La primera parte de Coachella se ha celebrado este fin de semana dejando un puñado de momentos para recordar. Algunos buenos y otros malos. Lana Del Rey se ha dado un baño de masas ofreciendo una actuación que ha pasado a la historia. Grimes, por su parte, ha vivido el peor día de su vida afrontando un DJ set plagado de problemas técnicos.
El paso de Lana Del Rey por Coachella ha sido icónico desde el principio, cuando ha llegado al festival subida a una moto, seguida por un ejército de moteros, hasta el final, cuando se ha despedido de su público mientras una canción de The Caretaker ha sonado de fondo. En medio, la visita de Billie Eilish ha desatado la locura. Lana y Billie han cantado juntas ‘Ocean Eyes’ y ‘Video Games’. Lana ha llamado a Billie la «voz de una generación». Billie ha señalado que Lana «es la razón por la que todos estos artistas estamos aquí, incluida yo».
La de Billie ha sido una de tantas apariciones estelares que se han vivido durante el primer fin de semana de Coachella 2024. Justin Bieber, retirado de los escenarios, ha hecho un cameo en el show de Tems. Olivia Rodrigo se ha pasado por el concierto de No Doubt y, junto a Gwen Stefani, ha cantado ‘Bathwater’. Y Kesha se ha dejado caer por el show de Renée Rapp y ha cantado ‘TikTok’ modificando la parte de la letra que menciona a Puff Daddy. De «looking like P Diddy» la letra ha pasado a «fuck P Diddy». El rapero, acusado de acoso sexual por varias personas, está en su peor momento.
Otra estampa curiosa que ha dejado Coachella es la que ilustra esta noticia, la de Vampire Weekend y Paris Hilton compartiendo escenario. Paris ha jugado al cornhole -un juego típico de Norteamérica- «por primera vez desde ‘The Simple Life’, ha hecho el bobo y se ha ido.
Pero Coachella ha sido catastrófico para concretamente dos artistas. Grimes ha tenido que pedir disculpas por ofrecer un DJ set lleno de errores técnicos. Ella ha culpado al equipo de Coachella por preparar erróneamente el set, pero también se ha culpado a sí misma por permitirlo y dejar esta labor en manos de otras personas «para ahorrar tiempo». Grimes tratará de quitarse la espinilla volviendo a pinchar la semana que viene, y promete que el set será «impecable» porque lo organizará completamente ella misma.
Y luego está el asunto de Blur. A Damon Albarn no le ha gustado nada el público de Coachella, que parecía desconocer la mayor parte del repertorio de la banda inglesa. Cuando Damon ha intentado involucrar a la audiencia en un «sing along» de ‘Girls and Boys’, se ha encontrado con el silencio. «Cantadla porque esta seguramente será la última vez», ha dicho. Parece que Blur en Estados Unidos no es el grupo relevante que sigue siendo en Reino Unido. ¿Cura de humildad para Damon o síntoma de un público festivalero cada vez más disperso?
I love Grimes's music, and the pressure must be crazy to do a show like this – but her show at Coachella is the musician's version of nightmares where your teeth fall out and everyone laughs pic.twitter.com/RHvlwOoFE1
— Ghost Train (@GhostTrainNFTs) April 14, 2024
Ojo a esto que lo están borrando, Damon Albarn diciendo en Coachella que se va, que ahí se quedan. Tienen el lujo de ver a Blur en directo y prefieren mirar el móvil o hablar entre ell@s. El video es terrible.(Aún así no todo está perdido, el pasado año los vi y fuè una locura🙃) pic.twitter.com/qdbkE6hLQ4
— IvanDC❤️💛💜 (@Sfilmhead) April 15, 2024
Otras sorpresas y/o curiosidades vistas en el primer fin de semana de Coachella son el concierto lleno de pelos de Doja Cat y el regreso de la banda de reggae Sublime, esta vez liderada por Jakob, hijo del fallecido vocalista original, Bradley Nowell. Sublime se separó en 1996 después de que Bradley falleciera por una sobredosis. Jakob ha lucido contento de ocupar su lugar.