Wild Beasts / Two Dancers

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Wild Beasts / Two Dancers

two dancersEn ‘Limbo, Panto’, primer álbum de este cuarteto de Leeds, Wild Beasts explotaban al máximo la personal voz de Hayden Thorpe, basculante entre la apasionada pulcritud de Jeff Buckley y el falsete teatral de Antony Hegarty. Contaba con grandes momentos como ‘The Devil’s Crayon’ (curiosamente, con la voz de barítono del bajista Tom Fleming) o ‘Brave Bulging Buoyant Clairvoyant’, pero tanto histrión operístico terminaba por diluir sus canciones. Apenas un año después ha llegado ‘Two Dancers’, un segundo álbum que supone un importante salto cualitativo respecto al primero. Ya en su primer single ‘Hooting And Howling’ parecen renunciar a la inmediatez para construir una delicada pieza de intensidad creciente.

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‘Two Dancers’ es un disco que se mide sin rubor frente a recientes joyas del art-pop como ‘Veckatimest’ o ‘Bitter Orca’ y, como estas, se trata de una obra de alta exigencia para el oyente. Pese a que la banda ha declarado que la grabación ha sido mucho más intuitiva y apresurada, la percepción es justo la opuesta: la sensación es que la producción está muy meditada para que cada instrumento encaje con precisión milimétrica. Desde los complejos y cuidados arpegios de guitarras, las pinceladas de piano, las (aquí sí) medidas intervenciones vocales de Thorpe y Fleming y, sobre todo, las sorprendentes percusiones de Chris Talbot, que aportan una variedad de color y textura espectacular, hasta el punto que en cortes como ‘Two Dancers (I)’ son las indiscutibles protagonistas.

Wild Beasts cuidan además sus letras, utilizando un vocabulario totalmente alejado de topicazos del pop-rock para reflexionar sobre alguna que otra realidad social (‘The Fun Powder Plot’ habla sobre la intervención de una asociación británica en favor de los derechos de los padres, que irrumpió en una sesión de la Cámara de los Comunes arrojando a Tony Blair un condón lleno de polvos color violeta) pero, sobre todo, hablan de sexo, drogas o violencia (también de violencia sexual, claro) desde inquietantes y singulares puntos de vista como el de un skinhead o un obseso sexual. Frases como «Frocks spill like alchopop in the girls knees, we still got the taste dancin’ in our tongues», «His hairy hands, his falling fists, his dancing cock down by his knees» o «You’re birthing machines and let me show, darling, what that means» engrandecen tremendas y apasionadas canciones como ‘This Is Our Lot’, la subyugante ‘Underbelly’, ‘We Still Got The Taste Dancing In Our Tongues’ (tan U2 circa ‘The Joshua Tree’), ‘Two Dancers (I)’ o el segundo single, ‘All The King’s Men’.

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Pese a que su reposada última parte le resta impacto, ‘Two Dancers’ (que se perfila como disco del año para NME) es un gran disco que devuelve la fe en un rock británico demasiado empobrecido, aplastado por la cantera de X-Factor, inagotables fotocopias de solistas neo-soul y la guerra de las electro-divas. Wild Beasts son una de las recientes confirmaciones del próximo Primavera Sound.

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Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Two Dancers (I)’, ‘Hooting And Howling’, ‘All The King’s Men’, ‘We Still Got The Taste Dancing In Our Tongues’
Te gustará si te gustan: Jeff Buckley, Grizzly Bear
Escúchalo: en Spotify, MySpace

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