Por lo tanto, no se trata de un programa al más puro estilo ‘Gran Hermano’ o ‘La casa de tu vida’: la convivencia aquí no es en absoluto importante, lo importante es la sospecha que lleva a los miembros del equipo a dilucidar quién es el traidor cada vez que alguien falla, ya sea intencionada o no intencionadamente. Todo por un suculento premio que puede llegar a los 100.000€ (el premio final se va acumulando según los participantes van ganando las pruebas).
El programa, presentado por Luis Larrodera y Sergio Muñiz, no está del todo mal. Se lleva bastante bien eso de que las pruebas sean a contrarreloj, porque le añade un toque de tensión bastante interesante. Aun así, el mismo funcionamiento del sistema de expulsión del programa es de difícil comprensión: los concursantes tienen que rellenar un test de 20 preguntas sobre la persona que creen que es el traidor. Y sale el que menos se acerque.
En resumen, el programa no funciona mal. Entretiene bastante (es muy dinámico), pero le falla sustancialmente la columna vertebral del programa, la recta final de la gala semanal, que se hace un poco pesada. En parte porque Luis Larrodera no es muy buen presentador, aunque Sergio Muñiz le va a la zaga, no os creáis. Siendo sinceros, es un ‘Gran Prix’ pero a lo grande, y con algo más de tensión. Aunque comparado con lo que echan en verano, no es tan mala opción. 5,5