El Festival Brillante, que ha revolucionado la localidad madrileña de Chapinería, de 2.414 habitantes, durante este fin de semana, colgaba el cartel de «sold out» este sábado con la actuación principal de Los Planetas. La banda de Jota y Floren prefería visitarnos esta vez en formato trío, sin batería y junto a un pianista. El formato, que hubiera podido parecer una bajona para los ávidos de rock y música en directo, se transformó en verdad en la mejor idea si nos atenemos a cuáles son las circunstancias que mandan: la pandemia no se ha dado por superada aún, ni con el 76% de la población española vacunada, y aún hay que celebrar los conciertos en formato teatro, con el público sentado. Fotos: Sharon López (Maria Arnal, Rojuu) y Sergio Albert (Planetas y Panda Bear).
En esta coyuntura, era por tanto la ocasión de recrearse en melodías y detalles, con un repertorio encabezado por ‘Islamabad’, en el que no pueden faltar las versiones adaptadas a piano de imprescindibles como ‘Segundo premio’ y en el que despuntaron delicatessen como ‘Ya no me asomo a la reja’. Jota anunció una ‘Línea 1’ que ciertamente no suelen tocar en directo, y el delirio del público llegó con la interpretación de ‘Santos que yo te pinte’. Fue ahí donde se hizo más duro para el personal de seguridad lidiar con las ganas de levantarse de la gente, si bien ese éxtasis ya lo hemos conocido en otras ocasiones en el repertorio de Los Planetas.
Fue más interesante comprobar de qué manera se mimetizaban un poquito con sus viejos amigos de La Buena Vida, para los que el sonido de piano fue muy importante durante sus últimos años en activo. El concierto de Los Planetas incluyó alguna que otra sorpresa con ‘David y Claudia’ y se cerró en los bises con una muy adecuada versión de ‘Los poetas’. No será el concierto que más recordarás de la banda granaína, pero sí pueden presumir de haberse adaptado bien a la circunstancia.
Este domingo cerraban el festival Maria Arnal i Marcel Bagés. Ya habíamos visto en vivo cómo brilla el excelente ‘Clamor’, por ejemplo en Tomavistas Extra, pero tanto ella como su equipo están terminando de perfilar un espectáculo que podríamos calificar como teatral. Hacía mucho tiempo que un show no me atrapaba tanto como el ofrecido por la cantante junto a sus dos coristas Tarta Relena, que también habían actuado por la tarde. Una voz impresionante, con juegos y coros muy próximos a ‘Medúlla’ de Björk y una serie de trucos escénicos sencillos pero muy efectistas lograban hipnotizar, e incluso hacer callar al asistente más parlanchín del recinto.
Hay multitud de momentos mágicos a lo largo del set de Arnal i Bagès, que trasciende ya las cumbres de un repertorio que incluye ‘Tú que vienes a rondarme’ de su primer disco, la adaptación del ‘Cant de la Sibil.la’, ‘Fiera de mí’ y ‘Ventura’ para terminar en el bis. A veces es lo cuidado de la iluminación, los efectos ópticos que producen una sensación fantasmal en torno a las movimientos de Maria; otras es el sonido ambient de los sintetizadores. Pero siempre un show cautivador que dan ganas de volver a ver en cuanto termina.
Este mismo Escenario Mirador había acogido antes de este cierre una cantidad de propuestas de lo más dispar. El sábado Soleá Morente estuvo especialmente chillona y bailonga -muy María Jiménez- lidiando contra el sol con temas como ‘Lo que te falta’ y ‘Baila conmigo’, dejando paso a la kinkidelia de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. El líder de estos, que no podía parar de hacer sentadillas, terminó en el suelo tras caer del escenario, sobreviviendo por los pelos y agradeciendo al personal de seguridad la catástrofe que evitaron. El domingo el cambio de tercio fue radical, del trap a la antigua usanza de Chill Mafia -con varios ramalazos de música jamaicana- al concierto de urban pop, muy colorido, de Rojuu, entre samples de Camela y recuerdos a Depresión Sonora. Rojuu relató haber vivido todo un periplo por Mallorca, Almería, Málaga y quién sabe qué lugares más para llegar a tiempo a este concierto, muy aclamado por sus seguidores.
Tras él, salió Panda Bear completamente en solitario, rodeado de pájaros sampleados, como de este mismo “marco incomparable”, para ofrecer un concierto detallista, también muy apto para el formato “sentado”, pero menos resolutivo que el de Planetas o Arnal. En ocasiones era una verdadera gozada verle acariciar -más que tocar- las cuerdas de su guitarra, y escuchar su voz y sus samples, que de hecho dejaron más de un número bailable. En otras, era más difícil mantener la atención mientras el personal de seguridad trataba de hacer sentar a un chiquito que intentaba bailar inocentemente en la primera fila. En cualquier caso, el final con ‘Inner Monologue’ fue bastante deslumbrante.
Pero gran parte del encanto de Festival Brillante es el número de shows que puede verse por el pueblo, y en muchos casos es tan divertido ver la cara de los asistentes casuales como el propio concierto en sí. Yana Zafiro se presentó el sábado frente al ayuntamiento con un distorsionador vocal de efecto terrorífico, en sintonía con unas letras combativas y feministas, bastante riot grrrl y algo tremebundas, de «aquí están todos muertos» a «te voy a romper tu puta cara». En esta última, ‘Hola tío!’, Yana Zafiro emula una conversación de bar entre hombre y mujer con la ayuda de un pedal. Y el domingo Chavales entretuvieron a los asistentes mientras comían en la terraza del bar de la plaza con temas propios como ‘Las plantas de la terraza’ y también versiones de Papa Topo y Junco.
Más restringido era el acceso al pequeño Escenario Palacio, con asientos para unas pocas decenas de personas, que tuvieron que hacer cola para poder asistir a propuestas como la de Morreo. Por allí se pudo ver también a una gran variedad de artistas, como a la argentina SIMONA, que tuvo la ocurrencia de revelar que sus canciones salían desde el fondo de su corazón justo después de cantar un tema sobre estar “desnuda en la playa”, su hit ‘BALI’. Se agradecieron sus ritmos sensuales de R&B, ejecutados por una banda de bajo, batería y guitarra, y terminó con una versión de Virus (‘Sin disfraz’), elogiando que Federico Moura, fallecido en 1988, fuera gay en una época tan «difícil como los años 80».
Una oferta variada, pues, en lo que parece que será una cita recurrente en la comunidad durante los próximos años: Oklou ya ha confirmado su presencia en 2022.