Entradas agotadas. La sala Heineken hasta arriba. Gran decepción la caída de los esperados (casi tanto como los mismísimos Kaiser Chiefs) The Automatic. Así que decidimos apurar para ver exclusivamente al quinteto de Leeds, por lo que, sintiéndolo mucho por nuestros lectores, no puedo ni mencionar cómo se portaron The Pigeon Detectives (teloneros de los Kaiser en la mayor parte de su gira europea). Invito a los asistentes a que dejen comentarios contando cómo estuvieron. Dentro de la Sala merchandising y más merchandising, además de unos precios desorbitados y un gran muro que, como sabéis, disminuye bastante la capacidad de la sala. Como anécdota queda decir que, al final del concierto, si no eras de Universal, no podías entrar al baño. Así que aquí la presente se quedó con las ganas. C’est la vie!!

Llegó la hora, el ansiado momento. Suenan los primeros acordes y a disfrutar del que se puede definir como uno de los directos más potentes del año. Se podría decir que estaban entregados, que lo dieron todo (cosa que, por ejemplo, no me imagino diciendo de un directo de los Strokes), algo que contrastaba con las ganas del público. Incomprensible. Entradas agotadas desde prácticamente el principio, y no se palpaba la «emoción de concierto» por ninguna parte.

‘Modern Way’ fue uno de los temas mas brillantes. El archi-conocido ‘Everyday I love you less and less’ fue uno de los pocos temas vitoreados, además de ‘I Predict a Riot’ y ‘Na na na’. Sonaron muchos temas de su nuevo disco, lo que contribuyó a que más que un concierto de disfrute, se tratase de un concierto de presentación. Dejaron en el tintero temas como ‘Time Honoured Tradition’, ‘You Can Have It All’ o ‘What Did I Ever Give You’. Sin embargo brillaron, además de los temas ya mencionados, ‘Oh My God’ y ‘Saturday Night’. Cuando el ambiente empezaba a caldearse, Ricky Wilson puso fin al concierto que llevaba dos meses esperando. En fin… estos británicos son así… se hacen de rogar, te dan su droga y te dejan con el «mono». Habrá que esperar a la próxima. 8,5.