La presencia de Elon Musk en X, antes llamado Twitter aunque nadie es capaz de olvidarlo, se ha convertido en una pesadilla recurrente de la vida en la red. El peor augurio parece haberse hecho realidad: Elon Musk ha comprado X y lo ha convertido en su cortijo ideológico. Está obsesionado con difundir bulos sobre inmigración y sobre todo en promover una desconfianza absoluta hacia los medios de comunicación convencionales. Utiliza el lenguaje de las teorías conspiranoicas y, abusando del poder que le otorga ser dueño de una de las redes sociales más usadas en el mundo, tira el carro hacia la extrema derecha. Besa el suelo que pisan Milei y Trump y no le da rubor reconocerlo.
Es fascinante la cantidad de veces que la figura de Elon Musk puede aparecer en los medios dedicados al periodismo musical. Y no solo porque él y Grimes tengan hijos en común, o porque Azealia Banks terminara encerrada en su casa en uno de los mayores misterios del pop que se recuerdan. Taylor Swift, tras hacer público su apoyo a Kamala Harris, ha sido objeto de la última machistada repugnante de Elon Musk; Banks ha pedido a Swift que le demande por «abuso sexual», probablemente la cosa más sensata que ha dicho en mucho tiempo. Solo hace falta que una persona tan aparentemente inofensiva como Hayley Williams de Paramore se pronuncie contra Trump, para que Elon Musk salte.
Tan insufrible se ha convertido la figura de Elon Musk que para Conor Oberst de Bright Eyes el sudafricano es ni más ni menos que el «mayor pedazo de mierda que existe en el planeta Tierra». Bright Eyes dedica un tema a Musk en su último disco pero, sobre todo, se queda a gusto despotricando del magnate tecnológico en una entrevista. «Está arruinando la cultura paso a paso. Es un megamelomaníaco. Creo que Grimes da asco. Elon Musk es el hombre más rico del mundo, lo cual probablemente dice más de la humanidad que de él. Y no ha inventado nada, solo se ha hecho rico usando ideas de otras personas».
Tampoco duda Elon Musk en utilizar su conocimiento de la cultura pop -y sobre todo musical- a su favor. Que sea una de las personas más ricas del planeta no significa que viva desconectado de lo que sucede a su alrededor. Recientemente ha citado un famoso estribillo de Nicki Minaj para promocionar sus cohetes: “Starships are meant to fly”. Y antes una referencia a Rage Against the Machine provocaba la reacción de Rage Against the Machine. Para Elon Musk la población vive engañada y ya solo se manifiesta «a favor de la máquina», y no en contra. “Es gracioso porque él es el tío que aparece en la portada de ‘Evil Empire’ (1996), respondía Tom Morello. En realidad es Ari Meisel pero se entiende el mensaje.
Mientras Elon Musk retuitea sin parar bulos sobre inmigrantes que comen animales, o sobre inmigrantes en general, mientras dispara su transfobia contra personas que de hecho no son trans como Imane Khalif; mientras es capaz de publicar cosas como que de momento «nadie ha intentando asesinar a Kamala Harris» para que lo lean sus 200 millones de seguidores, a la vez que comparte mensajes que le pintan como el “milmillonario más gracioso que existe”; cada vez parece tener más razón Tulsa cuando se pregunta por qué demonios seguimos en esta “red social putrefacta”. Lo hacía al ver otro mensaje de Elon Musk glorificando a Milei. No hace falta recordar que Musk ni siquiera reconoce la identidad trans de su hija, Vivian. Ambos no se llevan; Vivian solo habla penurias de él. Recientemente, el actor Marlon Wayans ha llamado la atención de Musk por su transfobia.
Es incómodo seguir ocupando espacio en una red social capitaneada por una persona que de manera muy clara y abusando de su poder intenta influir la opinión pública, e incluso en las elecciones generales de Estados Unidos, como se está viendo estos días sin parar, usando generalmente fabricaciones y mentiras. Daría igual si fuera otro descerebrado conspiranoico más, pero resulta que, además de eso, es uno de los hombres más ricos y poderosos del planeta. Del otro lado, el mecanismo verificador de X, Birdwatch, aunque relativamente útil para combatir la desinformación, es muy mejorable. De momento, la decisión de Brasil de prohibir X -por varias razones, principalmente judiciales- es señal de que algo no funciona bajo el mandato de Musk, en la que fue la mayor red social del mundo.