Carolina Durante: «No es que haya desencanto, es que los jóvenes están realmente afectados por la situación»

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Carolina Durante: «No es que haya desencanto, es que los jóvenes están realmente afectados por la situación»

Carolina Durante siguen siendo la misma banda de ‘Cuatro chavales’ que conocimos con unos primeros singles que ahora valen más de 100 euros en Discogs. Siguen concediendo entrevistas los 4 sin separarse para nada, aunque son el cantante Diego Ibáñez y muy especialmente el bajista Martín Vallhonrat quienes continúan tomando las riendas de la conversación, como al principio.

En un momento dado el papel de Diego en ‘Cardo‘ sale en la conversación hablando de los problemas de la generación camino a cumplir los 30, y se me ocurre preguntar si todos han visto la serie pese a que no todo el mundo tiene A3Player. Todos responden que sí excepto el batería Juan Pedrayes, pero solo porque «no es muy de ver series» y Martín afirma: «me interesa porque Diego es mi amigo, y si a él le interesa, a mí me interesa». Carolina Durante son una piña con sus inquietudes muy bien determinadas, incluso cuando han planteado este disco como «más ligero y menos solemne». ‘Cuatro Chavales’ es estos días nuestro «Disco de la Semana» y el primer gran disco nacional de 2022.

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¿Qué retos habéis asumido en este segundo álbum?
Diego: «El principal reto al hacer una canción es que te guste a ti. Y al grabar, un reto es que sonase mejor que el primer disco. Sobre todo el reto ha sido en cuanto a sonido».
Martín: «Nunca nos había convencido el sonido de lo que estábamos sacando. Esta es la primera vez que estamos muy contentos con cómo suena de verdad».
Diego: «También queríamos que fuera continuista, pero más ligero, que fuera un poco menos solemne».

Es decir, ¿no teníais ninguna presión por esos 2 hits tan marcados que tenéis?
Martín: «Nunca la hemos tenido. Esas 2 canciones son de antes del primer disco. Si viviéramos con esa presión todo el día…»
Diego: «Al hacer una canción, no pensamos «esto no es un Cayetano»».
Mario: «Si tuviéramos la intención de hacer hits, no saldría nada, sería una mochila muy grande. Como nos ha ido bien haciendo canciones divirtiéndonos, la lógica es que, si seguimos así, seguirá funcionando».
Diego: «Es verdad que a veces para que algo siga igual tiene que cambiar algo. Pero todavía no. Queremos explotar lo que veníamos haciendo y en el futuro a lo mejor vemos».

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¿Hay un componente de autoparodia en ‘Famoso en 3 calles’ o ‘Urbanitas’? ¿Estáis dentro de la parodia que hacéis?
Diego: «Como dice Marcelo (Criminal), «dentro pero en contra». Es igual que ‘Cayetano’. Tengo amigos que entran en el perfil de ‘Famoso en 3 calles'».

Bueno, tú eres también un poco famoso en 3 calles.
Diego: «Yo creo que en alguna más (risas) ¡Por lo menos en 10! Me refiero a todo lo que hablo en esa canción. Yo no me considero una persona famosa…»

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Hablando de autoparodia, has terminado haciendo de Cayetano en ‘Cardo’…
Diego: «Lo sé, totalmente. Estirando el chicle a más no poder (risas)».

Diego: «En ‘Cardo’ tenía miedo de hacer un auténtico ridículo»

Es un papel complicado, sobre todo para empezar…
Diego: «Joder, lo es. Pensé que lo iba a llevar mejor, pero cuando me vi dentro, hubo momentos de decir «dónde me he metido». Pero lo volvería a hacer y estoy agradecido. A posteriori ni tan mal. Tenía miedo de hacer un auténtico ridículo».

A raíz de ‘Cardo’ y volviendo al disco, hay una canción que me ha recordado a la serie, la que habla de unas personas «al borde del precipicio», ‘Granja Escuela’. ¿Por qué creéis que una generación está así? Parece que hay cierta angustia existencial, que la lleva a salir, a beber o drogarse todo el rato.
Martín: «La canción viene de una broma de Carlos Hernández (productor), que llama «Granja Escuela» a los centros de desintoxicación y de rehabilitación. Cuando llegamos a la furgoneta un poco perjudicados de fiesta, nos echa un rapapolvo y nos amenaza con llevarnos unos días a la Granja Escuela. La canción empezó como un poco de coña, y luego metimos la cuña de las apuestas también».

¿Lo veis mucho alrededor esto de salir todo el rato, emborracharse…?
Martín: «Constantemente, es ese huir para adelante, no saber volver a casa. Sales de fiesta y vuelves cuando estás hecho un moco y no puedes tomar la decisión de volver. Cuando ya es imperativo».
Diego: «Formamos parte, pero hay unos límites».

