El País publica hoy varios especiales sobre la modernidad, un par de ellos firmados por Xavi Sancho. ‘Ser Hipster en España‘ entrevista a Silvia Prada, que cree que en España todo lo que cuaja tiene que ver con la Movida, y Joaquín Reyes, cuyo «cóctel genial de surrealismo patrio, metafísica rural y sociología pop» se asocia «al éxito de Klaus & Kinski y Los Punsetes». El artículo analiza las diferencias sobre este tipo de personas en nuestro país respecto a otros lugares del mundo. Este es uno de los fragmentos más destacados:
«A pesar de que hoy puede resultar harto complejo diferenciar un moderno londinense de uno argentino, sigue existiendo una idiosincrasia local que ejerce de filtro. Esta puede manifestarse en la nomenclatura de las cosas (floggers, hipsters, bobos…), en el éxito o fracaso de algunas tendencias (el ruralismo estético a rebufo de Fleet Foxes no cuajó aquí, del mismo modo que el punk poético y yonqui de Pete Doherty jamás despegó en EE UU) e incluso en el modo en que uno vive su propia modernidad (en Francia es seria y analítica, en EE UU está más ligada a las posibilidades de proyección profesional y en España es infantil, irónica y resabiada)».
Otro artículo titulado ‘La tribu ha muerto‘ habla sobre cómo una moda como la de los mods ya no es posible debido al exceso de medios de comunicación, que acaban con una moda en cuanto hablan de ella. Eso dice el escritor Paolo Hewitt: «Existen muchísimos más medios de comunicación ahora y todos ellos están constantemente buscando algo nuevo de lo que hablar. A los chavales no les gusta verse reflejados en los periódicos, por lo que las subculturas, al menos para ellos, mueren en el momento en que son institucionalizadas por los medios. Al haber tanta prensa, se sacan a la luz pública movimientos que están en fase embrionaria y no se les permite desarrollarse. Así, solo hay transformación o transfusión de elementos entre unos y otros, pero nunca se posibilita el surgimiento de algo realmente nuevo».