MARINA no ha solido hacer disco igual y ‘Ancient Dreams in a Modern Land’, el quinto de su carrera, es un paso adelante respecto al anterior, ‘LOVE + FEAR‘, en varios sentidos. Desde luego el cambio es radical: donde antes mandaba el blanco y negro y una sosez absoluta en producciones y estética, aunque algunas canciones de ese innecesario álbum doble eran muy dignas, como ‘Superstar’, ‘True’ o ‘Karma’, ahora hay color y una visión más delimitada y concreta en la que MARINA alterna lo personal con lo social y político sin andarse por las ramas. De manera interesante es un trabajo escrito al 100% por ella misma… y se nota.
Cuenta MARINA que escribió ‘Ancient Dreams in a Modern Land’ durante el confinamiento, en una época en la que se sintió «enfadada conmigo misma por haber vivido la vida que había estado viviendo y que se nos ha forzado a vivir» porque «la vida antes de la covid no era sostenible y tampoco agradable». ‘Ancient Dreams in a Modern Land’ mira a un pasado remoto y puro (el habitado por nuestros «ancestros») y aborda temas como el feminismo, la masculinidad tóxica, la salud mental, el racismo o el cambio climático pero también su propia ruptura en un disco que realmente no se decide a ser ni político ni personal, optando por una mezcla de ambas diferenciada en dos mitades.
Con contundencia se puede decir que MARINA ha callado bocas con los singles que han presentado su nuevo disco. ‘Man’s World‘ es un tema producido enteramente por mujeres en el que MARINA condena el heteropatriarcado y que ha ganado enteros con el paso de los meses hasta convertirse en uno de los más memorables que ha escrito. Es uno de sus mejores medios tiempos. Por otro lado, el pop-punk de ‘Purge the Poison‘ es blandito pero a la vez ultra pegadizo y carismático. El tema menciona el racismo, la misoginia, el capitalismo, las guerras, el techo de cristal, a Britney y a Harvey Weinstein para hacer un resumen de los males del mundo desde el punto de vista de la Madre Tierra (en el caso de Britney, cómo se trató su crisis nerviosa) que puede parecer demasiado acelerado, pero que vuelve a ser memorable.
Más sorprendente ha sido el bélico tema titular
, que suena a una mezcla de ‘Uprising’ de Muse y ‘Womanizer’, pero a la vez 100% MARINA por la buena dosis de excentricidades vocales que contiene. La letra proclama que nuestros «ancestros lucharon por que nosotros pudiéramos tener una oportunidad en la vida», aboga por ser uno mismo y «no conformarse con las normas» y es espiritual, pero lo mejor es que la canción es vibrante y colorida como la portada del álbum. Su mejor «opener» desde ‘FROOT‘. Y ‘Venus Fly Trap‘ es el single más divertido de esta era: MARINA defiende que «nada en este mundo» la cambiará en una melodía tan teatral como de costumbre, a la vez que presume de ser «millonaria» y nos intenta colar que no está en esto «por la fama o el dinero». Quizá sí haya cambiado un poquito.Como artista pop, está claro que MARINA sabe que su labor es comunicar un mensaje de la forma más directa posible. Y eso pasa por hacer canciones que se recuerden aunque sus letras pequen de ingenuas (canta que el «capitalismo nos ha hecho pobres») o tengan la misma sutileza que un vestido de Agatha Ruiz de la Prada. En ese sentido, ‘Ancient Dreams in a Modern Land’ cumple su cometido al menos gracias a sus singles: estés de acuerdo o no con lo que canta, sus letras se quedan en la cabeza. Algo que sucede también con un tema menor como ‘New America’, que MARINA escribió el día después del asesinato de George Floyd y que menciona el racismo, la «tierra robada» por la colonización e incluso la crisis agrícola.
Puede parecer un problema de ‘Ancient Dreams in a Modern Land’ la brocha gorda con la que aborda sus textos políticos, síntoma de que quizá no esté del todo preparada para hablar de ellos. Pero como artista pop se entiende que prefiera soltar titulares por doquier en lugar de profundizar en un tema concreto: MARINA no es experta en política ni pretende serlo. Pero precisamente sus textos políticos funcionan porque van a la yugular, lo cual es el propósito. Aunque también es verdad que, cuando MARINA se centra en un solo tema se suele lucir, como en ‘Man’s World’ o en la bonita balada ‘Highly Emotional People’, un homenaje a las emociones que a la vez aborda el tema de la masculinidad tóxica, y en el que una frase tan sencilla como «nunca te veo llorar» sobrecoge.
Precisamente esa masculinidad tóxica parece el motivo de la ruptura de MARINA con su ex, sobre la que canta en una segunda mitad muy inferior. MARINA lleva el peso emocional de la relación y, por lo que se intuye, es víctima de una infidelidad. En la olvidable balada ‘Pandora’s Box’ se muestra atormentada por la «guerra dentro de su cráneo» y en la intimista ‘Flowers’ empieza a ver algo de esperanza en su futuro. Pero son baladas enormemente anodinas, sin la garra de los singles. No se acercan ni un poco a la potencia emocional de ‘Happy’. Y ‘I Love You But I Love Me More’ simplemente es un sucedáneo de ‘Man’s World’ solo que dedicado a esa relación en la que de repente falta lo más importante: la confianza. Esto significa que exactamente la primera mitad de ‘Ancient Dreams in a Modern Land’ mola y la otra no. Se puede hablar de semi decepción: una pena que el disco entero no esté tan bien como los singles.