YSY A: «La gente no está acostumbrada al trap con mensaje, pero yo lo he hecho así siempre»

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YSY A: «La gente no está acostumbrada al trap con mensaje, pero yo lo he hecho así siempre»

YSY A es una eminencia en Argentina. Alejo Acosta fundó El Quinto Escalón a los 13 años, una de las competiciones de freestyle más importantes del mundo hispanohablante, y de la que han salido artistas como Duki, Paulo Londra, Trueno y muchos otros que hoy en día nos encontramos en las listas de éxitos. Incluso un joven Bizarrap aprovechaba por aquel entonces el boom de las batallas para empezar a subir vídeos compilatorios de los mejores momentos.

Todo este efecto mariposa desemboca en la gran relevancia del trap argentino a nivel internacional, el cual YSY conoce realmente bien. Gracias a unas letras con sustancia y a un inimitable flow, el artista de 26 años ha agotado todos los estados de Argentina y Latinoamérica, provocando hasta terremotos por el camino. Ya ha hecho historia en su continente. Ahora quiere conquistar los que quedan.

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En su camino a la dominación mundial, YSY A hará dos paradas en nuestro país. El artista argentino actuará el próximo 27 de marzo de 2025 en el Wizink Center de Madrid y el próximo 5 de abril en el Sant Jordi Club de Barcelona. Las entradas, disponibles en Vivaticket y en la web del recinto.

Hablamos con YSY A sobre las similitudes entre el tango y el trap, los prejuicios del género, el origen de la ambición y la importancia de las canciones con mensaje.

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Siendo honesto, nos hemos arriesgado con esta entrevista. Nuestra web es principalmente de pop, aunque saquemos cosas de rap a veces. Sin embargo, dados los tiempos en los que vivimos y, sobre todo, en Argentina, tú eres de lo más pop que hay, ¿no?
La verdad es que para lo poco comerciales que son mis letras, soy bastante popular. La gente, el pueblo, me quiere.

¿Cómo te presentarías ante una audiencia que no te conoce?
Me presentaría como un rapero al que le gusta desafiar a cualquier tipo de ritmo.

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¿Nada más?
Bueno, esto es un resumencito para ser humilde. Quiero ser el mejor rapero de la historia y lo estoy tratando de demostrar con discos y giras.

Podrías presentarte de muchísimas formas. Creaste El Quinto Escalón con 13 años, has recorrido todos los estadios de Argentina…
Si arrancamos así, tengo 13 años para contar. Fui… Supe ser un joven soñador y ahora ya soy un joven adulto queriendo conquistar el planeta.

¿Qué piensas al recordar todo lo que has hecho?
Mucha emoción y convicción. Qué bueno todos esos sueños que tenía el Alejo de 13 años. Cuando empecé a rapear, ni me imaginaba vivir todo esto tan fuerte al día de hoy. Por eso lo trato siempre en las letras. Comparto esa inspiración para que el pibe o la piba que me escucha, por más que tenga otra vida, que sea deportista, que sea modelo, que estudie, que no, que se puedan sentir inspirados por mi mensaje. Hay que estar noches y días peleando por el sueño de uno.

Hace un tiempo igual era diferente, pero ya llevamos unos años en los que el hip hop, el trap, es el pop de hoy en día. Con todo el tiempo que llevas tú en el mundillo, ¿has notado este cambio en primera persona?
Muy lindo lo que decís. Al principio, el trap era una cosa de nicho, un sonido raro, loco. Acá en Argentina estamos muy acostumbrados a ver lo que pasa en el mundo y a querer deformarlo y hacerlo de otra manera. Cuando conocimos el trap y creé El Quinto Escalón era todo muy freestyle. Empezamos a entrar en el estudio, sacamos la primera canción y la gente no entendía nada, pero nosotros estábamos muy seguros de que había que hacer eso. Con el paso del tiempo, la gente fue escuchando, fue prestando el oído y, el día de hoy, es un sonido súper pop en Argentina. Lo conoce todo el mundo. Mucha gente se siente representada con el sonido.

En concreto, el trap argentino es muy respetado en todo el mundo.
Es muy lindo el cariño y el recibimiento que tenemos en todos lados. Yo estos últimos dos años viajé por diez países y es una locura llegar a tantos lugares y que nos reciban de esa manera. Creo que es una cuestión de que acá estamos en modo supervivencia, en el sur del mundo. Eso se refleja en el hambre que tiene la música, en el hambre que tiene el arte.

