Lizzo ha liado una buena zorrera llamando a Janet Jackson «reina del pop» cuando la cantante está desaparecida del mapa desde la tibia recepción en 2018 de su single con Daddy Yankee, cuyo título ‘Made for Now’ no fue demasiado premonitorio. Pero el divertimento de coronar «rey» o «reina del pop» a tu artista favorito, cuando no a casi cualquier cosa, no es nuevo. Hace unos meses, Youtube estaba retransmitiendo en vivo -como ya es tradicional- la ceremonia de los Brit Awards, cuando el presentador de la gala Jack Whitehall anunció que estaba a punto de salir a escena «la indisputable reina del pop». Ni vivir en un constante debate al respecto me sirvió para adivinar quién estaba a punto de saltar al escenario, según esta presentación del humorista. Durante unos segundos, simplemente no tuve la más mínima idea de quién iba a aparecer por allí.
Pongámonos en situación: en los Brits de 2021 Madonna, que ha recibido el nombre honorífico desde mediados de los 80 en la prensa generalista, no era una opción tras haber pasado 2020 recuperándose de una lesión de cadera. En tal contexto, británico y de celebración, lo esperable habría sido coronar «Reina del Pop» a Dua Lipa, que fue la gran ganadora de la noche. Pero el caso es que ya había actuado en aquel momento, presentando un medley de ‘Future Nostalgia’, así que ella tampoco podía ser. Se abría la veda de las apuestas, incluyendo a Beyoncé (que hizo los mejores discos de pop la pasada década), Lady Gaga (que a veces es considerada tal por la prensa y sobre todo sus fans), Ariana Grande (que es la verdadera reina del streaming), Billie Eilish (que ha sido últimamente la artista más completa)… Al final quien salió por la puerta fue Taylor Swift, que venía de publicar dos discos. De música folk, ambos.
Uno de los ensayos del libro ‘Bitch She’s Madonna‘ nos enseñó que contraponer unas divas a otras era una consecuencia del heteropatriarcado y el machismo en la sociedad, pues el mundo en general debería tener amor para varias «reinas» -salvo Reino Unido, donde siempre ha reinado y para siempre reinará Isabel II-. Decían en uno de los capítulos la música Mar Álvarez y la musicóloga Laura Viñuelas: «Cada vez que emerge un nuevo talento femenino, su triunfo solo puede entenderse a costa de derrocar a la anterior, pues es bien sabido que una de las estrategias más efectivas del patriarcado para mantener el estado de las cosas es el «divide y vencerás»». Así que este artículo no enfrentará cifras entre divas: ni datos, ni récords, ni streamings, ni ventas, ni tickets baratos, caros o en reventa. Ni tampoco entre divos porque aquello jamás interesó a nadie. Solo servirá para recordar durante unos instantes la que durante años fue una de las páginas más divertidas de la Wikipedia: la de los «honorific nicknames«.
Hay que lamentar que la mejor página de la Wikipedia ya no exista: la versión española de esto era mucho mejor, pero parece haber sido aniquilada, probablemente sepultada en un océano de ediciones, revisiones, unas peleas de gatas que ni ‘Dinastía’, fuentes sin acreditar y sobre todo una cantidad ingente de información irrelevante incluso para el más pintado. Recuerdo aquello como todo un akelarre de fans muy preocupados por coronar a Shakira, Thalía, Wendy Sulca o Yuri como «la verdadera Madonna del mundo latino». En España, Amaia Montero competía por tal hito por su entrega ‘Pop’ durante el reinado de La Oreja de Van Gogh, con otras cantantes como Alaska, Mónica Naranjo o hasta Marta Sánchez, al menos hasta que esta abandonara el pop para cantar el Himno de España con Plácido Domingo, y no con cualquier otra persona.
