Por qué los collages surrealistas de Position Normal son tesoros a descubrir

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Por qué los collages surrealistas de Position Normal son tesoros a descubrir

Position Normal es un grupo que llamó la atención de unas pocas revistas especializadas en 1999 tras el lanzamiento de su debut ‘Stop Your Nonsense’. La música de Chris Bailiff (productor) y John Cushway (cantante) se basa en samples y en la creación de collages de sonido surrealistas que utilizan piezas de audio procedentes de vinilos «olvidados» de música infantil o «spoken word» o de otras fuentes como películas viejas o contestadores automáticos.

Su discurso devanea entre la técnica llamada «plunderphonics» basada en el sample, el post-punk lo-fi de los 70, el «easy-listening» experimental de Broadcast o Stereolab, el dadaísmo y el humor británico, y se puede enmarcar también en ese concepto llamado «hauntology» acuñado por Simon Reynolds y Mark Fisher que explora la música «fantasma» y los «futuros perdidos».

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Lejos de haber protagonizado algún tipo de revisión, aunque como mínimo su debut merecería ser reeditado, Position Normal sigue siendo un proyecto «oscuro» en torno al cual existe un culto muy pequeño pero al que hoy es más fácil llegar gracias a los inescrutables caminos del algoritmo. En la época, sin embargo, a duras penas medios especializados en música experimental como The Wire o Uncut se hicieron eco de sus siguientes lanzamientos, los más luminosos ‘Goodly Time’ (2003) y ‘Position Normal’ (2009), el segundo de los cuales veía la luz únicamente en formato casete; y apenas unos pocos grupos como Friendly Fires o Broadcast les han reivindicado o adquirido alguno de sus lanzamientos.

Chris Bailiff, principal componente de Position Normal, empezó a crear música sin ninguna intención de comercializarla, pero cuando el sello Mind Horizon Recordings se interesó por ‘Stop Your Nonsense’, el álbum vio la luz oficialmente con el apoyo de una discográfica. «La únicas personas que estaban interesadas éramos John Cushway, el cantante; el mánager del sello y yo», explica Bailiff a JENESAISPOP vía mail. «Algunas personas estaban intrigadas por el disco y nos quisieron echar un cable. Recuerdo un montón de caras de póker. Era una época en la que estaba de moda que los músicos fueran genios enfadados, pero el mánager insistió mucho. Todo el mérito se lo tiene que llevar él, Damian Lazarus. Él es la razón por la que la gente conoce el disco».

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Que ‘Stop Your Nonsense’ es un tesoro queda claro desde la primera escucha y su capacidad para fascinar permanece intacta como en aquel verano de 1999 en el que el escritor Simon Reynolds, autor del influyente libro ‘Retromania‘ dedicado a la obsesión de la música con la nostalgia, decidió que ‘Stop Your Nonsense’ era su disco favorito del año. En el libro, Reynolds dedica siete párrafos a desgranar el sonido de este álbum en el que Bailiff se sirve de viejos vinilos pertenecientes a su padre -entonces enfermo de Alzheimer- o de otras fuentes como «el documental de los 60 ‘7 Up’, que observaba el sistema de clases británico desde la perspectiva de un niño, o el charloteo escuchado en una tienda de frutas y verduras», para crear una serie de «melódicos mosaicos» que presentan una «atmósfera anglo-dadaísta levemente amenazante».

Escuchar ‘Stop Your Nonsense’ es lo más parecido a mirar a través de un caleidoscopio y descubrir un mundo de perturbadora cotidianeidad «British». A lo largo de su secuencia, ‘Stop Your Nonsense’ explora un sonido infantiloide y «creepy» que atraviesa diversos caminos. El humor está presente desde el inicio aunque su fondo sea siniestro: la primera pista ‘Heavy’ une una guitarra eléctrica distorsionada con la melodía de una flauta tocada peor que en aquella versión de ‘My Heart Will Go On’ de Céline Dion que no hemos podido olvidar; el carrusel post-punk de ‘The Blank’ manipula la voz de un presentador de preguntas y respuestas e incorpora risas desquiciadas totalmente fuera de contexto; y el álbum incluye cosas como la voz de una persona que describe su encuentro sexual con un chico «de ojos como huevos en escabeche» o pasajes de easy-listening tipo ‘La pantera rosa’ en los que parece que una catástrofe cómica va a suceder en cualquier momento.

