Desde su celebrado debut con ‘Clean’, Soccer Mommy poco a poco se ha convertido en uno de los nombres más prestigiosos en el indie-rock contemporáneo. El proyecto de Sophie Allison ha ido ganando adeptos a cada álbum, manteniendo un estilo identificable, y a su vez, experimentando con distintos sonidos en cada nuevo trabajo.
En JENESAISPOP nos reunimos con ella en Madrid un día antes de su actuación en Mad Cool. Por aquel entonces, ‘Evergreen’, su último álbum, aún no había sido anunciado, pero pudimos escucharlo para la ocasión. La cantautora nos habla sobre su fascinación por los 90 y los primeros 2000, su experiencia abriendo para otros artistas, su proceso creativo para este nuevo proyecto o sus canciones favoritas de cada uno de sus discos.
¿Qué diferencia hay en la preparación de un festival frente a la de un concierto en sala?
Los festivales son tan frenéticos que nunca vas realmente preparado, no importa lo que hagas. Apareces, es tu turno, sueltas tus cosas por el escenario, tocas un acorde con la guitarra y ya tienes que empezar. Es un poco locura, así que tienes que tomártelo con calma.
Además parece que todo el mundo va como con más energía, ¿no? ¿Tienes alguna anécdota divertida que te haya pasado en un festival?
Creo que no me ha pasado nada muy loco, pero a mí siempre me gusta ir a ver a otros grupos cuando estoy en festivales y he conocido a gente que me ha reconocido entre el público. Todo el mundo siempre es súper amable. Creo que no he tenido una mala experiencia con fans desde hace como 5 años, todo el mundo es muy majo ahora.
Has abierto para otros grandes artistas como Slowdive, Phoebe Bridgers, Mitski… ¿Qué se aprende siendo telonera?
Siempre hay un proceso de aprendizaje. Es genial abrir para otros grupos y recordar que, en cierta manera, no importas. No en plan mal, pero cuando eres la artista principal todo tiene que salir como tú quieres y todo va sobre ti. Y no siempre es así, especialmente en festivales, no es para nada así. Si estás acostumbrada a hacer este tipo de cosas, sabes que la gente te va a tratar bien y demás, pero que no están ahí por verte a ti. Es muy sano y está muy bien tocar para públicos que no conocen tu música, incluso si eso significa que a veces simplemente van a estar ahí quietos aplaudiendo educadamente. Sabes que no vas a tener a un público enloquecido, pero está bien porque puedes hacerte con nuevos fans y también haces que te escuche gente que nunca hubiera escuchado tu música. Es tan importante como ser cabeza de cartel, y te enseña lo que es tocar en sitios más grandes de los que sueles tocar, por lo que cuando llegas a ellos, ya tienes la experiencia de haberlo hecho antes. Puedes sacar mucho de ello.
«Ser telonero es tan importante como ser cabeza de cartel»
Hablando ya de tu música, cuéntame cómo trabajas con la estructura de tus canciones. Son muy melódicas y siempre sueles crear grandes estribillos pop.
Siempre me ha encantado la música pop. Siendo una niña a principios de los 2000, me crié con ese tipo de música, y me encantaban esos momentos de estribillos pop. No siempre los necesitas, pero sienta bien hacerlos a veces y pueden hacer que el mensaje quede bien claro, así que por qué no intentarlo. Pero me gusta retarme con las estructuras para no aburrirme. No quiero hacer solamente “verso / estribillo / verso / estribillo” y fin de la canción, quiero intentar añadir elementos que alteren un poco las cosas: un cambio en la melodía, un outro, un puente, incorporar cambios en la progresión de acordes, etc. Creo que aporta mucho y aun así puedes seguir sonando pop. Si consigues hacer las dos cosas, es mucho mejor que si te quedas con algo muy sencillo. Eso es algo que me encanta hacer sin importar el tipo de música que haga. Incluso si estoy con algo más ruidoso o intenso, quiero que haya cambios.
Mencionas los 2000 y, sin duda, percibo esa influencia en tu música, pero sobre todo, me suena muy noventera. ¿De dónde viene esa fascinación por esta época?