Este verano estuviste en el Sonorama Ribera. No es un festival en el que el hip hop tenga mucha presencia, pero de vez en cuando está programado. En la crónica dije que tenías el show más original de todo el festival, por mezclar el trap con un grupo de tango.
Fue la primera vez que tuve el honor de llevar a la orquesta con la que trabajo a otro país. Como decís vos, es un festival que su fuerte no es el trap o el hip hop y hay músicos muy grandes y respetados. Caímos con la orquesta, nos paramos ahí con la bandera, con la celeste y blanca, con el sonido del tango y fue un recibimiento increíble. Es un sonido que quiero seguir exportando al mundo porque sé que me va a llevar muy lejos.

¿Por qué pensaste que tenías que ofrecer un concierto diferente?
Justamente, porque era un festival que no era de trap. La oportunidad especial para ir con lo más musical de mi carrera, porque yo hago trap, es el sonido que más me gusta, pero, como dije al principio, yo quiero desafiar los ritmos. Quiero subirme a cosas que parezcan imposibles de rapear y hacer obras hermosas. Con el tango me pasó esto. Encontré sensaciones y emociones que nunca había conocido.

Creo que también callaste bocas, porque el trap es visto muchas veces como un género sin virtuosismo.
Siempre traté que el mensaje, los valores y el contenido de la música conecten con la gente. Entonces, traté de hacer un trap lo más fino y elevado posible, ¿viste? No, el trap no tiene letra. No, el trap no es música. Es todo autotune, no sé qué. Este último disco que saqué tiene mis letras favoritas de toda mi carrera. Sé que la gente no está acostumbrada a que haya canciones de trap con un mensaje, con un contenido más profundo, pero yo me acostumbré a hacerlo así toda la vida.

¿En qué se parecen el tango y el trap?
¡Uf, qué lindo! Creo que lo que más conecta, como se le dice en el tango, es el barro, la sangre… Esa cosa de venir de abajo, de haber pasado hambre, de no tener, de no ser, de ir aprendiendo y de chocarte con todo. Tiene también una oscuridad y una melancolía especial. El trap es pesado, son todas escalas menores, y creo que ambos géneros te permiten expresar muchas cosas. En una canción electrónica o de reguetón, yo no me voy a poner muy introspectivo ni muy filosófico con mi mensaje. Una canción de reguetón diciendo: «Dale, hermano, que tenemos que salir a conquistar el mundo. Armaremos una empresa entre todos, vamos a trabajar y a luchar». No puedo hacer una canción con ese mensaje. El tango y el trap te permiten armar una historia más profunda y más personal.

En ‘TRAMPA AL TIEMPO’ echas la vista atrás en tu carrera, como una recapitulación de todo lo vivido. ¿Qué significa para ti este disco?
Al fin y al cabo, yo tengo 26 años. Soy super joven, pero miro para atrás y hace 13 años que estoy haciendo esto. Ya tengo nueve discos, estoy tocando en diez países por año, estoy llenando estadios, entonces es muy fuerte para mí. Este año fue uno de madurez, de frenar y de mirar para atrás. Es un disco especial para toda esa gente que me sigue aceptando y para ese Alejo interior que vivió y soñó todo esto, y que ya lo está viviendo. En mis discos anteriores yo te podía hablar de que soñaba hacer cosas que al día de hoy, gracias a Dios, ya estamos viviendo. Entonces, ¿qué quieres que te cuente? ¿De qué quieres que hablen las letras? Estoy todo el día trabajando y desviviéndome por mi carrera. Yo no hago nada más que esto.

Cuando empecé a escuchar tu música, no solo este disco, me sorprendieron mucho tus letras, porque sentía que no estaba perdiendo el tiempo. Hay mucha motivación e inspiración en ellas. ¿Cómo de importante es esto para ti?
Yo lo que le aporto al mundo son las letras. Me tengo que concentrar en que sean buenas, buenas, buenas, porque es lo único que se le está dando al planeta. Para mí es una responsabilidad. Mi primer disco habla de la vida nocturna y de lo salvaje que fueron estos primeros años de pegarnos, pero ya en el segundo me di cuenta de que el mensaje mío no tenía que ser ese. Si yo le decía a todos los pibes que me seguían que había que estar de fiesta y descontrolado todo el tiempo, yo sabía que esa gente no iba a lograr nada en su vida. Entonces, en ‘HECHO A MANO’, yo ya dije: «Acá le tengo que poner mensajes a mi gente, algo que los acompañe a combatir los días malos, los momentos en los que no tenés ganas de trabajar, de estudiar, de entrenar». Este disco justamente es como volver un poco a ese mensaje. La letra es lo más importante.