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El «collage» de Position Normal parece caótico en papel y probablemente lo es, pero en ‘Stop Your Nonsense’ da lugar a un trabajo artesanal, exquisito y extrañamente conmovedor aunque pocos lo vieran en su momento. ‘Jimmy Had Jane’ incorpora el sonido de un ukulele y una intrigante melodía submarina que se clava en el cerebro como cualquier «hook» del Today’s Top Hits; ‘German’ integra la voz de la actriz de la posguerra Lotte Lenya en un misterioso fondo de dub, ‘Rabies’ empieza con la voz apitufada de Frank Sidebottom -que da bastante miedo- para concluir con una melodía de piano neoclásica que no tiene nada que ver, ‘Bucket Wipe’ es de hecho la pista de Position Normal más escuchada en Spotify gracias a sus silbidos espaciales, ‘Lightbulbs’ es una pesadilla infantil llevada a la música y ‘Nostrils and Eyes’ aplica el método de los «plunderphonics» a una voz hablada que suena como esos discursos remezclados de Trump u Obama que se han solido viralizar en Youtube pero grabada 20 años antes.

El pico de popularidad de Position Normal se limitó a su aparición en unas pocas revistas y, de hecho, Bailiff no trabaja en la industria de la música desde el lanzamiento de ‘Stop Your Nonsense’. Después el grupo no ha vuelto a trabajar con ningún sello y tanto ‘Goodly Time’ como ‘Position Normal’ llegaron un poco por amor al arte. «El segundo lo financiamos a través de The Prince’s Trust (una entidad caritativa de Reino Unido) y lo promocionamos con pocos recursos, y con ello me refiero a pegatinas. El boca a boca lo llevó a algún lado», explica. «Cuando sacamos el tercero nos acabábamos de abrir una página web». Bailiff no se ha profesionalizado con su arte, pero quizá nunca fue la intención. «Yo simplemente hago música, como todo el mundo. Nunca pensé que ganaría dinero con ella. Siempre he tenido un empleo ordinario, pero me he dado cuenta de que el mejor momento para crear música es entre trabajo y trabajo».

La música de Position Normal no es tan universal como la de los Avalanches en parte porque está vinculada a una estética muy concreta, la del surrealismo británico, pero sobre todo porque no es pop. Sin embargo, sí es enormemente melódica, lo cual queda muy claro en esa secuencia de ‘Goodly Time’ compuesta por simpáticos sonidos easy-listening como los de ‘Answer Machine’, cancioncillas acústicas como ‘Puppa Harry’ o esa ‘So Fa So Fine’ que merecería ser versionada al menos una vez; collages por los que se cuelan armonías a lo Beach Boys como el de ‘0.33’, ecos franceses como los de ‘Kelly Le Prix’ o experimentos ambient-jazz salpicados de easy-listening y banda sonora como el de ‘Canisten’.

Dado que Position Normal samplean grabaciones totalmente desconocidas para el 99% de la población lo más probable es que sus discos no suenen absolutamente a nada que hayas escuchado antes. Hoy acercarse a su tercer álbum también significa descubrir las cacofonías de ‘Cricket’, que conforman un universo en sí mismo; las voces fragmentadas de esa exquisita ‘New Biz’ animada con más sonidos de easy-listening, bizarradas com esa ‘Fart in a Bottle’ que yuxtapone guitarras garage con los quejidos de un señor mayor; las guitarras bossa de ‘Garj du Mor’, esa ‘Bad Tempered Eyes’ que devanea entre el jazz experimental de Jan Jelinek y la «exotica» de Les Baxter, o esa ‘Mile end Boulevard’ en la que Bailiff y Cashway samplean el bonito sonido de unos carillones de viento, más música jazz, voces sampleadas y juguetitos a lo CocoRosie. Sin duda, la música de Position Normal es todo un mundo a descubrir.

