Fue un 1 de agosto de 1981 cuando MTV comenzó sus emisiones, lo que significa que este año la cadena cumple 40 años, sin que nadie sepa muy bien si eso es un acontecimiento o más bien todo lo contrario, lo que se conoce como un «non-event» como un piano. Hace demasiado tiempo ya que la gente escucha la música en otra parte, cada vez por cierto en sitios más rocambolescos. Pasamos de mirar la tele durante horas muertas al brío de Youtube, de Youtube a Instagram, y de ahí a los 15 segundos de TikTok. Hoy ya pasar 180 minutos frente a una ceremonia de premios, sin filtros o casi, es una idea cada vez más peregrina. Qué sería de ello sin Twitter haciendo compañía.
Aun así, no se puede decir que la ex cadena musical no lo intente muy fuerte. No ha conseguido reunir para los VMA’s a algunos de los nombres más grandes de la actualidad, como Drake, Kanye West o The Weeknd, pero sí a nombres de primera línea como Ed Sheeran, que os guste o no lleva 11 semanas en el número 1 británico con la excelente ‘Bad Habits’; Olivia Rodrigo, el fenómeno pop del año; o Justin Bieber, por primera vez en 6 años en la ceremonia, y actual número 1 mundial en Spotify con ‘STAY’, su colaboración con The Kid LAROI, que abrió la gala.
Fue una actuación rebosante de energía y efectista, con sus arneses y su uso de las dobles alturas, y ya que estaba por allí y ha tenido un buen año desde el punto de vista comercial, a Justin Bieber le dieron 2 premios: el de Mejor Artista y el de Mejor Pop. Sin embargo, no sé si porque no había manera de saber quién era Justin Bieber y quién The Kid LAROI durante la performance, hasta que ‘STAY’ dejó paso a ‘Ghost’; o porque esta ni siquiera es de lo mejor que encontramos en un mal disco llamado ‘Justice’, Justin Bieber no dejó la sensación de haber arrasado.
Quien deja la sensación de arramblar por donde pasa es Lil Nas X, que se hizo con el premio más importante, el de Vídeo del Año, por el hilarante ‘MONTERO (Call Me By Your Name)’. Cada vez que recorre un escenario, se descamisa, suelta un taco censurado o ejerce de «power bottom» acapara todas las miradas. Del bostezo generado por su colaborador en ‘INDUSTRY BABY’ Jack Harlow pasamos por suerte a unas duchas de color rosa -como todo en su mundo- en las que Lil Nas X recordaba unos fragmentos de «MONTERO». Fue el único momento realmente divertido de una noche que luchó contra la monotonía sin conseguirlo del todo.
El paso de Justin Bieber al rock fake de Olivia Rodrigo no pudo ser más ágil: apenas unos segundos separaron ambas actuaciones, con ‘Good 4 U’ animada por una fantasía de Instagram en sus últimos minutos. Igualmente dinámico fue el paso de Camila Cabello a su colega Shawn Mendes, presentado por ella misma al término de su actuación. A Camila le dejaron presentar la sobresaliente ‘Don’t Go Yet’ pese a que ha sido top 40 en Reino Unido muy a duras penas y en Estados Unidos no lo ha conseguido (por los pelos). Hasta la dejaron comenzar en blanco y negro. Puso, como Ozuna y unos osos de peluche involuntariamente terroríficos en ‘La Funka’, el toque latino en unos premios que no estaban dejando demasiados «highlights».
La variedad la pusieron Kacey Musgraves en una preciosa actuación, no de su single ‘justified’, sino de la intensa intro con la que se abre su álbum ‘star-crossed’; también Twenty One Pilots, Busta Rhymes con su rap de la vieja escuela y Foo Fighters. Estos se pasaron por allí para recoger el premio honorífico que desde el documental ‘Leaving Neverland’ (2019) ya no recibe el nombre de Michael Jackson Vanguard Award, fue Billie Eilish quien se lo entregaba, y los de Dave Grohl hicieron un medley un tanto desangelado en el que lo mejor fue ver a Olivia Rodrigo entonar una frase de ‘Everlong’. Y parecía preparado.
