Sin ser un mal disco, ‘The Loneliest Time‘ fue un pequeño traspiés en la carrera de Carly Rae Jepsen, que, desde ‘Emotion‘, había encadenado discazos, estupendas caras B y también magníficos singles sueltos (‘Cut to the Feeling’). El single de presentación ‘Western Wind‘ parecía anunciar un cambio de dirección que no terminaba de ocurrir y, de hecho, las mejores canciones de ese disco eran las que sí iban por ese camino (‘Go Find Yourself or Whatever’, ‘Bends’), pinchado Carly en los bops que tan bien se le habían dado siempre, y que en ese disco lucían un poco forzados. Por suerte, ‘The Loveliest Time’ es bastante superior a su cara A.
Quizás consciente de eso, la canadiense ha omitido el “Side B” esta vez, comentando que entiende estos dos proyectos como “hermanas”: “después de la hibernación viene el florecimiento, pude conocer la soledad y la belleza que se encuentra ahí, y es de lo que quise hablar en ‘The Loneliest Time’, pero ahora que el mundo ha vuelto a abrirse, nosotros también, y es hora de celebrar y de que las lecciones aprendidas estallen en alegría y acción”. Hablaba también Carly de que siempre ha concebido sus caras B como un espacio de juegos, un campo de pruebas para experimentar, y ‘The Loveliest Time’ es el mejor ejemplo de esto.
A veces esos experimentos no salen muy bien (‘Anything to Be with You’ resulta un poco cansina, y abrir el disco con ella lastra, menos mal que enseguida viene ese combo de sintes y percusión en ‘Kamikaze’), pero muchas otras sí, y es muy interesante verla en registros como el de la daftpunkiana ‘Psychedelic Switcht, la balada adulta y un tanto psicodélica (jé) ‘Kollage’ sobre hacer daño y hacerse daño, el toque entre siniestro y melancólico de ‘Put It to Rest’, el tímido jungle de ‘After last Night’ o el juego que hace ‘Stadium Love’ (en la que Lewis OfMan le devuelve el favor de su featuring en ‘Move Me
‘) con incluso un guiño al rock de estadio ochentero en su break instrumental.Para la producción, la autora de ‘Run Away With Me’ ha vuelto a contar con el ex-Vampire Weekend Rostam, con el tótem Patrik Berger (‘Dancing on my Own’, nada más y nada menos), con el productor de confianza de Allie X Jordan Palmer, o con otra gente de ese pop alternativo y refinado como Kyle Shearer (Tove Lo, Melanie Martinez), Oliver Lundström (Dagny) o Jack & Coke (Hayley Kiyoko, Astrid S), sumando ahora nombres un tanto sorprendentes como Ethan Gruska (productor principal de los discos de Phoebe Bridgers), el productor de los Arctic James Ellis Ford (que es quien se encarga de ‘Shy Boy’) o Cole M.G.N, su pareja, que viene de trabajar con Beck o The Vaccines (!). Puede que todo esto sea en aras de esa experimentación o no, pero desde luego funciona. Hay que mencionar también, dentro de las ayudas en la composición, que Carly vuelve a trabajar con la siempre interesante Noonie Bao (ojo a ‘Pyramids’ y sus temas en solitario) en tres temas de este disco.
‘The Loveliest Time’ no siempre acierta, y queda lejos de la época ‘Emotion’, pero sí remonta y se queda muy cerca de ‘Dedicated‘, estando lleno de temas interesantes sobre todo en su segunda mitad. Porque esa parte que empieza en ‘Psychedelic Switch’ y continúa con las divertidísimas ‘So Right’ y ‘Come Over’, las mencionadas ‘Put it to rest’ y ‘Stadium Love’ y finaliza con la monada de ‘Weekend Love’ es de las mejores secuencias que ha hecho Carly.