‘Chasing Pavements’: cuando Adele fue pionera en apostar por el vinilo

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‘Chasing Pavements’: cuando Adele fue pionera en apostar por el vinilo

Uno de los múltiples motivos por los que Adele lleva acaparando titulares en las últimas semanas es el colapso que aparentemente ha provocado la edición en vinilo de ‘30’: medio millón de copias que habrían dejado al resto de discográficas con un terrible retraso en sus pedidos, en algunos casos de meses. Pero como apuntaba Sebas hace unos días, el problema es en realidad más complejo, y Adele no es precisamente la culpable.

En cualquier caso, resulta muy irritante ver a esta artista inglesa metida súbitamente en el saco de “músicos superventas que se apuntan al carro del vinilo”, cuando la realidad es bien distinta: desde su fichaje en 2007 para XL Recordings, cada lanzamiento de Adele ha tenido su versión en formato de vinilo, incluyendo aquellos dos primeros singles de adelanto y los otros dos posteriores a la edición de su debut ‘19’. Es pues un formato que siempre ha ido ligado a su carrera artística y que de hecho la sitúa entre los pioneros del renacimiento de dicho soporte físico, que en 2007 empezaba a volver a alzar el vuelo más allá del underground (por hacer un contraste muy revelador, su rival de esta temporada -Ed Sheeran- debutó en 2006 pero no editó nada en vinilo hasta 2014). Así que todo el derecho a editar en vinilo, y si vende medio millón pues todavía mejor.

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‘Chasing Pavements’ fue el segundo de esos singles de adelanto en formato de 7”, y se editó en enero de 2008. Pertenece a aquella preciosa primera época de Adele, quien recién salida de la BRIT School, todavía estaba definiendo su estilo, construyendo su identidad musical en un momento de la escena musical británica en el que bastantes artistas formadas en esa prestigiosa institución empezaban a despuntar (Kate Nash, Amy Winehouse, Leona Lewis…). Su voz era claramente soul, pero XL la estaba emparejando con diversos compositores de canciones y productores para ver por dónde salía lo más interesante. Uno de ellos fue Eg White, antiguo músico del grupo Brother Beyond (en su época pre Stock Aitken Waterman), con quien escribió unas cuantas de las canciones que después acabarían en ‘19’.

White comentaba en una entrevista que él trabaja rápido, y que su sesión con Adele fue la típica de unas tres horas, en las que primero tomaban el té y charlaban (para tomar un poco el pulso a la artista y ver qué temas le rondaban la cabeza) y después se ponían manos a la obra. Tras ese rato -comenta White- la canción estaba terminada. Pero Adele había traído ya la canción a medio hacer, inspirada en un suceso: en una entrevista con la revista Q Adele contaba que había tenido un incidente con su novio de entonces. Se enteró de que le había engañado y le buscó hasta dar con él en un bar a las 6 de la madrugada, donde le propinó un puñetazo en la cara. Cuando la echaron a la calle, caminó sola mirando a la acera y pensó “¿qué hago? Es como si persiguiese aceras vacías, en vano…”. En ese mismo momento sacó el móvil y grabó una nota de voz con una melodía, y ya de vuelta a casa le puso un par de acordes.

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Su sesión con Eg White tenía mucho sentido para Adele: “quería trabajar con él para conseguir un sonido con más potencial radiofónico, el tipo de canción que me hiciese llamar la atención entre el público, y ser más conocida. Al estudio de Eg llevé esos dos acordes y él los cogió junto al estribillo y los convirtió en ‘Chasing Pavements’”. La grabación en los célebres Compass Studios de Nassau acabaría de redondear la faena: ciertamente, la composición y producción de White aupaba a Adele de su faceta más acústica y pianística (la de su single de debut, ‘Hometown Glory’) a un sonido más sofisticado, con exquisitos pianos eléctricos y reminiscencias casi de Burt Bacharach en ese estribillo de exuberantes arreglos orquestales que arropaban una melodía de maravillosa melancolía:

El dubitativo mensaje de la canción estaba claro: “¿Debería rendirme o seguir persiguiendo aceras? ¿Aunque eso no me lleve a ninguna parte? ¿O no serviría de nada? Aunque sepa el sitio que me corresponde, ¿debería dejarlo todo ahí?”.

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Semanas antes de la publicación de ‘Chasing Pavements’ Adele había sido elegida la número uno en el célebre ranking de la BBC ‘Sound of 2008’, dedicado a los artistas nuevos más prometedores del año entrante: una predicción que se tornó acertada cuando la canción llegó al número 2 de las listas de singles más vendidos en el Reino Unido y lentamente se extendió a la mayoría de listas de Europa y EEUU. Un año después, le granjearía su primer Grammy, el de Mejor interpretación vocal femenina.

Que finalmente la faceta melancólico-pianística fuese la que aupase a Adele al éxito masivo (y no tanto el sonido de ‘Chasing Pavements’) da para otro artículo, pero no quita méritos a la que es personalmente mi canción favorita de esta artista, y uno de mis singles favoritos de los 00s. Es muy revelador que en una lista relativamente reciente, los críticos de The Guardian votaban las mejores canciones de Adele, y ‘Chasing Pavements’ aparecía la quinta. No está nada mal para una canción escrita por una adolescente de 19 años hace década y media.

‘Chasing Pavements’ sonó en 2008 en la entrega nº 065 de Popcasting, el podcast de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.

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