Durante la larga gira de presentación de su excelente disco ‘Tiene que haber algo más’, un gran retrato del desencanto de una, dos o tres generaciones, Alizzz contó en Insta que iba teniendo claro qué forma iba a tener su siguiente proyecto. La afirmación daba un poco de miedo, pues los discos ideados en la carretera, justo después de triunfar, no han salido muy bien históricamente a los artistas. Vayamos a los 90, su década preferida. Oasis, Nirvana, Cranberries, Garbage… cayeron justo después de sus mejores trabajos abrumados -y cegados- por la fama.
De la fama habla bastante ‘BOICOT’, un EP en el que Alizzz quería romper con todo. ¿Era necesario tan pronto, después de solo un álbum? Supongo que todos tenemos la sensación -él también- de que Alizzz no va exactamente por su segundo trabajo. Después de ‘Ídolo’, ‘El Madrileño’ y ‘Cuando no sé quién soy‘, entre muchas otras cosas, él ha necesitado repensar las estructuras, los estilos y la manera de escribir.
La guitarra eléctrica, cuanto más distorsionada, mejor, ha sido la manera de repudiar la fama por todos los artistas citados, y algo de eso encontramos en el single ‘Que pasa nen’ y en el llamado «rock progresivo» de ‘Todo está bien‘, que cierra el EP por encima de los 6 minutos de duración, al modo de sus queridos Planetas. A ‘Que pasa nen‘ le perdonamos su tontería tipo Dandy Warhols porque la letra en catalán sobre Cataluña es historia como mínimo de Castelldefels: la modernidad realmente necesitaba una canción en la que aparecieran indistintamente la palabra Rosalía y la palabra Rodalíes, y el cambio melódico y la censura en «Burgesia intellectual podeu menjarme la po***» es una risa.
‘BOICOT’ se completa con 3 canciones que no tienen nada que ver entre sí. ‘Los mejores’ es un frustrante medio tiempo medio electrónico medio acústico que podría haber firmado Mirwais. Luego ya no es tan radical. ‘Pierdo el sentido’ sí divierte en sus numerosas fases del electro al drum&bass; mientras ‘Superficial’ critica la estupidez y la hipocresía del mundo actual, para lo cual ha tenido la sobada idea de refugiarse en el artificio ochentero. «Te como el culo en Instagram, pero en la calle no te puedo ni ver» es su retrato costumbrista más visual, incluyéndose a sí mismo en la crítica: «No sé por qué hacemos esta música enlatada / En par de años esta mierda vale nada». Paradójicamente, remite a la música de Roxy Music o Human League que tan bien ha sobrevivido al paso del tiempo.
Y es que, al final, lo mejor de esta entrega es su propio título: ‘BOICOT’. La primera buena noticia es que Alizzz como solista esté en la posición de poder permitirse uno. La segunda es que no se haya conformado con intentar repetir el éxito de ‘El encuentro’ o ‘Ya no siento nada’. Aunque cierto existencialismo y desencanto en las letras se parezca mucho a su primer disco, ha querido ofrecer algo más, aún a riesgo de que el proyecto no sea tan celebrado, o de que interpretado como un trabajo de transición.
Alizzz actúa el 3 de marzo en Barcelona, el 17 de marzo en Granada, el 18 de marzo en Málaga y el 23 de marzo en Madrid.