Alessia Cara no ha terminado de triunfar como se esperaba, pero tampoco se ha quedado en la miseria más absoluta cuando cuenta sus oyentes mensuales en Spotify en más de 17 millones. La canadiense acaba de publicar un par de videoclips muy elaborados y su nuevo disco, ‘In the Meantime’, también lo está. Entre sus productores se encuentra el mismísimo Salaam Remi, conocido por su trabajo con Amy Winehouse, y quien de hecho ha producido uno de los singles, el jazzy ‘Shapeshifter‘.
Dice Alessia que ‘Shapeshifter’ representa la parte más «sofisticada» de su nuevo álbum, pero el jazz apenas asoma en el corte siguiente, ‘Fishbowl’, de ritmo breakbeat a su vez. Esta fusión de estilos refleja el contenido de ‘In the Meantime’, un trabajo que efectivamente «cambia de forma» a cada canción, lo cual es una decisión acertada pues se compone de 18 pistas nada menos. Afortunadamente, ‘In the Meantime’ aguanta muy bien el tipo a lo largo de su duración, algo que desde luego no puede decir su compatriota Drake, y es uno de esos discos largos que logran no hacerse demasiado pesados.
Compuesto durante el confinamiento para sorpresa de nadie, ‘In the Meantime’ hace gala de la versatilidad de Alessia como vocalista. Al principio del disco, ‘Box in the Ocean’ continúa por el camino del reggae-dub explorado en ‘Ready‘ con más frescura todavía, a la vez que reflexiona sobre la fragilidad de la fama («¿qué pasa si se olvidan de mí después de todo lo que he hecho?») y, hacia el final, el pop-rock de carretera de ‘You Let Me Down’ conforma una grata sorpresa, siendo la pista 17. «Mientras tanto» Alessia deja buenos ejercicios de bossa (‘Bluebird’), neo-soul (‘Middle Ground’), disco-funk (‘Somebody Else’), pop cuqui (‘Find My Boy’) o balada clásica (‘Best Days’) y en todos ellos suena convincente y cómoda.
Autora de ‘Here‘, un himno a los inadaptados, en ‘In the Meantime’ Alessia sigue paralizada por la ansiedad (‘Voice in My Head’) o el insomnio (‘Sweet Dreams’) pero también atesora los momentos de introspección (‘Fishbowl’) y soledad (‘Apartment Song’). De hecho, Alessia aparece en la portada de ‘In the Meantime’ en el interior de una especie de «pecera», aislada del mundo, pero, aunque las producciones del disco sí son conscientes de lo que pasa allá afuera (‘Sweet Dreams’ y ‘Slow Lie’ podrían ser de Ariana Grande), sí suenan adaptadas a la personalidad tímida e introspectiva de Alessia y, por ejemplo, ‘Drama Queen’ es un mini-bop sacado de la escuela de Mattman & Robin (productores, por ejemplo, de ‘Make Me Feel‘ de Janelle Monáe) y ‘I Miss You, Don’t Call Me’ un bonito tema de pop etéreo que podrían haber cantado Troye Sivan o Lauv (ambos han colaborado).
Sin que la personalidad musical de Alessia termine de definirse en su tercer disco, quizá porque no hace falta cuando es una artista versátil que domina diversos lenguajes del pop, ‘In the Meantime’ presenta una más que solvente colección de canciones de buen pop contemporáneo, producidas con mimo. Se echan en falta momentos cumbre más definidos, pues los singles no son necesariamente de lo mejor que el disco ofrece; y la voz de Alessia merece bases de hip-hop más maduras que la de ‘Lie to Me’, que recuerda a… los Black Eyed Peas. Especialmente ‘Box in the Ocean’ vuelve a demostrar que los ambientes alucinados del dub le sientan como un guante. ¿No estará ahí el «sonido Alessia»?