¿Habría relación con el paro juvenil, la alta tasa de suicidios… o simplemente la gente joven lo quiere pasar guay?
Martín: «Es meternos en un terreno muy farragoso y un análisis social con mil millones de condicionantes. Supongo que todo viene de tener expectativas muy altas que hay que cumplir, de tener la sensación de «no puedo, no puedo, no llego, no llego…» Hay un choque muy grande entre lo que se espera de uno y lo que realmente se puede alcanzar».
Diego: «Parece que lo tenemos todo muy fácil, pero luego realmente no es tan fácil».
Martín: «El tema de la pandemia lo agrava pero viene de antes. Estamos en un sistema en el que se generan muchas necesidades y muy en el momento: «Necesitas este móvil y lo necesitas ya. Y yo te lo ofrezco». Por poner un ejemplo tonto, hay un colapso mundial y ya no las puedes cumplir. Como estas Navidades, que decían que no iban a llegar los juguetes porque no llegaba el plástico de China o los chips del iPad, y tenías que pedirlos ya. Eso tan tonto ya genera una ansiedad, por lo que llevado a las amistades, a los seres queridos, al trabajo… genera aún más angustia».

Hay un choque muy grande entre lo que se espera de uno y lo que realmente se puede alcanzar

Yo sí veo un descontento en las canciones de Carolina Durante, como cuando decís «negro como el gobierno» en ‘Yo soy el problema’.
Martín: «Es un poema de Oscar García Sierra, de un libro que se llama ‘Houston, yo soy el problema’, que habla de angustia, ansiedad y amor».
Diego: «Esta canción iba a ir en el primer disco. Son versos desordenados a los que doy forma. Y en ‘Colores’ las estrofas son de Mario. He intentado alejarme del pesimismo y de la pesadumbre, aunque hay veces que he caído en ellos».

Tenemos un gobierno de izquierdas en el gobierno central y de derechas en nuestra comunidad. No sé si os parecen igual de negros, parece que la gente de vuestra generación está muy poco motivada para votar, por lo que comentamos del paro juvenil. ¿Hay un desencanto generalizado, gente que se siente abandonada por el sistema?
Martín: «No es lo que opinamos. Es lo que es. Lo has dicho antes: la causa principal de muerte juvenil es el suicidio. ¿Cuánto han subido las tasas de diagnóstico de ansiedad? ¿Un 500%? Solo la diagnosticada. En la población juvenil no es que exista un desencanto, es que está afectada realmente por la situación que estamos viviendo. Va más allá del covid, tiene que ver con condiciones laborales, son causas sociales, de desencanto político o lo que sea».

¿Y vosotros os sentís voz para esa generación?
Martín: «No somos estandartes de nada. La gente se suma a eso, pero nosotros no lo hacemos por dar voz a una generación, me doy voz a mí y mucha gente de nuestra edad se identifica con ello».

La canción llamada «Aaaaaa»…
Diego: «La llamamos «Hostias»».

En la segunda estrofa hay un cambio de género y dices «sierva», ¿por qué?
Martín: «Es una discusión de pareja».
Diego: «La primera estrofa es él/yo y la segunda la dice ella».

¿Tenías miedo de que si no, pudiera sonar un poco machista?
Diego: «No, ese miedo surgió en otra frase de esa canción, y hubo un pequeño debate. El estribillo que me salió, en vez de «menuda mala hostia», era «te daría un par de hostias». Me salió de sopetón y me chirrió, porque en las letras hay cosas explícitas, otras son más poéticas, y me vi en esa situación. Y les dije al resto: «esto no mola, ¿no?»».
Martín: «No, porque lo que querías reflejar es que genera mala hostia. No reflejaba lo que querías contar».
Diego: «No es lo que diría ni lo pensaría, por lo que vi que no tenía sentido ponerlo en la canción».

En cuanto a la producción del disco, ¿de qué canción estáis más orgullosos? Me flipan el rollo de ’10’ y «Aaaa», muy punk, muy rápidas, un poco boogie.
Juan: «A mí la de ‘La planta que muere por las esquinas’. Estoy muy contento con el sonido, cómo lo grabamos. Se nota que lo teníamos trabajado de casa con el curro de Bernardo en proproducción y de Carlos en grabación. Duncan Mills, un mixer de Londres, pilló al grupo al toque. Muy pocas cosas hubo que cambiar, lo dejó níquel».

¿Hay algún disco mezclado por Duncan que fuera referencial por sonido? ¿O incluso alguien nacional, como Triángulo de Amor Bizarro?
Diego: «De cara a este disco no nos hemos fijado en nadie especial. Triángulo siempre son referente, eso es así».
Martín: «Duncan había trabajado con Crocodiles, en el primero, alguno de los Vaccines que no nos interesaba tanto… pero el de Crocodiles sonaba muy bien, muy contundente, con gran potencia de la sección rítmica, te hace sonar como muy gordo. Ha quedado guay. Hicimos mucho hincapié en que el bajo sonara como una apisonadora, que no quedara vacío».