Machine Gun Kelly, al cierre, contribuyó a afianzar la teoría de que las guitarras vuelven y están de moda (no tanto lo de romperlas, Colson, lo tenemos ya demasiado visto), aunque lo suyo hubiera sido que la cadena se atreviera a invitar a Mäneskin, que continúan en el Billboard Hot 100 con su versión de ‘Beggin». En verdad, la ceremonia no se quitó de encima, ni con ese par de guitarras eléctricas, la sensación de estar ofreciendo una y otra vez sets demasiado vistos y sobados. Doja Cat, que ha hecho uno de los mejores discos del año, decepcionó como presentadora, dejando toda la gracia en manos de sus estilistas (con especial mención al look silla y al look gallo); y también decepcionó como performer, con un sosísimo playback que no sacó brillo ni a ‘Been like This’ ni a ‘You Right’. ‘Woman’ y ‘Ain’t Shit’ hubieran sido mejor opción, pues por algo son sus éxitos actuales. Visto su carisma, no nos extraña que tardara 15 minutos en salir a presentar su propia ceremonia.
A continuación, Chlöe nos dejó el mensaje de que no va a ofrecernos en solitario (la conocemos por su notable disco con Halle) nada que no hayamos visto ofrecer ya demasiadas veces a Beyoncé, Nicki Minaj o Jennifer Lopez. «Booty so big», promovía en un tema paradójicamente llamado ‘Have Mercy’, mientras la audiencia miraba el móvil. Aburrido e inexplicable como los interludios de Latto y Saint Jhn. ¿Para eso habían dejado a Kim Petras en la pre-ceremonia?
Algo más entretenida fue Normani. Mientras Doja Cat había bailado con un par de acompañantes que no terminaban de aclarar su mensaje ni de mostrar su profesionalidad en ningún sentido, la intérprete de ‘Wild Side’ mostró un mínimo de sentido escénico con sus docenas de bailarines, ya antes de que sacara a Teyana Taylor crucificada en modo decorativo, como parte de un atrezzo S&M. Cuando Normani escaló en ella para simular un poco de sexo oral, uno solo podía preguntarse qué tramaría Lorde sobre el escenario para que no le dejaran hacerlo debido a la covid. Al menos algo de ‘Solar Power’ sonó como música de transición: puede ser la última vez que Lorde lo haga en una gala de este tipo.
Aunque MTV nació en 1981, no fue hasta 1984 que se celebró la primera ceremonia de los Video Music Awards. Allí Madonna lanzó su carrera para siempre interpretando ‘Like a Virgin’ tirada por los suelos, y Cyndi Lauper ganó el premio a Mejor Vídeo Femenino por la histórica ‘Girls Just Wanna Have Fun’, que se acerca ya a 1.000 millones de reproducciones en Youtube (!). En aquellos tiempos no se sabía cuál de las dos llegaría más lejos, así que ha sido un acierto total reunir a ambas en esta ceremonia de 40º aniversario de la cadena. Pero de nuevo, el sabor dejado es a oportunidad perdida. No hay instantánea de ambas juntas: la una depositó en su nuevo culo toda la noticia, en una nueva reivindicación contra el edadismo; la otra nos habló sobre los derechos de las mujeres; realmente no tan lejos la una de la otra, pero sin mezclarse.
Algo sabes que no está funcionando al 100% cuando lo mejor de una ceremonia en 2021 es esperar no que Alicia Keys cante con Swae Lee, sino que entone unas líneas de ‘Empire State of Mind’. Algo metafórico sobre la deriva de la cadena tenía ese logo de los VMA’s que quería presidir la retransmisión, pero era tan negro que simplemente no se veía. Como la propia MTV, estaba ahí, solo que parecía no estarlo.