Música

Reconciliación total con Radiohead (para quien la necesitara)

España no es un país especialmente agraciado en cuanto a giras internacionales. «Tal artista anuncia gira sin parada en España» es un titular recurrente en nuestro país, que solo en los últimos meses ha afectado a fans de Lorde, Florence + the Machine o Halsey. Esta vez nos ha tocado el gordo: la primera gira de Radiohead en 7 años, que además no presenta ningún disco de estudio, comienza con 4 fechas en un pabellón de Madrid.

Un tour que no se asocia a álbum alguno se presume de «grandes éxitos». Las entradas, previo registro, volaron dejando a decenas de miles de personas fuera de un recinto con capacidad para 17.000 personas. Si sirve de algo, conozco a mucha más gente que ha quedado fuera del Movistar Arena que a gente que ha conseguido ticket. Y eso que Radiohead exprimen al máximo las posibilidades del recinto, al optar por un escenario circular en el centro de la pista, que permite usar la totalidad del graderío. Una fórmula 360º que ya se vio, entre otros, a Metallica.

El grupo de Oxford vive un momento de popularidad exquisito, gracias a la viralidad en redes y plataformas de ‘Creep’ y también inesperadamente de ‘Let Down’, un track de ‘OK Computer’ que iba a ser single pero se abortó porque su vídeo no les cuadró. Jamás Radiohead han estado tan presentes en las listas de éxitos como hoy en día. Tienen el doble de oyentes que U2. No hay semana en que no aparezcan en los charts británicos o globales con 1 o 2 canciones, con 1 o 2 discos. Todo ello a pesar de que el grupo ha sufrido cierto «backlash» al ser, en primera instancia, tibio en su condena del genocidio en Gaza. De hecho, es que no usaron tal palabra.

Semanas antes del inicio de esta gira, el grupo se ha explicado en una amplia entrevista en la que varios miembros han hablado largo y tendido de su visión. Aparte de los lazos personales de Jonny Greenwood con Israel a través de su pareja -el guitarrista es partidario de luchar contra el sistema desde dentro, acude a manifestaciones contra Netanyahu, toca con músicos «árabes y judíos»-, hay que recordar que la postura de Reino Unido, por razones históricas, no es la de España. Decenas de artistas anglosajones han recaudado fondos por Palestina, pero son mayoría inmensa los que han guardado un incómodo silencio.

A falta de comprobar la durabilidad, la eficiencia y el respeto al alto el fuego, diría que Radiohead han evitado vítores pro-Palestina en el inicio de su gira gracias a esta entrevista. Thom Yorke lo dijo claro: no quiere actuar ni a miles de kilómetros de Netanyahu. Pero la reconciliación de la que hablo en el titular es sobre todo musical. Los encantos de ‘A Moon Shaped Pool‘ (2016) y sobre todo los de ‘The King of Limbs‘ (2011), que existieron, se disolvieron con los años. Y demasiadas veces asistir a un concierto de Radiohead fue asistir a una sucesión de caprichos. «Hoy no queremos tocar ‘Creep'». «Mejor vamos a hacer este disco nuevo entero». «Mañana en este festival no queremos sonar alto porque perdemos nitidez».

‘Creep’ no sonó anoche. Estoy seguro de que lo hará en algún momento de esta gira, incluso puede que en alguna de las fechas que quedan en Madrid. Pero es que desde que Radiohead han viralizado tantas otras cosas en las redes, ya no hace falta, si es que alguna vez la hizo, porque es que hace ya 30 años que no es su mejor canción. Desde que el concierto empezó con los primeros acordes de ‘Let Down’ y el pabellón se vino abajo, supimos que iba a ser una noche de grandes emociones.

Es justicia poética que ‘Let Down’ haya terminado obteniendo tal éxito comercial este 2025. De alguna manera era la heredera natural, solo que futurista, de ‘Creep’. Entre sus ambiguas interpretaciones se consentía la de seguir representando a un «raro» alienado. «Aplastado como un bicho en el suelo». La conjunción entre guitarras y teclados fue además especialmente gratificante en las canciones acústicas en el remodelado y mil veces rebautizado Palacio de los Deportes de la ciudad. Todas las canciones acústicas fueron especialmente emotivas, en tanto que la voz de Thom Yorke brillaba y sentías vibrar hasta la última pandereta. A saber, ‘No Surprises’ seguida de ‘Videotape’ (!), en el bis una ‘Fake Plastic Trees’ de infarto (!!), y finalmente ‘Karma Police’ para terminar (!!!).

Los momentos rockeros fueron más complicados. Si en la hora previa al concierto, el grupo decidió apagar las luces y exhibir unas notas sueltas como sampleadas de su adorado Paul Lansky, en los momentos guitarreros muchas veces se rozaba el caos total. Deliberado quizá, en sintonía con el mundo retratado por Radiohead de toda la vida de dios, lo cierto es que en momentos como ‘Myxomatosis’, Thom Yorke podría haber cambiado la letra en favor de un dardo político, y nadie se habría enterado. El problema, para cuando llegó una espléndida ‘There There’ al final del concierto, parecía resuelto y quizá se vea reducido en días venideros.

O quizá Radiohead quieran hacer de él una seña de identidad. Los gritos y lamentos característicos de Thom Yorke que no transmitirían lo mismo si no estuvieran ahogados por la música. Las percusiones sonando fuera de tempo cuando no las esperas son clave, y la elección de meter una segunda batería o incluso una tercera forma de percusión en ciertas canciones es deliberada, quizá metafórica de los tiempos machacones y taladradores que nos ha tocado vivir.

El escenario circular estuvo protegido durante los primeros temas por pantallas LED de proyecciones borrosas, difuminadas y distorsionadas, en general de la propia banda en vivo. No se alzaron en parte hasta ‘Bloom’, el cuarto tema, y finalmente se recrearon en la friquez de Thom Yorke durante ‘You and Whose Army?’. Primerísimos planos de su cara y gesticulación hiperbólica para un líder que en general parece gozar de aparecer entre sombras. Tampoco faltaron sus movimientos alocados, que le valieron un meme en los tiempos de ‘Lotus Flower’. Sin dirigirse al público, para nada, en prácticamente ningún momento, hasta el punto de que cuando pronunciaba un «OK», se desataba el delirio (nunca fue su estilo hacerlo de otra manera), Thom Yorke sirvió para todos los que, como él, fuimos unos raros.

Tan raros como para ir a verle a Bilbao con 20 años en un autobús, con lo puesto, sin una peseta en el bolsillo, ni un sitio donde dormir; tan raros como para preferir ‘Let Down’ al último trend absurdo de TikTok, los asistentes respondieron sobre todo a un repertorio de órdago. No voy a decir «de 10» porque ‘Hail to the Thief’ no es su mejor disco y desplegaron de él hasta 6 composiciones; concordemos «de 9». Ahí estuvieron ‘Lucky’, las canciones rescatadas de los monumentales ‘Kid A’ e ‘In Rainbows’ -a destacar ‘Bodysnatchers’ seguida de ‘Idioteque’- o por supuesto ‘Paranoid Android’. Ya solo Rosalía arriesga con singles así. Radiohead, que se atrevieron a ir contra las normas en los tiempos en que MTV era tan inquisidora como hoy lo es Spotify, se dan su merecido baño de masas 3 décadas después.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: radiohead