Me encantan los 90. He visto tantas series y pelis de los 90 de pequeña… Me encantaba ‘Buffy Cazavampiros’, ‘Sabrina, cosas de brujas’, ‘Embrujadas’, todo este tipo de series. Escuchas mucha música en ellas, incluso si no vas a escucharla después necesariamente. Es un sonido que siempre me ha gustado, y los primeros 2000 tienen mucho de eso también aunque tengan un estilo de producción distinto. Los 90 son como “guays”, me he dado cuenta de que hay mucha música por descubrir.
En tu música oigo a grupos como Slowdive, Broadcast, The Sundays… ¿dirías que ese estilo es lo que más escuchas?
Sí, totalmente. Escucho mucho de eso y también mucho pop, sobre todo de los 2000. También indie-rock más moderno. En realidad escucho de todo, pero vuelvo constantemente al rock de los 90 y al pop de mi infancia.
«Vuelvo constantemente al rock de los 90 y al pop de mi infancia»
Tu anterior disco tenía un sonido más oscuro, un poco trip-hop. Este álbum es más íntimo y sin sintetizadores, ¿qué te hizo elegir este estilo?
Cuando estaba escribiendo las canciones y haciendo las demos me parecieron muy crudas y fieles a lo que las canciones querían decir. No quería inundarlas de todos esos sonidos que tanto he usado. Me encanta experimentar y probar nuevas cosas, creo que queda bastante claro escuchando mis discos, pero sentía que lo más experimental que podía hacer era no hacerlo e intentar algo que no fuera lo obvio para un álbum indie-rock.
Para mí la inspiración más real de todo esto son las flautas. Empecé a crear piezas de flauta en mis sintetizadores y pensé que usar flautas reales molaría mucho, así que me obsesioné con la idea de que tenían que ser parte del disco. Quería que se sintiera distinto, puro, y conseguir sonar como si estuviera ahí mismo cuando lo escuchas. Es una referencia un poco aburrida, pero como Bob Dylan, que es como que él está ahí y hay una banda a su alrededor y la canción está en el centro de todo, y podría estar totalmente despojada de cosas, que sonaría igual. Quería que el disco tuviera ese corazón, y pensé que si empezaba a usar sintetizadores no iba a parar de usarlos porque me encantan, así como cajas de ritmo. Pensé, si los dejo fuera, me voy a forzar a intentar cosas que quiero probar, como pianos, guitarra acústica, flautas, cuerdas. Es muy fácil optar por un sintetizador o una caja de ritmos, siempre va a sonar genial. Me encanta cómo suenan, pero quería que el álbum fuera distinto, más puro.
A veces ponerse restricciones ayuda.
¡Sí! Pueden darte una mayor creatividad. Por ejemplo, puedes hacer lo obvio de usar un sintetizador o una línea de guitarra para después del estribillo y el post estribillo, pero si restringes esas posibilidades puedes dar con ideas y paletas sonoras más interesantes. Es la razón por la que volvemos a ciertos álbumes que tienen un universo sonoro particular y distinto a todo lo demás, porque se salen de lo que normalmente se usa.
¿Tienes alguna rutina creativa?
Realmente no. Toco la guitarra todo el tiempo y nunca lo hago para practicar, solo toco para intentar escribir. Así que cuando encuentro una idea que me gusta, me inspiro y empiezo a trabajar con ella. Pero no tengo nada que necesite particularmente más allá de cierta sensación de privacidad. Puedo trabajar en mi casa, o en medio de una gira si consigo evadirme.
Leí que cuando empezaste a trabajar con estas canciones no tenías en mente empezar un nuevo proyecto en particular, ¿en qué momento te diste cuenta de que tenías un disco?
Para mí siempre ha sido así. Al empezar el proyecto, en la primera canción o así, estoy todavía averiguando lo que estoy haciendo. La primera canción que escribí para el disco fue ‘M’ y recuerdo que pensé que era diferente a lo que había hecho hasta ese momento, que era una nueva dirección. Sentía que me dirigía a otro sitio. Y no iba a escribir esto y después volver a escribir cosas que sonaran igual que el disco anterior. Pensé que había algo nuevo ahí que me parecía emocionante.
Veo a ‘Changes’ como la pieza central del álbum, al menos a nivel emocional, ¿qué puedes contarme de esta canción?
