No es ninguna novedad, porque anda que no hay artistas por ahí que tienen dinero a espuertas y no pagan a Hacienda como deberían, pero la verdad es que cada vez que sale una noticia de estas, no puedes evitar cabrearte un poco. Alejandro Sanz, al que todos conocemos por ser la única persona que ha ido recuperando su acento andaluz con el paso de los años en lugar de ir perdiéndolo, ha sido denunciado por la Fiscalía Anticorrupción por un supuesto blanqueo de dinero, que como siempre, hasta que no se demuestre lo contrario, este hombre es inocente.

Por lo visto y según Interviú, esa revista de investigación que dentro de poco nos sorprenderá con un «Jesús Gil está vivo: lo hemos encontrado», Sanz está entre otros 67 españoles que se dedicaban a blanquear dinero en Liechtenstein, uno de esos paraísos fiscales que conocemos por la prensa, porque nosotros no tenemos relación ninguna con este tipo de cosas, que quede claro… El caso es que Hacienda (que se supone que somos todos) dejó de ingresar más de 73 millones de euros (que a cualquiera le hacían un apaño) a causa de estas prácticas en Liechtenstein. La noticia salió durante el mes de junio, cuando salieron a la luz los nombres de algunos españoles que confiaban su dinero a Liechtenstein Global Trust Group, una entidad sospechosa de realizar prácticas de ocultación y blanqueo de panojas por doquier.

En el listado también aparecen José María Márquez Vigil (un directivo de un banco holandés que además tiene una ONG -vaya tela-), Eugenio Erhardt (presidente del grupo Erdhart) y otros directivos de empresas varias. Alejandro Sanz, por lo visto, era titular de medio millón de euros en fondos ocultos en esta entidad, que nunca declaró al fisco. Hay que ver, Alejandrito. Con la crisis que hay y tú ahí intentando ahorrarte unos eurillos que no te suponen nada…