Katy Perry vuelve a estar enfangada en un embrollo legal que le enfrenta a una persona anciana. Recordaréis que, hace unos años, Katy llevó a los tribunales a dos monjas que trataron de impedir que Perry comprara su convento favorito, ubicado en Los Ángeles. Katy ganó el juicio y se enriqueció más con la batalla legal relacionada con el convento que con su disco ‘Witness‘. Una de las monjas, de 89 años, murió durante el juicio.
No contenta con haber matado de un disgusto a la pobre monja, Katy se ha querellado contra un hombre octogenario por la adquisición de una vivienda. La propiedad, ubicada en Santa Barbara, tiene un valor de 15 millones de dólares. Katy compró la casa en 2020, pero su antiguo propietario, el empresario de 84 años Carl Westcott, la quiere de vuelta porque dice que firmó la compraventa sin ser consciente de lo que estaba haciendo, influido por su medicación.
Wescott asegura que, cuando firmó la venta, lo hizo sin su propio consentimiento, debido a que se encontraba medicado con unos calmantes que le habían sido recetados después de una operación de espalda. El empresario ha demandado al business manager de Katy, Bernie Gudvi, y defiende que en ningún momento consintió a vender su propiedad. Katy, y su marido Orlando Bloom, disputan la versión de los hechos de Westcott y aseguran que el empresario estaba perfectamente lúcido cuando firmó el contrato y que de hecho, en ese momento, el hombre ya estaba buscando una nueva vivienda. Katy pide 6 millones de dólares para cubrir costes, entre otros gastos. Su nueva música parece que tardará en llegar.