¿Qué te parece que la gente descubra tu música por Spotify?
El algoritmo me parece bien. Si no sueles ir a tiendas de discos o a las discotecas y no hablas con gente es una buena manera de descubrir música. Yo sobre todo uso Youtube para escuchar música y también series o documentales. No presto atención a las imágenes. Me interesan los documentales, las series y las películas tanto como me interesa la música.

Hace unos meses publicaste composiciones antes inéditas en Youtube. ¿De dónde salen? ¿Estás trabajando en nuevos proyectos?
La mayoría de las composiciones son nuevas. Algunas se componen de elementos que empecé a recopilar en 2006. Siempre estoy haciendo cosas. Cuando encuentro tiempo lo hago. Hago más música ahora que antes. El equilibrio entre samplear, tocar la guitarra y otros instrumentos, cantar… siempre irá cambiando porque yo soy un músico que toca instrumentos físicos. Todo lo que grabo va dirigido a nuevos lanzamientos.

¿Sigues coleccionando vinilos? The Avalanches encuentran samples en Youtube.
Ya no. He coleccionado todo lo que necesitaba. Solía salir, visitar una granja, comprar discos baratos que tenían una portada chula… Todo tenía que ver con el momento y el lugar. En la época no me podía permitir comprar buenos equipos. Había tomado prestado un sampler de mi amigo Toby. Compraba vinilos por veinte centavos. No tenía nada que ver con el «crate digging». Eso lo hacía la gente que buscaba música samplear trozos de redobles de jazz funk, música de biblioteca o bandas sonoras raras.

Con ‘Stop Your Nonsense’, ¿te lo pasaste bien sampleando algunos sonidos en concreto?
Todos los «spoken words». Los discos de mi padre. Mi padre era profesor. En uno de los discos una persona preguntaba a un grupo de niños qué quieren ser de mayores, y uno de ellos responde que quiere ser una ballena. El niño se tomó la pregunta en serio y le respondió en serio «yo quiero ser una ballena». También me gustó samplear programas de easy-listening nocturnos. Me encantaba la sensación de encontrar un montón de sonidos maravillosos que nadie quería tocar ni con un palo.

‘Goodly Time’ fue un segundo disco más ligero y luminoso.
John tiene más protagonismo en ese disco. Realmente esperé para hacerlo porque sabía que no íbamos a seguir trabajando con ningún sello, a pesar de que no tenía de dinero, pero el proceso creativo fue muy cómodo, John tuvo tiempo de escuchar y escoger las pistas que le gustaban y a las que podía aportar ideas. Además, en la época yo estaba con otros proyectos, por ejemplo, estaba componiendo música para las pasarelas de Eley Kihsimoto, que es quien diseñó la portada.

El tercer disco es más desconocido. ¿Qué significa para ti y porque salió solo en formato casete?
Siete años después de ‘Goodly Time’ no tenía ninguna intención de formar parte de ninguna industria. El disco se compone simplemente de música que John y yo queríamos hacer. Me parece increíble que recibiera algún tipo de atención. En The Wire nos dedicaron varias páginas. La razón por la que salió solo en casete es que me parecía una forma divertida de que la gente que había comprado el álbum lo escuchase.

Me gusta mucho la colaboración de John en este disco. Creo que le da chispa. Y Mike Watt de los Minutemen hizo una pieza con nosotros llamada ‘Some Explaining’. En The Wire, Broadcast dijeron que les había gustado el disco y que habían comprado una copia. Eso me hizo pensar que después de todos estos años la gente considera que anteponemos la calidad a la cantidad.

¿Qué música escuchas tú en realidad? ¿Te gusta la música pop? ¿Escuchas música basada en samples?
Me encanta ponerle a los niños la música que estaba de moda cuando yo era niño, como The Human League, Mantronix, The Soul Sonic Force o The Specials. Escucho música jazz como Thelonius Monk y Eric Dolphy. Cuando era pequeño escuchaba música pop. Cuando iba a las discotecas le daba al rave, al acid y al drum n bass. Y luego decidí que quería crear mi propia música. En cuanto a música basada en samples escucho cosas muy viejas como música concreta, Negativland o Meat Beat Manifesto. Me encanta la playlist de Youtube en la que A Tribe Called Quest comparten las pistas que han sampleado. Es brillante.

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