Laura Marling / I Speak Because I Can

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Laura Marling / I Speak Because I Can

laura-marling-ispeakA todas luces, Laura Marling ya no es la misma de ‘Alas I Cannot Swim‘, aquella rubita menuda de apenas diecisiete años que deslumbraba con una voz y unas canciones folk-pop de una madurez impropia para una niña. Ahora, con casi veinte, una Marling casi irreconocible físicamente (ha abandonado el tinte rubio platino y luce melena castaña que endurece sus rasgos) quiere parecer aún más seria y madura que nunca. Tras haber terminado su relación con Charlie Fink, de Noah And The Whale (en cuya banda ella militó y cuyo segundo disco, ‘The First Days Of Spring’, estaba casi enteramente dedicado a hablar de su relación y ruptura de una manera bastante explícita), productor de su disco de debut, la cantante de Hampshire cambia también de sonido en unas canciones en las que parece que busca reafirmar su seriedad como autora e intérprete, quizá huyendo de la posibilidad de convertirse en una heroína para miles de post-adolescentes británicas que devoraron aquel primer álbum nominado al Mercury Music Prize 2008, ávidas de más dolientes canciones de amor en las que identificar sus pequeñas alegrías y miserias cotidianas. Pero a tenor de las ventas de ‘I Speak Because I Can’ en su primera semana, parece que ya es un poco tarde para huir.


«Soy prácticamente una persona distinta a la que escribió mi primer álbum». Esa explícita frase de Marling a The Guardian tiene un fiel reflejo sonoro en sus nuevas canciones y la manera de enfocarlas. ‘I Speak Beacuse I Can’, producido por el norteamericano Ethan Johns (Kings Of Leon, Ryan Adams, The Jayhawks), se presenta con un sonido más adusto y áspero en canciones de una más profunda raíz folk, muy en la línea de los celebrados Mumford & Sons (quizá no casualmente, ya que Mumford es la nueva pareja de Laura), especialmente en un primer tercio del álbum en el que se sitúan los hasta el momento dos singles del álbum, ‘Devil’s Spoke’ y ‘Rambling Man’.

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Musicalmente, el brillo y la chispa parece haberse borrado de sus canciones, más rotundamente sombrías y melancólicas, en las que la (santísima) trinidad Cohen-Drake-Dylan (si nos dijeran que ‘What He Wrote’, ‘Darkness Descends’ y ‘Rambling Man’ son, respectivamente, viejos descartes de cada uno de aquellos, nadie se llevaría las manos a la cabeza) parece haberse erigido en su más recurrente fuente de inspiración. Sin embargo, la austeridad de la primera parte del disco desaparece para dar paso a arreglos sencillos pero de gran riqueza, especialmente cuando irrumpen, sorprendentes, unos aires folclóricos (en el sentido más estricto de la expresión) que hacen pensar en actualizados romances, madrigales y trovas, merced a detalles como las mandolinas de ‘Alpha Shallows’ o las inflexiones rítmicas de ‘I Speak Because I Can’, que contribuyen a dinamizar el conjunto y hacen vislumbrar un camino más que interesante que puede tener en este álbum su primer paso. La voz de Marling parece haber dejado de lado los gorgoritos presuntuosos para cantar segura con una envidiable cantidad de registros, alcanzando altas cotas de intensidad en la interpretación de ‘Hope In The Air’, en la que cada «Your last serving daughter» con que acaba cada estribillo transmite un enorme desasosiego.

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En cuanto a lo lírico, Marling presume aún más que en su debut de una profundidad envidiable teniendo en cuenta su edad. En este caso, quizá como una reacción a la falta de pudor que mostró su ex cantando sobre la relación que ambos mantuvieron, ella elige apartarse, posicionarse como mera observadora cuando canta crípticamente sobre el amor desde un punto de vista marcadamente femenino, escogiendo simbólicas mujeres como protagonistas que den un carácter profundo a sus propias reflexiones. Así, Penélope esperando pacientemente a Ulises parece ser la protagonista de ‘I Speak Because I Can’, mientras que en la exquisita ‘What He Wrote’ habla sobre una mujer que en tiempo de guerra escribe cartas al frente, pero no precisamente a su marido. Solo en contadas ocasiones se vislumbra el rencor por el daño sufrido, como el chico sentimentalmente mediocre de las dos primeras estrofas de ‘Hope In The Air’ o en la, aquí sí, confesional ‘Blackberry Stone’, una canción magnífica convertida en ajuste de cuentas. «And I am Laura now, and Laura still / And you did always say that one day I would suffer / You did always say that people get their pay / You did always say that I was going places / And that you wouldn’t have it any other way» canta casi al final.

A menudo se echa en falta aquella chispa, aquel marcado carácter pop de ‘Alas, I Cannot Swim’, pero esta decidida búsqueda de la madurez y la autoafirmación es un serio y admirable paso adelante en la carrera de Laura Marling, que debería confirmar el segundo álbum que ya tiene preparado para publicar el próximo otoño.

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Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Hope In The Air’, ‘Alpha Shallows’, ‘Blackberry Stone’.
Te gustará si te gusta: el nuevo folk, Russian Red, Noah And The Whale.
Escúchalo: en Spotify

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