Ayer, por décima vez consecutiva, volvió a empezar una nueva edición de Gran Hermano. España se convierte así en el país que más ediciones del reality ha tenido. ¿De verdad son necesarias? ¿Para qué sirven? ¿Qué recorrido tienen los concursantes una vez que salen del programa? ¿No hay nada mejor que poner en la tele? ¿A nadie le apetece ver de una vez otra cosa? ¿No resulta este tema ya muy cansino?
Mercedes Milá apareció, como siempre, puntual a su cita con la audiencia de GH. Y casi un 30% de share (que en estos tiempos es muchísimo), estuvo ¿disfrutando? con el programa, que trae más de lo mismo y peor. Por décimo año consecutivo, tras el cartel de “lo que queremos es que elija la audiencia”, resulta que lo que hace Tele5 es forrarse a base de mensajitos de móvil y similares.
Entre los concursantes, lo mismo de siempre: mucho guaperas confundidísimo con su estilismo (y bastante sobrevalorado a sí mismo) con tanto cerebro como un mosquito entre los chicos y mucha carne de portada de Interviú entre las chicas. Poco más que destacar, la verdad.
Ahora queda saber si finalmente la décima edición de Gran Hermano funcionará tan bien como sus predecesoras. De momento, ha ido mejor que la anterior, y parece que nos queda rollo para rato. Lo peor es que en ‘Sé lo que hicisteis’ no van a poder poner ni una sola imagen de esto. Ni de esto ni de nada más bien. Bueno, en realidad la mala noticia es que a Patricia Conde y Ángel Martín parece que se les ha acabado el chollo.