amantes’. El más recordado a la larga ha sido claramente el quinto sencillo, editado ya en 1989, ‘La fuerza del destino’. Y justo antes de esto, a alguien en BMG se le ocurrió que a ver si en vez de un hit, podían ser dos, editando de cara a la Navidad 88/89 dos singles del disco de manera simultánea, ‘Mujer contra mujer’ y ‘Un año más’. No fue exactamente un single de doble cara A, porque se publicaron aparte con distintas caras B, pero parece que se decidió probar suerte a ver cuál calaba más: si la balada bonita y clásica 100% José María, o la divertidilla y kitsch 100% Nacho.
Ambas presentan a día de hoy igual solidez en streamings, 20 millones de reproducciones en Spotify, un multiplatino de nuestra era. ‘Mujer contra mujer’ se convirtió fácilmente en un himno para la comunidad lésbica, y ‘Un año más’ es ese tema odioso pero pegadizo, ñoño pero simpático, capaz de volver a las listas año sí, año también, cual ‘Last Christmas’ de Wham!. Ahora mismo es puesto 78 en Spotify España, aunque desde luego no ha sido por la visibilidad que le ha dado RTVE, sino más bien Youtube y la web oficial de Telemadrid, que debe de estar en máximos históricos.
Twitter llegaba a este 1 de enero totalmente incrédulo ante lo que habían visto sus ojos: la actuación de Nacho Cano había sido producida por Telemadrid, organizada por el Ayuntamiento de la ciudad (el de Almeida y Andrea Levy como responsable de cultura) en homenaje a las víctimas de la covid-19, y por tanto el resto de cadenas solo habían conectado con ello de manera puntual, de fondo. ¿De verdad estábamos ante otra penosa trifulca en plena pandemia entre los gobiernos local y central? Pues sí y no. RTVE ha tenido que salir al paso de la mal llamada «censura» explicando que la intención nunca fue emitir el show de Nacho Cano al completo. Han dicho a Vertele
que «la emisión era para recibir el nuevo año y no para ofrecer el concierto de Cano». Tiene su sentido, y la cadena puede presumir de haber hecho una de las retransmisiones de campanadas más reivindicables de los últimos tiempos: olvidaos de esa otra guerra entre la bandera española proyectada por Ayuso y unos jarrones de flores para ocultarla (que la cadena ha utilizado durante los últimos años). Anne Igartiburu tuvo que contener las lágrimas, como todos los demás, escuchando a Ana Obregón hablando con naturalidad, sin morbos, de la muerte de su hijo, de la importancia de invertir en investigación para luchar contra el cáncer, de aprovechar el momento y de muchas otras cosas ajenas a su vida personal. Cupieron en su discurso las penosidades que estamos pasando los autónomos, el sector de la cultura, los teatros, los conciertos. Dejó a media España anonadada.Por otro lado, la actuación de Nacho Cano también estuvo a la altura de las circunstancias, en tanto que cada año la gente devora esta composición suya como el público anglosajón el villancico de Mariah Carey. Bueno, casi. Quizá temiendo que el cantante pudiera ofrecer un espectáculo tan inapropiado como el que subió a escena en el homenaje a Miguel Ángel Blanco en 1997, una interpretación extrañamente espídica y acelerada, muy pasada de rosca, de ‘Vivimos siempre juntos’ (por cierto, introducida por Ana Obregón, como podéis ver aquí); RTVE no quiso sumarse a la idea de Almeida y optar por su propio guión. Pero salvo un par de planos ñoños e infantiles, como ese momento en el que se menciona y se señala el reloj de la Puerta del Sol; el «¡vámonos!» propio de su Celebrities, y ese punto horterilla, casi apitufado, que siempre tuvo la canción, definitivamente no una de las mejores de Mecano; la interpretación a piano de Nacho y la vocal de Maryan Frutos de KUVE fueron bastante sobrios y bastante impecables. Alguien puede apuntar a lo anacrónico de los coros, pero alguien lo podría llamar simplemente «Navidad». Ni más ni menos que lo que muchos demandaban ver en ese momento.