Mendetz, un grupo un tanto incomprendido (incluso en nuestra redacción tienen un detractor), actuaron el viernes en Moby Dick como parte de los fastos de 18 aniversario de la sala, con bastante éxito de público (unos tres cuartos de entrada) si tenemos en cuenta que no era la primera vez que presentaban ‘Souvenir‘ en Madrid. El grupo arrancó con el tema que abre este disco, ‘Botino’s Beach’, y como para recrear sus olas de mar, decoró el escenario con un par de muestras de flora playera.
Los sonidos del grupo beben evidentemente de la coctelera de synthpop y guitarras eléctricas de Daft Punk, pero en los últimos tiempos se han alimentado de interesantes progresiones, estructuras sorprendentes y sonidos más soleados de los que encontramos en Daft Punk 2 (el debut de Justice). Sus canciones son bailables, los dos cantantes se reparten el protagonismo principal sin que el público apenas se entere y tienen un punto macarra que resulta cuando menos entretenido. El cantante se animó a pedir un aplauso para el batería porque tenía una polla gigante.
El show fue in crescendo y hacia el final, cuando sonaron ‘Souvenir’ y ‘Futuresex’, el recuerdo a su etapa casiopunk, que se quedó donde se tuvo que quedar, la gente bailaba con los brazos en alto. El bis con la versión ‘Freed from Desire’ de Gala remató, al ser recibida como merece por el público. Entre Francia, Italia y Barcelona, el grupo no tiene tanto que envidiar a Delorean. 7.