¿Alguna vez has visto o sentido el efecto real de esas letras a tu alrededor, con tus propios ojos?
Sí, mucha gente que necesitaba un shot de energía para luchar por sus sueños y me lo agradecen por la calle. Yo también me diseñé mi propia ropa durante dos o tres años. Me la diseñé, me la estampé… me hacía todo yo. La gente lo vio y empezó su marca de ropa. Raperos y productores queriendo armarse sus sellos independientes después de vernos a nosotros hacerlo… Me pasó que un seguidor de acá, de Argentina, me dijo: «Vos me salvaste la vida». Y yo digo: «Bueno, gracias, ustedes también me salvaron la vida a mí». Porque es la verdad. Y el me decía: «No, pero vos no entiendes lo que te digo, no entiendes por qué me salvaste la vida». Me dice: «Con ‘Antezana 247’ yo te conocí a vos, pero con ‘HECHO A MANO’ me conocí a mí». Por más que vivimos cosas distintas… Yo ya soy un artista consagrado, exitoso, famoso, escuchado, pero igual hay que lograr conectar entre mi vida y esas millones de personas que me trajeron hasta acá.

Seguro que tú tampoco eres infalible. Me imagino que habrás tenido dudas durante tu carrera.
Sí, sí… Justamente de eso va el primer tema del disco, ‘DUELE’. Yo sé lo que duele estar sin lograrlo, noches sin dormir, ni comer, con un montón de gente a favor, con un montón de gente en contra, con nuestras familias que no entendían nada, con nuestros amigos, que nos tuvimos que alejar… El éxito está detrás de todos estos días de incertidumbre, de conflicto con uno mismo. La gente te ve encadenado, pero de los 365 días del año, solo el 10% son de éxito.

¿Qué hace falta tener para arriesgarse al éxito? Como dices en la canción…
Mucho amor y mucha convicción. Yo esto lo hago realmente por amor. La plata es algo que me encanta, porque me ayuda a mejorar mi obra, pero como dice el último tema del disco, yo nunca lo hice por la plata. Me meto dentro de estas cuatro paredes, enfrente del micrófono y hago lo que más feliz me hace hacer en el mundo. No lo dudo. Hay años mejores, hay años peores, hay errores… Soy un artista independiente, así que cada error que cometo lo tengo que pagar yo, y se aprende mucho.

En el disco también hablas de tus planes de futuro, que básicamente consisten en conquistar el mundo. ¿Esa ambición se construye o naces con ella?
Es algo que se entrena y se trabaja. Es muy importante tener un buen equipo, hermano. Gente que tenga el mismo hambre que vos, gente que esté loca como vos por hacer historia, por lograr esas cosas que parecen imposibles. Eso sí es un gran consejo que es muy importante y que alimenta ese hambre de la que estamos hablando. Es algo que se trabaja porque mientras más profesional te haces, más cuesta tener hambre, porque más te malacostumbras. Todo el mundo te ama, vas a los mejores restaurantes, viajas en primera… Todo lo que tiene la fama. Entonces, es muy importante no olvidarse de ese niño interior que uno tiene, de ese sueño… La fama y la plata te pueden hacer olvidarte un poco de esto y es un trabajo muy importante que hay que hacer de mantener ese fuego prendido.

El 27 de marzo vienes por primera vez al Wizink Center y el 5 de abril al Sant Jordi Club de Barcelona. ¿También tienes preparado algo especial para esas fechas?
Sin duda. Estoy preparando algo muy fuerte, porque yo ya tengo nueve discos. Elegir las canciones es un desafío. Y gracias a Dios, mi gente me sigue desde mi primer disco. Es una oportunidad muy especial para mí ir allá a un lugar tan grande, teniendo tanta discografía encima, y poder armar un show de todo. Tanto en Madrid como en Barcelona, he tenido shows muy buenos, para 2.000 personas, 1.500… y hemos hecho temblar todo. Ahora, con más miles de personas, no lo puedo creer.

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