Escribí esa canción cuando estábamos grabando ‘Sometimes, Forever’, y me gustó mucho, pero era muy distinta así que no la llevé a las sesiones de grabación. La dejé a un lado y no pensé en ella por un tiempo, pero cuando tenía escritas un par de canciones para ‘Evergreen’, volví a ella y vi que podía encajar bien. La metí en la carpeta de demos pensando que si al final no funcionaba me desharía de ella. Pero funciona porque es una canción sobre los cambios, obviamente. Sobre mirar al pasado, a todas las cosas que importaban tanto y darse cuenta de que ahora ya son recuerdos lejanos. No me gusta eso, es incómoda la idea de que las cosas que están aquí ahora mismo serán recuerdos lejanos que me den igual en el futuro. Hace que todo lo que sientes y todos los momentos se sientan insignificantes. Encajaba muy bien con las ideas que maneja el disco.
Claro, porque el álbum es sobre la pérdida, ¿de qué forma crees que el duelo ha cambiado tu forma de ver la vida y de hacer música?
Mi perspectiva cambia constantemente. Creo que la idea de la muerte y su realidad es algo muy difícil con lo que lidiar. El tiempo e ir madurando va continuamente cambiando tu forma de sentirla y tus opiniones. Cuando tenemos opiniones sobre este tipo de cosas, no tenemos por qué aferrarnos a ellas para siempre. Algo puede pasar en nuestra perspectiva que la cambia al completo. A mí me sigue pasando.
«En Nashville hay música por todas partes, es una ciudad muy musical»
Cambiando de tema, tú eres de Nashville, un lugar con una gran cultura musical, ¿qué impacto ha tenido o tiene esta ciudad en tu música?
Empecé a tocar música desde que era muy pequeña, probablemente un poco se deba a que había música por todas partes y que es una ciudad muy musical. Está llena de músicos, conocía a mucha gente que sus padres eran músicos, etc. Estar rodeada de todo eso creo que hizo que empezara pronto a escribir música, incluso si era a un nivel infantil. También creo que hay algo de cantautora country / folk dentro de mí, en mi forma de escribir. No me inclino por ese género en su totalidad pero creo que hay influencias de ello.
¿Qué influencias manejaste para ‘Evergreen?
Siempre me es imposible concretar mis influencias en la escritura de las canciones, pero en las producciones sí que puedo identificarlas más. Pensé mucho en Nico, porque me encantaban esas guitarras eléctricas tan limpias, en cosas sinfónicas que no sonaran a pop de cuerdas hi-fi y que tuvieran un sonido muy interesante, que sintieras que están justo a tu lado. Hubo mucho de eso, también de Jim O’Rourke, su música mezcla un mundo acústico y eléctrico con sonidos muy orgánicos, que a su vez resulta muy original. Y luego bandas como Yo La Tengo, que tienen un sonido de guitarra onírico y húmedo que me encanta. También la naturaleza es siempre una gran inspiración para mí. En este álbum en particular, quería transmitir la idea de una persona que está muy conectada con la naturaleza y con el mundo que le rodea.
Para terminar, ¿cuál es la canción de la que estás más orgullosa de cada uno de tus cuatro discos?
¡Qué difícil! Creo que en este disco de la que más orgullosa estoy, tanto en las letras como en la producción, es ‘M’. Es exactamente lo que quería hacer con ella y no me puedo creer que lo haya logrado. De ‘Sometimes, Forever’… es muy difícil, pero creo que ‘Fire in the Driveway’. Me encanta la canción en general, pero lo que hicimos con la producción es muy interesante y no lo que esperaba hacer, pero es increíble en mi opinión lo que Dan [Lopatin] consiguió. De ‘Color Theory’… Si tuviera que enseñarle a alguien una canción del disco, la más representativa creo que sería ‘yellow is the color of her eyes’. Creo que es la opción más obvia. Pero ‘gray light’ siempre suena genial para mí. Y de ‘Clean’, estoy entre ‘Still Clean’ y ‘Wildflowers’, creo.
Interesantes elecciones. No has dicho ‘circle the drain’, creo que es mi canción favorita tuya…
Me encanta ‘circle the drain’, ¡me resultó muy fácil hacerla!