Ramper es una banda de Granada formada en 2017 que ha dado de qué hablar en los últimos años dentro del circuito underground. Su debut de 2020, ‘Nuestros mejores deseos’, lanzado a través de la autoedición, fue elegido Disco nacional del año por Hipersónica y, a una escala internacional, ese año fue nombrado «Essential release» por Bandcamp.
Este mes, Ramper ha lanzado su segundo álbum, ‘Solo postres’, esta vez con el apoyo del sello asturiano Humo internacional, que sigue publicando discos a toda mecha tras haber editado, solo en los últimos días, los últimos trabajos de Somos la herencia, Dame Area o Viuda.
‘Solo postres’ puede llevar al grupo compuesto por Joserto, Antonio, Álvaro y Ángel al siguiente nivel de su carrera. Situado en un punto medio entre el post-rock preciosista y el folk progresivo, ‘Solo postres’ es un álbum doble que en 7 pistas sobrepasa la hora de duración. En un mercado que premia la inmediatez, Ramper no se toman ninguna prisa.
‘Solo postres’ suena, en palabras de Humo, como si lo hubieran creado «unos Black Country, New Road en un paso nocturno de Semana Santa». En las texturas de Ramper conviven la distorsión de las guitarras eléctricas con la belleza de flautas, trompetas y trombones. Ellos citan entre sus influencias lo mismo a Swans que a Slint o My Bloody Valentine. El nombre de la banda, inspirado en el del famoso payaso, nos lleva a una España antigua.
Pero esto no es música instrumental, y la voz cantante, la de Álvaro Romero Sepúlveda, sabe imprimir gran emoción a estas composiciones. La de Álvaro es la voz que guía esa canción que pasea con el corazón roto que es ‘Día estrellado’, la Canción Del Día de hoy. Casi 9 minutos de viaje medieval/pastoral al servicio de una historia que evoca el luto por un amor desaparecido. «Se fue la luz del sol y del mundo contigo, mi ángel», canta Álvaro, mientras clava la mirada en un «astro errante y fantasma».