Russian Red en El Sol un año después

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Russian Red en El Sol un año después

Un año después de presentar ‘I Love Your Glasses‘, Russian Red actúa de nuevo en la sala El Sol de Madrid. Un chacachá (sí, el mismo chacachá del tren) hace de introducción al espectáculo y al tema que abre, ‘Take Me Home’. El corazón me empieza a latir muy fuerte al ver a este pedazo de mujer en la que Lourdes Hernández se ha convertido en apenas unos meses. Nada de manoletinas y vestidos de niña buena. Esta vez escote y taconazo, una asombrosa seguridad sobre el escenario en el que poder dejar correr la encantadora virtud de hacer música y disfrutar mostrándola.

Acto seguido, ‘No Past Land’ y una nueva, cuyo nombre desconozco, me ablandaron los lacrimales una vez más. Desde aquel momento no pude quitarme el nudo en el estómago que me produjo ver a esta princesa del gorgorito en medio de un sonido perfecto y un dominio absoluto de la situación. Charly Bautista, el polifacético hombre orquesta, aparte de hacer coros, tocó teclados, guitarra eléctrica y un montón de cacharros diversos. La percusión, sutil y perfecta, convertía en mágicas cada una de las canciones, hasta el ‘Gone, Play On’, a la que ciertamente tengo bastante manía. ‘The Don’t Believe’ sonó más cabaretera que nunca con una interpretación soberbia, no sólo vocal, sino también corporal. No faltaron ‘Nice Thick Feathers’, ‘Cigarettes’ ni ‘Just Like A Wall’, superiores a las versiones del disco con diferencia, lo que indica que Russian Red es un producto de directo sin ninguna duda.

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Con las nuevas canciones, que sonaron varias, se puede vaticinar que el nuevo disco será mucho más pop que el anterior. Un tema en concreto en el que la propia Lourdes tocó el metalófono, podría situarse perfectamente en los 80 de Madonna y Cyndi Lauper, pero con esos agudos tan suyos, tan especiales, marca de la casa.

Para cerrar el concierto, antes de los bises, hicieron una escalofriante versión de ‘Mr. Lonely’ de Booby Vinton, que reafirma el buen gusto de Lourdes por los clásicos, herencia de la que hace gala en todo momento y le luce así de bien. Emocionada, afirmó que este concierto era realmente especial por haber estado justo un año antes tocando en esa misma sala presentando el disco. «Es todo un poco flashback» dijo. Y parecía definir mi propio estado.

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Lourdes es como una Marisol del siglo XXI, la amiga de las niñas, el sueño de los niños, la novia, la nuera perfecta. Es lógico que despierte envidias y cierta aversión. Acabó el concierto y seguía conmocionada por lo que acababa de ver, tratando de esconder las lágrimas entre un montón de desconocidos. Russian Red se merece el éxito que está teniendo y mucho más. El talento es real y la puesta en escena de ayer la prueba de que es posible materializarlo. 9.

Foto: Pukilin74 en Flickr.

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