No pudimos estar allí para verlo, pero nos habría encantado. Anoche unas mil personas acudieron al CCCB para escuchar el homenaje de Lou Reed a la poesía catalana. Versos de Salvador Espriu, Joan Salvat-Papasseit, Pere Gimferrer, Miquel Martí i Pol o Joan Brossa salieron de su boca y de la de su mujer, Laurie Anderson, que a pesar de aparecer sólo desde Nueva York mediante videoconferencia, se ha llevado aún más elogios que él, según cuenta La Vanguardia.
La cita tuvo lugar en el CCCB dentro del festival Kosmopolis. 500 personas en el hall del centro y otras 500 en el auditorio y el patio no quisieron perderse este acto que puede dejar a cuadros a algunos, pero no a los seguidores de Lou Reed, que ya saben que hizo lo mismo en Nueva York hace un año y medio y en compañía de Patti Smith.
Lou Reed dio antes del acto una rueda de prensa en la que también tuvo tiempo de mostrar su admiración por Cervantes y Lorca, cuya guitarra dijo haber tocado cuando estuvo en la huerta de San Vicente. A muchos puede sorprender este homenaje a la poesía catalana, pero según explicó en la rueda de prensa, la siente como propia y le emociona, hasta el punto de que considera que podría haber escrito él mismo algunos de los poemas.
Lou Reed siempre se ha mostrado abierto a colaborar con otras artes aparte de la música. Andy Warhol fue clave en sus inicios en la Velvet Underground, cuyo debut homónimo junto a Nico se considera una de las grandes obras maestras del arte pop del siglo XX. Y en numerosas ocasiones ha rendido homenaje de una u otra manera a la literatura. En su disco ‘The Raven’ se inspiró en Edgar Allan Poe, ‘Walk On The Wild Side’ tomó su título de una novela de Nelson Algren y Lou en realidad ha formado parte grupos de poesía desde los 14 años. En su foro suele hacer recomendaciones literarias.
Su interés por encontrar la palabra justa siempre ha estado claro. Por eso no es tan raro que se meta en proyectos como este, rinda tributo a claves de la vanguardia como el ‘Manifiesto amarillo’ de Dalí, Gasch y Montanyà o escoja como bis para un acto así un poema de Joan Vinyoli que dice: «Todo está lejos y cerca, y no se acaba nunca este viaje por las palabras: ya no tengo nada más».