Tras el «sold-out» del sábado, el Low Festival encaraba la siempre complicada jornada de domingo, en la que muchos de los asistentes deben trabajar al día siguiente, con más nombres nacionales que internacionales. Tal y como ocurría en las dos jornadas anteriores con Triángulo de Amor Bizarro y The Horrors, la puesta de sol venía acompañada de un show oscuro, quizá más adecuado para después de medianoche (al menos en España, donde el público festivalero prefiere mayoritariamente los conciertos nocturnos). Cheatahs, una formación de post-punk británico clásico cuyo primer LP ha pasado un tanto desapercibido debido probablemente a la saturación de la oferta en el mercado shoegaze anglosajón, lograba congregar a varias decenas de espectadores. Por suerte, los afortunados que se acercaron al Escenario Matusalem pudieron disfrutar de un show que fue creciendo en intensidad a medida que los londinenses desgranaban temas como ‘Fountain Park’, ‘Cut The Grass’ o ‘Geographic’. Desprovistos de atrezzo innecesario, supieron llevar a cabo un concierto que incluso se antojó corto –no llegó a la decena de temas- gracias a la maestría de un cuarteto bastante más ducho de lo que cabría esperar de unos cuasi debutantes.
En el escenario principal, sin poner en cuestión su capacidad de convocatoria, Kaiser Chiefs heredó de Izal más de la mitad del aforo del Budweiser –no hay que olvidar que se encuentra en un campo de fútbol-, y no tuvieron más remedio que formar la «riot». Lástima que la enérgica actitud de un Ricky Wilson que intentó conectar con la audiencia desde la primera canción, quedara un tanto deslucida por un volumen demasiado bajo para su rock guitarrero (en algunos temas se oía más al público que a la banda). Los ingleses sabían que su audiencia había ido a pasárselo bien. Dispararon fuerte desde el principio con ‘Everyday I Love You Less And Less’ y se fueron sucediendo ‘Na Na Na Na Naa’ (juego de coros con el público incluido), ‘I Predict A Riot’ (con Wilson encaramado al andamiaje del escenario, como suele ser habitual en sus shows) o ‘Ruby’. Como era de prever, fueron los temas de su algo insulso último álbum los que menos pasión despertaron entre los asistentes. Sonaron ‘The Factory Gates’, ‘Coming Home’ o ‘Bows & Arrows’, ante un público que se venía arriba en los temas más aptos para hooligans –gritos de “oe, oe, oe” incluidos-. Con su sólido repertorio y su actitud, los Kaiser siguen siendo unos más que respetables llenaestadios. Lástima de volumen.
En el Escenario Ron Matusalem les seguía el concierto de La Habitación Roja. Con una instrumentación más orgánica que nunca, los valencianos están disfrutando en su madurez de un éxito que se fundamenta, sobre todo, en acertadísimos singles: de ‘Ayer’ a ‘El Resplandor’, pasando por los recientes ‘La moneda en el aire’ o ‘Tanto por hacer’, precisamente uno de los temas más coreados de su último LP. Y es que, pese a la contención en los arreglos que los valencianos han intentado aplicar en sus últimas composiciones, es en los temas más poperos y enérgicos en los que logran conectar mejor con una audiencia que ayer tenía muchas ganas de pasárselo bien. Convencieron a fans y no fans.
Bastó estar presente durante tres o cuatro temas, para comprobar cómo Love Of Lesbian se había metido al público más mainstream en el bolsillo –de forma muy similar a cómo ya hicieran Izal en el mismo escenario horas antes–. Su nuevo espectáculo, ‘El poder de la tijera’, intenta conectar con una audiencia bastante más joven que ellos con un tono humorístico. Así, vimos cómo su extraña evolución les ha llevado a introducir en sus conciertos elementos surrealistas para una banda que llegó a telonear a The Cure, ya fuera a ritmo de pachanga (hicieron cantar al público el estribillo del ‘Charlestón’ de Enrique y Ana), con apariciones de personajes ficticios fuera de lugar (¿qué hacía un hombre con un sombrero en llamas en el escenario?) o con una constante interacción con el público. La maquinaria de la banda, no obstante, sigue engrasada, y su público, encantado.
Todavía mientras el Escenario Budweiser empapaba a más de tres cuartas partes de los “lowers” que se reunían en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor –Love Of Lesbian finalizaba su espectáculo prácticamente a la vez-, llegaban Palma Violets. Recién aterrizados de la última edición del BBK Live, los ingleses tocaron ‘Hollywood (I Got It)’ y ‘14’ de vuelta de todo. Con esa actitud a medio camino entre la chulería y el pasotismo que sólo una banda made in UK puede tener, ‘Best of Friends’ se convirtió en el tema más aclamado de un show en el que habría cabido esperar más público que el escaso aforo que se registró en el Escenario Matusalem. Ni tan sólo el retraso de veinte minutos que les permitió recortar el tiempo de coincidencia con Love Of Lesbian –curioso, por cierto, que se oyera al bajista tararear el ‘Fantastic Shine’ de los catalanes durante la prueba de sonido- consiguió acercar a una audiencia más pendiente de los dj’s del Escenario JägerMusic que del directo de los ingleses. Como una mezcla entre unos Toy que el año pasado estuvieron excelsos y unos Libertines con menos drogas de lo habitual, los Palma Violets estuvieron más que correctos, pese a lo encorsetado de un estilo explotado hasta la saciedad en Reino Unido.