En aquella página todos los días había tiempo para una nueva coronación. La versión anglosajona superviviente no es lo mismo, aunque no faltan ni Francisca Valenzuela ni Javiera Mena coronadas como reinas de algo en Chile, pero tampoco está mal. Alguien ha seguido la premisa de que para que alguien sea considerado el rey/reina de algo, primero se lo ha tenido que llamar el cuarto poder y acreditarlo a pie de página, si bien la verdadera carrera de tacones comienza cuando una gaceta extinta de Seattle decide lo mismo que The Guardian. Me pregunto si Adele se considerará la «Reina del Soul» ella misma, o una cantante de soul en absoluto. Quizá le gustaría más ser llamada «la Vicky Pollard del soul» [citation needed].
El artículo recopila todos los hombres que alguna vez han recibido el nombre del «Rey del Pop» (de George Michael a Justin Bieber), y todas las mujeres que han sido «Reina del Pop», cuyo delirio salpica hasta a la pizpireta Eleni Foureira. En principio, una reina ha de morir, ser derrocada o abdicar para perder su trono, pero puede haber varios «príncipes» y «princesas», por lo que esos títulos en el pop han servido para abarcar a nombres que levantan en general más simpatías que Beyoncé, como Britney Spears, Kylie Minogue y Christina Aguilera. Ya nadie recuerda que durante mucho tiempo Dionne Warwick, nacida en los años 40, fue también «la Princesa del Pop», pero a nadie va tampoco a molestarle.
Mucho más atractivo que quedarte el sobrenombre que llevó otro artista antes que tú e intentar definirte por usurpador o sucedáneo, es lograr otro completamente nuevo de cero y liderarlo tú solo. Mariah Carey tiene el honor de figurar en dicha página como única «Reina de la Navidad» dado el exitazo en los últimos años de su villancico grabado a mediados de los 90, Bowie es llamado «El Picasso del Pop» por un titular de la BBC que se extendió a otros medios, Pavarotti es «El Rey del Do de Pecho» y Kacey Musgraves, la «Reina yee-haw», sea lo que sea eso.
Entre el honor y todo lo contrario, algunos artistas reciben motes poco halagüeños: tenemos a Morrissey como «Pope de la Tristeza» y Beck llegó a protestar por su nick «Rey de los Holgazanes («king of slackers»), que le pusieron en MTV, respondiendo en Rolling Stone con un lacónico «holgazán, mi culo». Sin embargo, de todos los honores que ha recibido Taylor Swift, hay uno que seguro que concordarás que sí que es indiscutible: ¡ella es la verdadera “Reina de los Huevos de Pascua”!, dado su gusto por soltar «easter eggs» (teasers, pistas, autorreferencias, sorpresas) en discos y videoclips.
En este rato recordarás que Montserrat Caballé fue «La Superba», averiguarás que Dua Lipa fue considerada un día «Princesa del Dark Pop»; Tove Lo, «Reina del Dark Pop»; The Weeknd, «King of the Fall» en base a una canción suya; y Lana del Rey, la «Reina de las Bandas Sonoras», suponemos que por el impacto de ‘Young & Beautiful’ y sobre todo de su música en la película de nuestras vidas. Por el contrario, ni Robyn ni Björk tienen título para sí mismas, ni siquiera en las subcategorías escandinavo-esquimales. O quizá lo hayan borrado ellas mismas, mientras averiguaban si era bueno o malo verse reconocidas en la misma web que el Rey del Pop Pakistaní (Abrar-ul-Haq) y el Rey del Crunkchata (Toby Love).
Por un lado, la web es historia de la música pop y del rock, cuando se recuerda que Neil Young fue el “Padrino del Grunge”, se reconoce a Buddy Holly, Richie Valens y The Big Bopper como “the father, the son, and the holy ghost” en referencia al clásico de Don McLean ‘American Pie’, a Kurt Cobain como «Rey del Antipop», a Paul Weller como «Padre del Mod» o a Dolly Parton como «Reina del Country». Por otro, todo un entretenimiento kitsch que te servirá para aprender que la “novia de América” no es Britney Spears ni Taylor Swift sino Lucero, y Thalía la “reina del pop latino”, la “reina de las telenovelas” y “empress of beauty” en general. Cuando se reconoce a Tony Wilson como «Mr Manchester» y a Xuxa como «Reina de los Niños», sabrás definitivamente que has terminado en la página adecuada… ¿aunque qué opinarán los Gallagher y Leticia Sabater?