Amaia celebra el amor y la muerte en su mágico primer gran arena

-

- Publicidad -

Amaia celebra el amor y la muerte en su mágico primer gran arena

Amaia venía sugiriendo que su concierto en Madrid sería especial. Era la mayor fiesta que montaría hasta la fecha. Además, ha contado en las entrevistas que ha notado un antes y un después en su carrera desde que cuenta con un director artístico en casa, su pareja Daniel2000.

No le vamos a dar a nadie más que a Amaia los méritos de ser Amaia, con esa espontaneidad, esa naturalidad y sobre todo esa voz, pero el de anoche fue un concierto más mimado que nunca en lo musical, con una decena de músicos, una coreógrafa, un coro de voces a su vez coreografiado, una escenógrafa y una responsable de los estilismos, amén de Víctor Martínez a la dirección musical. La artista movilizó a más de una veintena de personas al escenario para presentar su álbum más electrónico. Tal fue el nivel de detalle, incluso en su minimalismo, para un show dividido en 4 actos, más al final un grupo de bises.

- Publicidad -

El motivo de la fiesta era presentar ‘Si abro los ojos no es real‘, y Amaia está tan convencida de este tercer disco que sonó en su integridad. ‘Visión’, con ella al piano emergiendo de uno de los tres cubos tipo portales que presidían el escenario, fue la primera en sonar, como en el disco. Y ‘Tocotó’, la segunda en la secuencia, la siguiente. En ella ya Amaia demostró que sus tímidos pasos de baile están cada vez menos improvisados. Sus conocidos «sprints», cada vez más medidos.

Hubo ya mucho amor del público hacia las nuevas canciones que han salido hace apenas unas semanas. ‘Nanai’ dejaba ver que había algo raro y misterioso en estas nuevas producciones. La gente coreó ‘C’es la vie’ y muy especialmente ‘M.A.P.S.’, que huele a TikTok con su representación de las iniciales de la canción, como si llevaran meses fuera. Se guardó un silencio sepulcral cuando Amaia tocó el arpa en ‘Ya está’, y se vivieron momentos tan mágicos como la presentación de ‘Auxiliar’, sobre el amor de madre, y ‘Fantasma’, sobre una visita del más allá.

- Publicidad -

De hecho la muerte tuvo un protagonismo inusual para un concierto de pop de estas características. Tan natural como siempre, Amaia recordó que ‘Despedida’ habla sobre el deceso de su abuela, que falleció en paz, y propuso de manera arriesgada frente a miles de jóvenes: «Ojalá morir así porque la muerte es algo precioso y hay que celebrarla como se merece». En un momento decidió danzar precisamente por todo esto, y taconeó por la muerte sobre una plataforma llevada al escenario ad hoc, para recordar que en el norte también saben.

Pero el público sigue por supuesto muy apegado a las canciones antiguas y Amaia ha sabido rescatar para esta gran fiesta lo mejor de cada gira. Se ha caído la versión de ‘Fiebre’, pero ‘El relámpago’ al piano con un «relámpago» emergiendo al final del tema, continúa siendo un gran «highlight». ‘Quiero que vengas’ y ‘Quedará en nuestra mente’ siguen siendo un gran karaoke colectivo, con Romero en un estilo de pop-rock clásico que parece el preferido por la gente, aunque a ella le guste experimentar con diferentes géneros. El público se emociona escuchando a Amaia cantar sobre un parque de Pamplona, ‘Yamaguchi’, hermanada con una ciudad de Japón. Ahora ‘Bienvenidos al show’ cierra el concierto, en lugar de abrirlo, tras la gran ‘Tengo un pensamiento’, su penúltimo viral labrado en ‘La Revuelta’. Como en el programa de Broncano, decidió empezarla a capela.

- Publicidad -

Y el delirio se desató cuando apareció Aitana para cantar su parte de ‘La canción que no quiero cantarte’, la del estribillo «¿Quieres ser mi amigo? ¡Cómeme el higo!». El sonido estaba siendo excelente hasta que la gente se puso a gritar en este tema y a Aitana se la oyó, pero se la oyó lo que viene siendo poco. «Hacía mucho que no nos veíamos», dijo una entre el bullicio. «Enhorabuena, tía, por llenar el WiZink Center, qué bien te va», propuso Aitana mientras los responsables del Movistar Arena y los patrocinadores del mismo se daban cabezazos contra una pared. «Pues anda que a ti, guapa…», respondió la otra tras haber terminado su tema con una breve referencia a ‘Ave María’ de Bisbal.

Ainhoa Laucirica

Amaia rellenó el show con más versiones -sus 3 discos son muy cortos y ella no suele hacer demasiadas colaboraciones-, hasta completar casi 2 horas de concierto. ‘Santos que yo te pinte’ ya casi, casi es tan suya como de Los Planetas, tras aparecer en su segundo largo, y también se replica su baile de percusión imaginaria de la gira anterior. Y ahora se suman coplas como ‘Me pongo colorada’ de Papá Levante -con un control espectacular de los silencios y los estallidos- y un ‘Zorongo gitano’ que de nuevo enmudece al respetable.

No es fácil llenar un pabellón de más de 15.000 personas, solo para después callarlo. Y menos cuando no haces la música de moda, no entras en la lista de Los 40 Principales y Spotify no te quiere meter en Éxitos España. Los referentes de Amaia además vienen de mundos que no tienen nada que ver entre sí: Marisol, Los Planetas, La Oreja de Van Gogh, Ralphie Choo, C. Tangana, La Bien Querida… Ha sido tan sólo su increíble personalidad lo que ha ido dando forma a su proyecto hasta modelar un personaje único y lleno de encanto. Con un precioso vestido rosa, y un maquillaje también entre rosa y verde, Romero lucía como la princesa de un cuento de hadas, pero una princesa 2.0 que solo se depilará o se pondrá un vestido los días que le salga del higo. 9.

Lo más visto

No te pierdas