Cuando fui a ver ‘Death Proof‘ pocos días después del estreno no había leído casi nada sobre la película, al contrario de lo que hago otras veces. Razón por la que, como añadido a la fascinación que sentí con cada segundo de metraje, la tensión que fui acumulando en el estómago entre cotufa y cotufa explosionara en un boom de placer provocado en gran parte por ese ‘Chick Habit’ de la fascinante April March, sin tener ni idea de que Tarantino lo había incluido en el film.
April March, una enamorada hasta las trancas de Francia y del sonido Gainsbourg, da vida a lo largo de su extensa discografía a un montón de temas fantásticos de uno de mis compositores franceses favoritos del siglo XX. Muchas han sido las voces fetiche de Gainsbourg pero por razones a veces inexplicables, incluso antes que con mis adoradísimas Birkin o Hardy, me quedo con France Gall. Disfrutemos pues de ‘Laisse tomber les filles’ a través de su inigualable voz de caramelo, envolvente como nadie ha conseguido nunca -con todos mis respetos a April- y con la que el «un jour c’est toi qui pleureras» (un día serás tú el que llore) adquiere la redondez que sólo ella era capaz de trasmitir.