Una de las últimas confirmaciones para el Low era The Royal Concept. Los suecos ofrecieron un recital entregadísimo, buscando la complicidad con un público que conectó bastante mejor con ellos que con Holy Ghost! en la noche del viernes. Y es que, a la mayoría de los asistentes, el pop electrónico llenaestadios del cuarteto parecía convencerles más que el synthpop de los neoyorquinos. Su actuación fue impecable, con un setlist en el que supieron intercalar sus hits entre temas menos conocidos –también con aspiraciones a convertirse en himnos festivos-. El Escenario Budweiser no les vino grande ante una multitud que celebró especialmente ‘D-D-Dance’, ‘World On Fire’ y ‘On Our Way’ (lluvia de serpentinas incluida), en un directo con el que consiguieron quitarse el estigma comparativo con Phoenix de la mano del carisma y la actitud de su líder, David Larson, que les puede abrir muchas puertas.
Una manera ilustrativa de cerrar un Low Festival en el que triunfaron sin paliativos los nórdicos The Hives, MØ y los propios The Royal Concept, pero también grupos menos consolidados, como Belako o Cheatahs. Fue una pena que muchas de las propuestas más interesantes del festival contaran con escasa afluencia del público y que, en algunas actuaciones se escuchara de fondo el sonido de otros escenarios, pero también nos dejó grandes momentos la VIP POOL (entre otros, Lucía Etxebarría en su salsa o Latex de Putilatex convertido en instagramer oficial del festival) y un esfuerzo por parte de la organización por aunar propuestas emergentes con grupos consolidados.



Kasabian continúan con la promoción de su irregular nuevo disco, ‘
Karen O estrena videoclip para ‘Rapt’, single que presenta el 
The National, autores del magistral ‘
Forbes ha publicado su lista anual de los actores mejor pagados de Hollywood, que va de junio a junio y que este año vuelve a liderar 
Maldita Nerea, uno de los grupos nacionales que más venden en nuestro país, vuelven con ‘Mira dentro’. Con esta canción Jorge Ruiz, líder de la banda, «intent[a] recordar a quien se acerca a [su] música que lo más valioso que una persona posee es precisamente aquello que no suele verse”. El disco, de igual título, sale a la venta en octubre, mientras el single estará disponible en iTunes a partir del 4 de agosto. Puedes ver el imaginativo «lyric video» para el mismo a continuación.
Un año después de ‘
A nadie engañamos si afirmamos que el Heineken Jazzaldia es uno de los festivales más familiares. El skyline, vacacional y costero, esa línea que empieza en la playa y acaba en los bares de pintxos (no hay nadie que no diga “quiero vivir aquí” al llegar a la capital guipuzcoana), ayuda a que todo se disfrute de manera más gozosa. Hasta un concierto de gaita nos pondría de buena ídem si tenemos los Cubos de Kursaal como fondo.


Del resto de paseos por la zona libre nos quedamos con la tersa ejecución de Rosé Marie Quartet, la energía de Ibrahim Electric, la chaladura de Za! (más contenida en esta ocasión) y lo que le gusta una big band a los mayores donostiarras. Más que un helado después de los fuegos artificiales, carajo. No podemos olvidar el conciertazo de Wire, en un estado de forma envidiable por más que sus DNIs reflejen cierta senectud ya. Sus canciones a piñón fijo – o fixed, que dicen ahora los nuevos ciclistas- llenas de rabia y melodía encantaron a los espectadores, quienes elevaron su nivel de alerta al ver que sus nuevas creaciones no desmerecen en absoluto sus éxitos pasados. La piscina de Cocoon debe estar a escasas cuadras de su vivienda habitual. 
Tras el cierre de su cartel de este año, Dcode ha anunciado la apertura de inscripciones para su concurso BDCODER, que dará al ganador la oportunidad de compartir cartel el próximo 13 de septiembre con Beck, Wild Beasts y La Roux, entre otros. Los participantes deberán colgar un vídeo con su canción en Facebook y los 10 vídeos más votados pasarán a una semifinal de la cual se escogerán cinco finalistas. Estos presentarán su propuesta en el Mercado Central de Diseño de Madrid el 6 o 7 de septiembre y un jurado, del que será miembro JENESAISPOP, elegirá al ganador definitivo. Puedes leer las condiciones en detalle 
Coincidiendo con el lanzamiento de ‘
Cheryl Cole domina esta semana la tabla de singles británica gracias a su nuevo single ‘Crazy Stupid Love’, aquel tema en la estela de ‘Problem’ de Ariana Grande y por tanto en la de ‘Thrift Shop’ de Macklemore & Ryan Lewis que sirve de avance de su cuarto álbum de estudio, ‘Only Human’, a la venta en noviembre.