Es la primera vez que la contundencia y la diversión del directo la podemos llevar al disco. El directo suena gordo y en disco se quedaba cojo

Lo que contribuye a que el disco sea divertido.
Martín: «Desde el principio la máxima era hacer un grupo en que nos lo pasáramos bien y que fuera divertido de ver. Es la primera vez que la contundencia y la diversión del directo la podemos llevar al disco. El directo suena gordo y en disco se quedaba cojo. Esta vez estamos contentos».
Diego: «De repente un amigo viene a un concierto y te dice que en disco no era fan pero que ha salido del concierto y le has flipado».
Martín: «La primera canción que sale en Spotify es «Perdona» y es la más pop. Hay una diferencia abismal con la más punky. Son dos bandas diferentes».

¿Cómo llegáis a la portada del disco? Es divertida, un poco mónguer, no sé si transmite lo ambicioso que es el disco.
Diego: «Teníamos claro que fuera una foto nuestra. De repente, hablamos con Realmente Bravo y nos llega esto. Y dijimos lo mismo que tú: «¿qué es esto?». Y luego: «uf, me flipa». Me parece original, me hacía gracia quitar nuestras caras».
Martín: «Todo el proceso de hacer el disco era juntarnos los 4 y hacer un disco en el local de ensayo. Por primera vez teníamos que quedar en el local y no había conciertos. Cuando tuvimos el título de ‘Cuatro chavales’ quisimos desasociar esa imagen respecto a nosotros, que podrían ser cuatro chavales cualquiera, por eso quitamos nuestras caras».

Todo está firmado por todos vosotros, se aprecia que tenéis mucha conciencia de grupo. De hecho, me entero aquí de que hay una canción de Mario, no está especificado.
Mario: «Hice la música con más letra una noche y la guardé en un cajón. Al hacer el disco se la enseñé a Diego y le moló, y con un estribillo que él tenía desde hace tiempo, hicimos un Frankenstein».
Diego: «Si veo un tema de Temerario Mario que mola, le digo que eso para Temerario Mario, no (risas)».

Pero así Temerario Mario no va a salir del underground.
Martín: «Pero él ya no está en el underground con Carolina Durante. En las grandes bandas, como en Oasis, se asocia el valor de un grupo a una personalidad, y nosotros no funcionamos de esa manera».
Diego: «Yo escribo las canciones, pero vamos al local y la música es suya. Las canciones no serían lo que son sin ellos. Con otro bajista, otra guitarra… a pesar de las letras y las melodías, sería otra canción».

La Buena Vida también firmaban todos los canciones y hay un momento en ‘Minuto 93’ en que me he acordado de ellos. No sé si es intencionado, no parecen referenciales para vosotros.
Diego: «Me lo dijo el otro día Jose Sanz y me quedé flipado. Me gustan algunas canciones pero nunca les he tenido como referencia».

A veces tu voz es muy Raphael.
Martín: «En ‘Yo soy el problema’ (risas). También en ‘La noche de las muertos vivientes'».
Diego: «Sí, ya me lo decían, en según qué tempos tiendo a engolar la voz y ponerme así divo. Tengo curiosidad por cantar esa canción en directo». (risas)
Martín: «Es divertido, te impide ponerte tan intenso. Es más divertido y menos solemne».

La prima del grupo es pasarlo bien y en los conciertos de pandemia lo estábamos pasando mal

¿Cómo habéis vivido lo de aplazar el WiZink Center y luego cancelarlo? Bueno, habéis tocado algo…
Diego: «El primer verano de pandemia hicimos 6 o 7 conciertos, pero de la mayoría no salíamos contentos. La prima del grupo es pasarlo bien y lo estábamos pasando mal».

¿Habéis dudado en seguir adelante? Creo que pueden haber quedado grupos por el camino…
Martín: «Eso no, pero es frustrante. Es difícil tomar una decisión, porque se hace mes a mes, semana a semana. Si te dijeran: «hasta el 30 de octubre de 2022 no va a haber conciertos»… pero la incertidumbre de mañana tenemos concierto con gente de pie y 12 horas antes ponen sillas… En el WiZink el primer aplazamiento era obvio, pero el de diciembre de 2021, no. El tiempo nos ha dado la razón porque ha venido ómicron».
Diego: «Se han hecho conciertos pero fueron aforo reducido, o no se puede beber».
Martín: «No eran las condiciones planeadas para un concierto de cierre de gira del primer disco. Es frustrante para el grupo, y la gente muestra también su frustración con la banda, porque cancelamos cuando otra gente está tocando».
Diego: «El WiZink tienes que vender entradas durante mucho tiempo, nosotros no podemos vender esas entradas en 2 meses. No hemos llegado a hacer la promoción. Hacíamos las entrevistas y decíamos más bien «seguramente no se haga, se cancelará tarde o temprano».
Martín: «Lo peor es que no sabes en qué emplear tu tiempo, si centrarte en el local o no, es muy frustrante».

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