Amanda Bynes fue una actriz infantil y estrella de Nickelodeon de los 2000 que alcanzó el éxito con series como ‘All That’, ‘The Amanda Show’, y películas como ‘Easy A’ junto a Emma Stone. Sin embargo, muchos la recordarán por ser un personaje de sociedad y prensa rosa que protagonizó varios titulares en los 2010 relacionados con su frenético ritmo de vida.
Los tweets que publicaba a finales de la década bajo efectos de alguna sustancia o los extraños episodios que empezó a protagonizar en su vida la pusieron en el punto de mira. Fueron tiempos complicados para una generación de artistas muy jóvenes que no estuvieron bien cuidados, quizás por falta de conocimiento, y terminaron por explotar contra el resto. Amanda Bynes acabó bajo tutela en 2013, y ahora, después de 9 años, queda en libertad.
Al año siguiente de haber sido incluida en el plan de tutela, Bynes tuiteó que le habían diagnosticado síndrome maníaco depresivo o trastorno bipolar, y que además de tomar medicamentos, veía a un psicólogo y a un psiquiatra cada semana. Durante todo este tiempo la actriz ha estado estudiando en el Fashion Institute of Design & Merchandising y ha expresado su interés por crear una línea de fragancias.
Al analizar este caso es inevitable acordarse de Britney Spears, la primera gran artista que ha conseguido acabar con su tutela. La cantante ha abierto el camino a muchas otras personas atrapadas en esta situación, pero el abogado de Amanda Bynes, David Esquibias, ha informado a Variety que la tutela de Amanda no se parece en nada a la de Britney. “La tutela de Amanda fue un esfuerzo de colaboración con los padres. No hubo peleas entre ella y su madre o padre. Todos estaban trabajando juntos, incluida Amanda”.