Poco después de la llegada de ‘
Daphni, uno de los proyectos paralelos de Dan Snaith, más conocido como Caribou, y Floating Points, alias de Samuel T. Shepherd, estarán pinchando juntos en Barcelona el próximo 9 de agosto. Será en el Monasteri del Poble Espanyol en Montjuïc, Barcelona. Electrónica al aire libre a partir de las 18.00 de la tarde. Puedes comprar tu entrada 
FKA Twigs ha estrenado ‘Video Girl’, otro de los cortes incluidos en su esperado álbum debut, ‘
Lily Allen ha metido en problemas a la policía australiana. En la foto que veis abajo la cantante era «detenida» por varios agentes de camino al festival 

Ya se puede escuchar el nuevo single de Azealia Banks, ‘Heavy Metal and Reflective’. Se trata del primer lanzamiento oficial de Banks desde su 
Para nuestra redacción ‘
La segunda jornada del Low Festival empezaba tarde, puesto que hasta las nueve, lo más interesante para abrir boca era uno de los cabezas de cartel del día, The Horrors (con todos mis respetos a los trillados Yuck). Los británicos presentaron su reciente disco, ‘Luminous’, un título que contrasta con su música oscura y su apariencia darks. Sus temas comenzaron a sonar en el escenario Budweiser aún de día, lo cual no terminaba de encajar con los sonidos y los juegos de luces del escenario. Fue en la segunda mitad del concierto cuando despegaron, con la caída de la noche y la subida del volumen de los altavoces. La banda, fiel a su estética, rezumaba una actitud que congregó a un público algo más adulto que el de la jornada anterior. ¿Fans de Massive Attack haciendo tiempo?
A toda prisa fuimos al escenario 2 para disfrutar de unos de los hypes del año ¡y qué hype! MØ, la dueña de la trenza más famosa de 2014 (aunque esta vez se la había dejado en casa) levantó el ánimo y puso a sus asistentes del revés. Abrió con ‘Maiden’, dando una pequeña demostración de lo que estaba por llegar. ‘XXX 88’ puso de manifiesto la siempre puntera producción de Diplo confirmando lo que ya casi habíamos olvidado: un festival es una fiesta y está para desmadrarse. ‘Waste Of Time’ y ‘Red In The Grey’ trajeron los sonidos más electrónicos. Para el cierre, como no podía ser de otra forma, ‘Don’t Wanna Dance’, con la que reveló que ella sí que baila, y mucho, ejercitando un espectáculo plagado de coreografías imposibles y que contó incluso con lanzamiento al público. Demostró que el calificativo de diva, utilizado últimamente muy a la ligera, le viene como anillo al dedo a la escandinava. Por si alguien tenía dudas, MØ ha llegado para quedarse. 
El Low Festival se enfrentaba ayer a la prueba de un ligero cambio de nombre, que podía significar un simple lavado de cara o un cambio más profundo. Había impaciencia por conocer este nuevo Low que quizá se anticipaba el año pasado con la actuación de un artista de primera fila como Portishead y no tuvimos que esperar mucho: a las 12 de la mañana empezaba oficialmente el festival con los conciertos gratuitos de la playa de Levante. Allí actuaban artistas como Sra. Robinson o Money For Rope, pero como cabía esperar el grueso de los asistentes acudió directamente al recinto de la Ciudad Deportiva Guillermo Amor, que abría sus puertas a las 6 de la tarde.
Tras León Benavente llegaba el turno de uno de los cabezas de cartel del Low Festival. Después de un último disco poco aclamado por el público pero con varios temas que se han convertido en himnos a sus espaldas, The Hives demostraron sus tablas sobre el escenario. Ataviados con sus habituales trajes en su versión más veraniega (antagónicos, por cierto, a su actitud gamberra) empezaron el show con una breve ‘Come On’ de su último (¿e infravalorado?) ‘Lex Hives’, para pasar a un setlist adaptado a las necesidades festivaleras. Tras un comienzo algo falto de volumen, los suecos no perdieron intensidad en ningún momento. Su cantante, Pelle Almqvist, estuvo pletórico, demostrando que la única cuerda que necesita es la del micro, recordando en sus andares a un Mick Jagger en su mejor estado de forma, en sus saltos a un karateka y en sus equilibrios a un gimnasta. En uno de sus monólogos en spanglish avisó a los asistentes: no hay silencio en los conciertos de The Hives y quedó patente con ‘Hate To Say I Told You So’, coreada hasta el paroxismo, ‘Tick Tick Boom’ y su guitarrera ‘Go Right Ahead’. También sorprendieron con una versión algo descafeinada de ‘I Love Rock & Roll’, que desubicó un poco a los asistentes, y presentaron un nuevo tema, desconocido pero bailado por el público (¿tardarán esta vez menos de cinco años en publicar nuevo disco?). El grupo parece estar en plena forma, y quien diga que ya han dado todo lo que tenían que ofrecer, a juzgar por lo vivido ayer en el Escenario Budweiser, miente (al menos, en directo). 
Después de todas las frustraciones que supone para una persona de mi edad haber vivido toda su juventud (íntegra, enterita) bajo el mandato del PP en la ciudad de Madrid, con constantes 

